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Ousmane Dembélé, jugador que hace poco era abucheado, se ha convertido en un ejemplo ideal para el Barcelona

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¡No se puede creer cómo no fue gol de Barcelona! (0:30)

Dembélé le bajó la pelota a Ferran Torres y lo dejó de cara a la anotación, pero el delantero no pudo conectar la asistencia. Koundé, el salvador de Sevilla. (0:30)

Es notable el hecho que, a pesar de que Pedri marcó un golazo absurdamente exquisito contra el Sevilla y que su director técnico Xavi Hernández empapó al joven de 19 años con todos los superlativos de elogios imaginables tras el pitazo final: Ousmane Dembélé fue, de lejos, la figura del partido del Barcelona en la noche del domingo.

En pocas palabras, el controversial extremo de la selección de Francia, a menudo difícil de entender (y antes propenso a las lesiones) dio una exhibición digna de los libros de texto en la que no sólo enseñó como dejar anudadas las piernas de tus rivales, sino también de cómo conducir a la victoria a un equipo a la caza de títulos, imponiéndose a un oponente testarudo y genialmente organizado.

Dembélé creó grandes (y quiero decir mega-grandes) oportunidades de gol para Frenkie de Jong, Pierre Emerick-Aubameyang, Ferran Torres (en tres ocasiones), Ronald Araujo, Gerard Pique, hizo rebotar un remate a unos centímetros por encima del travesaño para después asistir haciendo el pase a Pedri para ese glorioso tanto que selló la victoria. En caso de que no hayan visto el partido, casi todas esas oportunidades obligaron al portero del Sevilla Alex Bono a hacer óptimas (o excelentes) atajadas y, en el caso de Piqué, a cabecear frente al larguero. También tuvimos los "extras" atractivos.

Para ser amables por un instante, parece que por mucho tiempo Dembélé estuvo confundido sobre el significado de la palabra "repliegue" y completamente asqueado por la idea de que el trabajo defensivo colectivo posiblemente podría aplicársele. Aunque todo parece indicar que ese ya no es el caso.

Durante el partido del domingo, Dembélé hizo una actuación decente para asegurarse de que la posición de lateral derecho de Dani Alves no se viera abrumada y luego, en el segundo tiempo, desbordó a dos oponentes del Sevilla mientras ganaba el balón para reiniciar la incursión del Barcelona. Esos momentos generaron gritos de aprobación por parte de la multitud superior a 76,000 personas (asistencia promedio esta temporada: 52,000), lo que significa que había conquistado a un rival mucho más terco y potencialmente amenazante que el lateral izquierdo auxiliar del Sevilla Karim Rekik.

El hecho es que la situación de Dembélé constituye uno de los cambios de suerte más notables en una relación futbolística de amor-odio que podamos recordar, sin mencionar sus controversiales cuatro campañas previas con el club con sede en el Camp Nou.

Hace menos de tres meses que el Barcelona le pidió buscar un nuevo club durante la ventana de fichajes de enero. Fue el 7 de febrero (cuando Dembélé ni siquiera jugó en la victoria 4-2 de local sobre el Atletico Madrid) que Xavi se vio obligado a rogar a los hinchas: "Por favor no piten ni abucheen a Ousmane. Entiendo que haya seguidores molestos y heridos; pero ahora que se cerró el mercado, no podemos dispararnos en el pie. Volvió a nuestra plantilla y está disponible para ser convocado".

Se refería al hecho de que el agente y consejeros del Dembélé dificultaron muchísimo que el Barcelona renovara su contrato, previsto para vencerse en junio, bajo términos razonables. El delantero galo de 24 años ya había sido catalogado de "fracaso" por amplios sectores de la afición barcelonista, y los abucheos de los que fue objeto durante el triunfo sobre el Atleti simplemente ocurrieron cuando el anunciador del estadio leyó el nombre de Dembélé y luego, cuando éste salió a calentar.

Eso fue hace sólo dos meses.

¿No se imaginan que Xavi siempre obtiene lo que pide? No sólo es uno de los mejores y más exitosos futbolistas de los 123 años de historia del club, sino que también es adorado y ocupa la elevada posición de "salvador" en su carácter de director técnico. Entonces, los hinchas le hicieron caso, ¿cierto?

Falso. Apenas 10 días después, los ensordecedores silbidos hicieron su aparición cuando Dembélé saltó a la cancha una hora después de que se iniciara su choque de Europa League contra el Napoli, con unos blaugranas desesperados en su búsqueda de un triunfo para viajar al sur de Italia. Con unos cuantos miles de napolitanos y un puñado de aficionados neutrales presentes en la multitud superior a 73,000 almas, parecía que 70,000 hinchas del Barça unieron sus voces para decir "¡Vete ya de nuestro equipo!"

Esto estremeció los sentidos de un espectador neutral: ser objeto de semejantes abucheos debe ser una experiencia lamentable. A pesar de la humillación, Dembélé jugó brillantemente, estuvo a punto de dar vuelta al partido y, gradualmente, redujo el volumen de los vituperios. "Ya basta, lo abuchearon: no hicieron caso a lo que les pedí. Pero ya basta", fueron las palabras de Xavi después del encuentro, momento en el que se produjo una catarsis mágica.

