Real Madrid despachó su billete para los octavos de final de la Copa del Rey ante una Arandina voluntariosa, que le mantuvo a raya durante muchas fases del encuentro a un equipo blanco en el que debutó el turco Arda Guler que dejó destellos de su enorme calidad, siendo el más destacado en ataque hasta que fue sustituido.
Muchos de los ojos estaban en los menos conocidos, los jugadores del filial reconvertidos para la primera plantilla en la Copa del Rey pero, sobre todo, en el exjugador del Fenerbahçe con auténtica expectación en su puesta en escena después de la lesión sufrida en pretemporada que le había impedido mostrar las cualidades que se le presumen.
El conjunto blanco, escaldado en alguna página copera ante rivales de menor categoría no quiso especular y, pese a un once circunstancial por las ausencias destacadas, tomó desde el inicio el mando indiscutible del encuentro ante un Arandina bien posicionado y trabajador para tapar cualquier espacio pero sin sobrepasar prácticamente su medio del campo convirtiendo a Kepa en un mero espectador.
Tobías -el otro Vinicius-, Carrillo, que puede ser una alternativa para la posición de central, castigada por las lesiones o Nico Paz buscaron su protagonismo y el lateral pronto puso un balón filtrado para que Guler enganchara un derechazo al que respondió con acierto, junto a su poste, Adrián Álvarez.
Solo fue el primer aviso de la magia que tiene el turco que de inmediato, en el minuto 17, con su pie bueno, el izquierdo, primero reclamó un lanzamiento de falta al borde del área a Ceballos que había sido el protagonista de la acción y después se sacó una rosca endiablada para llevar el balón al palo.
La primera gran ocasión supuso un cambio posterior de escenario con un partido menos desequilibrado y con alguna llegada intencionada del conjunto de Álex Izquierdo que empezó a tener mayor confianza y atrevimiento para buscar la portería madridista con Kepa ya algo más exigido para que los locales lograran el primer objetivo, llegar con el marcador inalterado al descanso, tras un remate de Nico Paz de cabeza por encima del larguero en buena posición.
Poco a poco los burgaleses empezaron a tener más confianza y perdiendo el respeto a un conjunto blanco que perdió frescura y dominio, encontrándose cada vez más incómodos frente a un rival crecido y que buscó los espacios en las contras tras recuperar el balón.
Sin embargo fue Brahim Díaz el que pecó de individualismo cuando tenía a Nico Paz y Joselu en posición más que beneficiosa para el remate, evitando una clara oportunidad blanca, pero solo instantes después el mismo protagonista encontró el pie de Zazo al intentar entrar en el área para que el colegiado no dudara en señalar pena máxima que transformó con seguridad Joselu para el 0-1, marcando el delantero en todas las competiciones.
Brahim reclamaba su protagonismo que encontró solo un minuto después para, tras caracolear hacia el área y sacar la defensa, un rechazo a centro de Joselu lo aprovechó el delantero para colocar el balón fuera del alcance de Adrián para el segundo tanto madridista, también mejorando sus registros que ya había mostrado en liga y en Europa.
En poco más de dos minutos el conjunto de Carlo Ancelotti dejaba encarrilada la clasificación, lo que permitió al técnico italiano dosificar el esfuerzo a sus dos jugadores de la primera plantilla que volvían a tener minutos, Camavinga y el lesionado de larga duración Guler, además de dar minutos a otro canterano como Mario Martín, ante un rival que quiso revelarse pero sin demasiada convicción.
Después de que Rodrygo anotara un nuevo tanto con asistencia de Brahim, otro de los destacados tras el descanso y protagonista en los tres goles, el equipo local logró el premio para quedarse con un gran sabor de boca al anotar el tanto del honor en un desborde de Rally Cabral a Fran García y cuyo centro Nacho introdujo en su propia portería. EFE