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El año de Barcelona: un centenario con pocas luces y que terminó sin títulos

Barcelona vivió su centenario con mucha expectativa, con la intención de celebrarlo con un título. La mayor aspiración era la CONMEBOL Libertadores, pero ganar el mayor título de la región, pasó de sueño a pesadilla. Tampoco logró hacerse de un torneo local, tras la eliminación prematura en Copa Ecuador y la lejanía en la Liga Ecuabet.

Segundo Alejandro Castillo estuvo al mando del equipo en el primer semestre. Con sus trajes que llamaron mucho la atención, consiguió un equipo que logró regularidad en primera instancia. Tuvo que remar desde las fases previas en la Libertadores y tras eliminar a Corinthians se metió a la fase de grupos.

El primer objetivo estaba cumplido, pero cayó en un grupo junto a River Plate, Independiente del Valle y Universitario de Perú. Apenas ganó un partido, empató otro y perdió cuatro, lo que lo dejó en el último lugar, sin opciones tampoco de ser trasladado a la Sudamericana.

Los objetivos internacionales terminaron de manera prematura y también empezó el declive a nivel local. Los amarillos perdieron el primer lugar y descendieron al tercer lugar en la fase regular, lo que provocó la salida de Castillo. El DT ecuatoriano terminó con 26 partidos dirigidos, 12 victorias, cuatro empates y 11 derrotas, con un rendimiento de 51,28%.

En su lugar llegó Ismael Rescalvo, DT español que pasó en el país por Independiente del Valle y Emelec y que no consiguió títulos en el pasado. Su llegada tampoco significó un cambio favorable, pues falló en un aspecto clave para pensar en pelar por el campeonato: su rendimiento como local fue cuestionable.

En los partidos que dirigió en el estadio Monumental, solo logró tres triunfos: dos en el hexagonal final y solo uno en la fase regular. Después empató en seis ocasiones y perdió otras cuatro, lo que lo dejó lejos de cualquier pelea; tampoco pudo alcanzar el boleto directo a Libertadores y pasará por la fase previa, ante Argentinos Juniors.

Lo administrativo, otro problema

Otro aspecto que complicó la temporada de los amarillos fueron los inconvenientes administrativos. Ya en los meses finales, los jugadores se paralizaron hasta por dos ocasiones, en reclamo de los sueldos atrasados.

A través de un comunicado mencionaron que eran cuatro meses los que estaban sin cobrar, lo que los llevó a paralizar las prácticas, justo antes del duelo clave ante Independiente del Valle.

La confrontación llegó casi enseguida, con un duro comunicado del presidente, en el que apuntó contra un grupo de “líderes negativos” y habló de otros temas, sobre el profesionalismo de algunos jugadores, sin mencionar nombres.

Aquello no cayó nada bien en los futbolistas, por cómo reaccionaron después. Con la relación quebrada, el equipo afrontó otro golpe: la muerte de Mario Pineida. Sin entrenar, tomaron la decisión de sí jugar ante Independiente, en honor a su compañero.

La temporada finalizó con otra derrota, que lo dejó en el tercer lugar del campeonato nacional. En medio de todas esas complicaciones, no hay certezas de cómo vendrá 2026 para Barcelona.

¿Seguirá el entrenador? ¿Continuará la directiva? ¿Se irán jugadores clave? Hay muchas dudas por resolver de cara al próximo año.