Lanús venció a Fluminense por 1-0 gracias al gol de Marcelino Moreno en la ida de los cuartos de final de la CONMEBOL Sudamericana. El partido tuvo pocos remates al arco, pero el local golpeó en el epílogo de la mano de su mejor jugador y cosechó un resultado positivo para lo que será la vuelta en Rio de Janeiro. El Granate es el último representante que quedó del fútbol argentino en La Gran Conquista y, ante el tanteador a favor frente a uno de los semifinalistas del Mundial de Clubes, creció la ilusión por la segunda consagración en el torneo en disputa a lo largo de su historia.
Fluminense jugó un gran Mundial de Clubes en Estados Unidos, y no es un dato menor. El equipo de Renato Gaúcho, pese a que perdió a Jhon Arias en el mercado de pases, hizo poco y nada en su visita a Lanús, el último representante argentino en la actual Copa Sudamericana. Una competencia que le sienta bien a Lanús: de meterse en los cuatro mejores, será la segunda vez al hilo en una Copa que ya conoce. Claro, porque la ganó en 2013 de la mano de Guillermo Barros Schelotto.
Es un año raro para el Lanús de Mauricio Pellegrino. Los hinchas no terminan de aceptar la propuesta del entrenador, mientras que los resultados tampoco acompañaron lo esperado: quedó eliminado ante Boca Juniors en el Torneo Apertura, se despidió con una triste derrota ante Argentinos Juniors en cuartos de final de la Copa Argentina y se encuentra 12° en la tabla anual del fútbol argentino. Sin embargo, allí está la ilusión de la Sudamericana. El Grana redujo a Fluminense, revelación de la Copa del Mundo 2025, y viajará a Brasil con la ilusión de meterse entre los cuatro mejores.
Pero la bandera de Lanús no va sola. Porque el equipo de la zona sur de la Provincia de Buenos Aires es el último que representa a Argentina en la Copa Sudamericana, dado que en octavos de final fue el propio Granate el que eliminó a Central Córdoba, e Independiente fue eliminado por el fallo de la CONMEBOL luego de lo sucedido con Universidad de Chile.
Ante Fluminense casi que no pateó al arco, pero el equipo carioca tampoco. El cuadro que dirige Renato Gaúcho, verdugo del conjunto de La Fortaleza en la Libertadores 2017 con Gremio, solo controló la pelota en algunos instantes del primer tiempo y luego jugó a aguantar el 0-0. Lo pago caro, pero el 1-0 que logró Lanús fue un premio al esfuerzo, y sobre todo para Marcelino Moreno y Toto Salvio, sus dos conductores que juegan con amor propio y son dos de los mejores jugadores del club en los tiempos recientes. Los que dan la cara siempre, cuando el Granate gana, pierde o empata.
Ahora, Lanús consiguió una ventaja para ratificar en Brasil y poder dar el batacazo ante uno de los mejores equipos que tuvo el Mundial de Clubes de Estados Unidos. Además, sería la segunda vez consecutiva entre los cuatro mejores de la Copa Sudamericana. Un torneo que le sienta bien al Granate, que le trae buenos recuerdos de sus mejores épocas coperas y que lo mantiene vivo en este 2025. Que lo pone a soñar en grande y que representa no solo la bandera color granate, sino la de Argentina en el fútbol sudamericano.
