El técnico rojinegro apuesta por los jóvenes, defiende su método y reacciona ante críticas sobre su vigencia tras el sufrido triunfo ante Guadalupe
Alajuelense encontró el gol en el epílogo del partido y con ello el alivio. Un remate de Creichel Pérez destrabó el cerrojo de Guadalupe FC y dejó a los manudos con seis puntos en dos fechas del Apertura 2025.
Pero más allá del resultado, la noche en el Morera Soto dejó expuesta una realidad: Óscar Macho Ramírez lidera un proyecto en plena construcción… y bajo escrutinio constante.
El rostro del técnico al final del encuentro no era de euforia. Era de alivio, sí, pero también de conciencia. Sabe que a su equipo le cuesta fluir, que el juego es intermitente y que la paciencia de la grada puede agotarse pronto si no hay evolución. Y lo dice sin rodeos.
“Estamos incrustando a los muchachos, y eso genera imprecisión. No es fácil. Pero si pensamos a futuro, será muy productivo”, señaló Ramírez, al explicar por qué su equipo aún no despega en lo colectivo.
El técnico, que volvió a la Liga tras años fuera del banquillo, insiste en que su modelo va de atrás hacia adelante. “Estamos construyendo. El pase, el movimiento, crear espacios… ahí está el foco”, repite, casi como un mantra, sabiendo que las urgencias del presente chocan con los tiempos del aprendizaje.
Y en ese proceso, Ramírez ha echado mano de su camada joven. Futbolistas veloces, desequilibrantes, pero también propensos a la ansiedad y la falta de pausa.
Por eso, uno de los movimientos clave ante Guadalupe fue alinear a Joel Campbell desde el inicio, para tener “una pausa necesaria” en el mediocampo.
Lastimosamente, Campbell sufrió una contractura y debió salir antes de tiempo. Aun así, el Macho valoró positivamente los cambios y el cierre del equipo.
En plena conferencia de prensa, una pregunta de un periodista encendió el ambiente.
Le consultaron si está haciendo lo suficiente para actualizarse y estar a la altura de las exigencias modernas del fútbol nacional. Ramírez no escondió su molestia.
“No sé con qué intención viene la pregunta... pero sí nos estamos actualizando. Tenemos gente como Wardy Alfaro y Marcelo Sarvas trabajando conmigo. Jugamos con bloque alto, medio, bajo, tratamos de atacar los espacios. Estamos en esa línea”, respondió con tono firme.
Más allá de la tensión, la consulta reflejó algo que flota en el entorno manudo: ¿puede Ramírez, tras años fuera del banquillo, liderar a la Liga en esta nueva etapa?
Con partidos cada pocos días, el cuerpo técnico de la Liga debe administrar el esfuerzo de un plantel joven y con figuras que aún no están al 100%. Matarrita, por ejemplo, está por reincorporarse, y eso abrirá más competencia interna.
“Estamos luchando para que no se nos caigan los soldados. El arranque ha sido atropellado”, reconoció el técnico.
La prioridad: consolidar una idea de juego, mantener la intensidad y seguir sumando, aunque sea con sufrimiento. Porque en la Liga, el resultado nunca es secundario, y Ramírez lo sabe mejor que nadie.
