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Lamine Yamal, el niño del récord en la noche de Christensen... y Messi

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Barcelona goleó 4-0 al Betis y acaricia el título de La Liga (3:58)

Barcelona, con Lewandowski y Raphinha como figuras, aplastó 4-0 al Real Betis. (3:58)

Lamine Yamal cumplirá 16 años el 13 de julio y se convirtió este sábado 29 de abril en el futbolista más joven de la historia en jugar un partido de LaLiga con el Barcelona. No en el debutante más precoz de su historia, puesto que ese récord absoluto lo mantiene desde hace más de un siglo, en 1912, Paulino Alcántara, el primer gran goleador del club azulgrana y que se estrenó con 15 años y 141 días.

El jovencísimo delantero, que ni tan solo ha jugado en el filial y siendo cadete ha dado un salto nunca visto desde el juvenil, superó en el campeonato liguero los 16 años, 9 meses y 5 días con que debutó Vicenç Martínez en 1941 y a Ansu Fati, que lo hizo con 16 años, 9 meses y 25 días.

Xavi, en la que era su tercera convocatoria con el primer equipo, una semana después de la primera llamada, dio la alternativa a Yamal en la recta final de un partido ya sentenciado, entrando en lugar de Gavi en el minuto 82, inmediatamente después del 4-0, y dejándole que mostrase esa magnificencia que disfrutan los aficionados, pocos, que siguen el día a día del futbol base azulgrana.

Y se descubrió, así casi sin tiempo, que es un futbolista especial. Rozó el gol tras robar un balón en el área y que evitó Rui Silva encontrándose con su disparo y poco después regaló una asistencia soberbia, por encima de la defensa, a la que no llegó por milímetros Ansu Fati.

Para cuando llegó el gran momento del jovencisimo talento ya había reaparecido Ousmane Dembélé, futbolista inclasificable en este Barça, cuya hinchada le recibió con una ovación tan cerrada tres meses después de su lesión y al cabo de 14 meses de pitarle con igual intensidad por no renovar un contrato que firmó acabada la temporada.

CHRISTENSEN... Y MESSI Andreas Christensen no jugaba un partido con el Barça desde el 19 de marzo, cuando derrotó al Real Madrid en un Clásico liguero que prácticamente resolvió el campeonato. Cuatro días después se lesionó con la selección danesa en un duelo contra Finlandia y se perdió los siguientes seis encuentros del equipo azulgrana.

Casualidad o no, de esos seis partidos, el Barça solo ganó dos, así que en cuanto se recuperó, Xavi le devolvió a la titularidad de forma inmediata y formó ya en el once contra el Betis. No le costó apenas tiempo recuperar las sensaciones atrás, volviendo a ser firme en la salida de balón, mejorando esta faceta respecto al último mes. Y al cuarto de hora celebró su reaparición con su primer gol como azulgrana, rematando de cabeza un medido centro de Raphinha (11 asistencias ya del brasileño) y aprovechando el despiste generalizado de la defensa verdiblanca.

Para entonces, el Camp Nou ya había cumplido con la liturgia de las últimas semanas: al llegarse al minuto 10, el ausente Messi se hace presente en el ánimo de una afición entregada. Y este sábado lluvioso (primer partido con lluvia este año) no fue menos. Casi podría decirse, incluso, que fue más. No llegó al medio minuto pero la hinchada coreó con ganas el nombre del astro argentino, cuyo regreso al Barça parece dar a entender que desea por encima de todas las cosas.

Desde el club se guardan las formas por más que no se desanima, todo lo contrario, toda especulación respecto a Leo. El mismo Xavi, el viernes y por cuarta semana consecutiva en una previa de partido, tuvo que referirse a ese posible retorno, admitiendo un encuentro entre ejecutivos del club y de LaLiga.

Y aunque la lógica financiera mantenga que ese retorno del argentino es harto difícil, la ilusión se mantiene, y aumenta, alrededor de un Barça que disfrutó de una noche tan plácida como inaudita.