El público, a instancias del técnico y nada más, decidió darle una segunda oportunidad a Dembélé. Simultáneamente, el prodigioso delantero oriundo de Normandía decidió aprovechar esa oportunidad con ambas manos y, siendo ambidiestro, también con ambas piernas.

Prepárense para una "sorpresa".

Gracias a una combinación de problemas en isquiotibiales y rodilla, al igual que problemas de "falta de preferencia", Dembélé ha sido titular en apenas 11 ocasiones entre todas las competiciones esta temporada. Una estadística horrenda. Sólo ha estado en la cancha en 22 ocasiones a nivel competitivo. (En comparación: el Barcelona ha jugado 42 partidos en la campaña 2021/22). Desde ese momento de "¡Eureka!", cuando Xavi decidió que necesitaba del frustrante pero genial juego de Dembélé en el ataque, el internacional francés estalló para mostrar su mejor nivel y confianza y la multitud decidió "perdonarle". Ha sido titular en cinco de los últimos siete cotejos del Barça en LaLiga y desde su visita al Valencia del 20 de febrero, suma ocho asistencias y un gol.

Siendo sinceros, si sus compañeros hubieran estado medio despiertos el domingo, el total de asistencias de Dembélé se habría multiplicado por tres o cuatro. No obstante, al no haber jugado con su club hasta noviembre pasado y sumando apenas 846 minutos en LaLiga, aparte de ocupar el puesto 13 en apariciones entre los jugadores del Barça; Dembélé tiene el segundo mejor total de asistencias en la Primera División de España (10), solo por debajo de su compatriota Karim Benzema.

Cuando Dembélé dejó la cancha en el minuto 90 contra el Sevilla, un gran equipo al que atormentó toda la noche, recibió una estruendosa ovación de pie. En ese momento, el paria se había convertido súbitamente en el Príncipe del Camp Nou.

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1:41
Moisés Llorens: "Tres puntos que le dan mucho aire al Barca"

Desde el Camp Nou, Llorens habla del partido de Barcelona contra Sevilla, donde el equipo de Xavi se quedó con la victoria.

Como curiosidad, parte del método de Xavi para conseguir que su equipo juegue precisamente el estilo futbolístico que tanto le agrada ha consistido en una generosa cantidad de pedagogía apoyada en videos con todo el plantel, y eso se ha visto desde que el entrenador de 42 años asumió el puesto en noviembre. Mucho más allá de mostrar a los equipos rivales u oponentes directos en paquetes de video para instruir a sus jugadores sobre lo que requiere de ellos, Xavi y su cuerpo técnico presentan regularmente montajes de video de 15 o 20 "acciones" que han recopilado para analizar y "marcar" a cada uno de sus jugadores.

Si se consigue a Xavi en un buen día en un rincón tranquilo, el entrenador podría admitir (por ejemplo) que las acciones/decisiones de Pedri son "90% OK, 10% KO", y que el mediocampista es líder de toda la plantilla en índices de aprobación, gracias al porcentaje de "decisiones correctas tomadas" en cualquier rincón del campo. Todos los jugadores reciben sus calificaciones de porcentajes divididos entre "OK/KO" … para bien o para mal. Una evaluación continua con la intención de orientar un desarrollo profesional constante.

En el caso de Dembélé, el técnico catalán podría admitir que sus calificaciones frecuentemente son "10% OK, pero ¡90% de caos!"

Uno de los aspectos que llevó a toda la volátil situación a este extremo, con Dembélé repentinamente disfrutando del mejor nivel de su carrera (con PSG y Bayern ansiosos de ficharle gratuitamente, el Barcelona transformado radicalmente cuando juega y el Camp Nou de nuevo a su lado, y nadie tiene la menor idea de si se quedará o se irá en el verano) es la paciencia de Xavi. El entrenador exige rigor, precisión detallada, exactitud y orden mental al resto de su plantilla... pero no a Dembélé. Aún no.

El cuerpo técnico de Xavi les dirá el motivo: el 10% que se obtiene por parte de Dembélé gana partidos.

También ayuda el hecho de que Xavi restructuró de pies a cabeza los departamentos médicos, de preparación física y rehabilitación del Barcelona. De repente, Dembélé muestra fortaleza física, al menos por el momento. La opinión interna (o sea, la de Xavi) es que Dembélé entrena estupendamente, es querido por la plantilla y, además, tiene deseos categóricos de firmar un nuevo contrato con el Barcelona. Sin embargo, la dificultad extra-cancha es si los contadores del Camp Nou, que ciertamente tienen una deuda de €1,300 millones que reducir, y los asesores del jugador, pueden ver la forma de ayudar a Dembélé a quedarse donde quiere estar.

Mientras tanto, el resto de los mortales debemos simplemente sentarnos y disfrutar del alucinante espectáculo de un talento maravilloso que finalmente alcanza su potencial.