El Barcelona no gana para sobresaltos. Minutos después de que un gol de Jordi Alba le diera el penúltimo empujón en su cabalgada hacia el título de Liga, el club publicó un comunicado oficial informando de la marcha de Mateu Alemany, director de fútbol, al acabar la temporada, el 30 de junio, a pesar de tener un año más de contrato.
El Barça cantará el alirón si el 14 de mayo gana en Cornellà al Espanyol. O si el Real Madrid, un día antes, no vence al Getafe en el Bernabéu, con lo que comenzaría el derbi catalán siendo ya campeón... Pero ni por esas la felicidad es completa en el Camp Nou. Apenas acabar el partido frente al Osasuna, Sergio Busquets anunció que en los próximos días, antes de la próxima jornada liguera, "tomaré una decisión sobre mi futuro", revelando si determina aceptar una continuidad que desea Xavi o sentencia su marcha del club. Pero la bomba se hizo realidad pocos minutos después, al conocerse que Mateu Alemany había comunicado al presidente su decisión de irse al concluir el curso.
Fichaje estratégico de Joan Laporta durante la campaña electoral de 2021, Alemany ha sido uno de los personajes más destacados en la parcela ejecutiva del Barcelona. Bajo su mando como director de fútbol el club consiguió consumar operaciones de mercado que se antojaban utópicas, liderando desde su parcela una auténtica revolución en la plantilla.
Hace pocos días anunció "un verano movido", insinuando que este próximo mercado volverá a ser muy intenso en el Barça. Y a pesar de su salida el club destacó en su comunicado que el ejecutivo "se ha comprometido a cerrar todas las operaciones del primer equipo este verano, aunque haya alguna que se haga en el último instante del mercado", dando a entender que liderará esa última revolución aunque se haya desligado del club.
Y todo eso a pesar, se supone, que ya esté ejerciendo en su nuevo destino, que apunta a ser el Aston Villa, que, reconocieron a ESPN Deportes fuentes de la entidad azulgrana, es el club que le ha hecho una oferta imposible de igualar por el Barça.
La marcha de Alemany es el último terremoto al que se enfrenta un Barcelona que en las últimas semanas ha tenido que enfrentarse a la polémica por las condiciones impuestas (un aumento de precios evidente y una limitación de asientos) a sus abonados en el traslado a Montjuïc la próxima campaña, la firma de la financiación del Espai Barça que ha provocado también críticas. Y ahora esta marcha.
Si durante su primera etapa en la presidencia Laporta destacó por la estabilidad, manteniendo durante siete años a Txiki Begiristain como Director Deportivo y contando con solo dos entrenadores (Rijkaard y Guardiola), en apenas dos años de esta segunda presidencia ya abandonó Ramón Planes en la secretaría técnica, despidió en cuanto pudo a Ronald Koeman en el banquillo y finalmente también abandona Alemany.
Y es que la felicidad nunca es completa en el Barça.