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Al Barcelona calamitoso lo parte un Rayo

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El Rayo Vallecano sorprende al Barcelona y le gana 2-1 (2:33)

Los madrileños lograron una gran victoria ante el Barça, que no pudo aprovechar la derrota del Real Madrid. (2:33)

Al Barcelona, que acudió a Vallecas conociendo el impensable derrumbe que sufrió el martes el Real Madrid en Girona, le partió un rayo. Si desastroso fue el partido del campeón en Montilivi, calamitoso fue el del líder en el campo del Rayo Vallecano, que le dio un auténtico revolcón de futbol y le derrotó por tercera vez en los últimos cuatro enfrentamientos, en los que el equipo madrileño no ha perdido ante el conjunto azulgrana.

Transita sin ninguna energía el grupo de Xavi hacía un título de Liga que se supone definido (no sentenciado), incapaz de aprovechar los obsequios del Madrid. Si respondió a la derrota merengue contra el Villarreal con un triste empate ante el Girona al que siguió otra igualada insulsa en Getafe, la noche en que debía dar un golpe de efecto para reventar el campeonato cayó víctima de un atropello en Vallecas, jugando al pelotazo, desaparecido en un centro del campo que, lo que son las cosas, echó de menos al tantas veces criticado Sergio Busquets (ausente por sanción) y que en ataque fue casi una nulidad, con Lewandowski, a quien se le anuló un gol, apareciendo apenas a última hora para poner en duda el triunfo local y Raphinha nuevamente insignificante.

Más ansioso, el Rayo se impuso claramente durante toda la primera mitad en la zona media, aprovechando tanto la posición demasiado retrasada de un Frenkie de Jong que ocupó el puesto del sancionado Busquets como los agobios a los que sometió a Pedri y Gavi en la salida de balón. Así llegó el 1-0, en un robo de Camello al andaluz que acabó con un remate cruzado, perfecto, de Álvaro García al que no llegó Ter Stegen, que ya poco antes había salvado otro remate envenenado al propio Camello, después de que Trejo le robase el balón a Pedri.

Al gol local, apenas superado el cuarto de hora de juego, respondió el Barça con pelotazos, principalmente de Ronald Araújo y sin encontrar la pausa necesaria para que De Jong pudiera hacerse con las riendas de un juego cada vez más impropio de un líder que abraza el título.

La poca tensión con que acudió al juego el equipo de Xavi se mezcló con las ganas y ansia de un Rayo con hambre de fútbol. Cuando un equipo mira el calendario deseando que se acabe la temporada, convencido de su triunfo final, cada partido, se está comprobando, se convierte en un aburrimiento. Una especie de jugar por obligación y cumplir el expediente sin más. Y la combinación de ambas cosas provocan actuaciones tan planas como las que viene repitiendo el Barça durante el último mes.

Tal es así que antes de llegarse a los diez minutos de la segunda mitad, con el Barça aún deambulando por el campo, Fran García le robó un balón a De Jong para irse como un cohete, aprovechando el despiste de los acompañantes defensivos del neerlandés, y fusilase el 2-0 para euforia de la afición local y tanta incredulidad como desespero de un equipo azulgrana incapaz de responder a la exigencia.

Acortó distancias Lewandowski cerca del final y buscó sin orden ni concierto el líder el empate mientras el Rayo se dedicaba a jugar con calma, paciencia e inteligencia. Tanta como la que le faltó a este Barça que cuenta los días para acabar el sufrimiento y entregarse a la alegría del título. Un título que, muy probablemente, ganará sin mostrar esa contundencia que merecería tal éxito.