Después de cuatro jornadas sin marcar, Antoine Griezmann se despachó con tres goles y el Atleti de Simeone aseguró de forma matemática el boleto a Champions.
GETAFE -- La reacción de Antoine Griezmann, intrascendente en los últimos partidos, bastó al Atlético de Madrid para acabar con el Getafe, que certificó su rumbo hacia la nada con un triplete del atacante francés, más que suficiente para asegurar de forma matemática la presencia de los hombres de Simeone en la próxima edición de la Champions League.
Griezmann necesitaba una buena actuación. Hacía cuatro jornadas que no marcaba. Sus dos tantos al Girona, hace un mes, parecían a una distancia sideral. Y peor aún, su ausencia de protagonismo en otras facetas del juego presagiaban el inicio de unas críticas hacia su figura ciertamente lógicas. Sin embargo, en apenas cincuenta minutos, los que tardó en marcar tres goles, silenció las plumas afiladas que ya estaban preparadas a plasmar sobre el papel su pequeño bajón.
El internacional galo aprovechó la desidia de un rival que se ha dejado llevar desde que certificó la permanencia. El Getafe, sin el sufrimiento por evitar el descenso de las tres temporadas anteriores, ha vivido con comodidad el último tramo del curso. Tal vez demasiada. Antes del pitido inicial, las estadísticas desvelaban unos números preocupantes: apenas sumaba dos victorias en sus últimos once encuentros.
Estaba claro que el equipo de Bordalás había perdido su pegada y el Atlético no desaprovechó la ocasión para sumar los últimos puntos para asegurar la ‘Champions’. Sólo tenía que superar un obstáculo, el de Mason Greenwood, empeñado en revalorizarse en cada encuentro y más ante un equipo al que volvió loco en la ida.
El jugador cedido por el Manchester United parece ver en el Atlético un escaparate perfecto para exhibirse ante un futuro comprador. Eso sí, que preparen mucho dinero, entre 35 y 40 millones de euros, la cantidad que pedirá el club inglés por el único hombre vestido de azul que consiguió preocupar a Simeone.
Antes de la explosión de Griezmann, Greenwood dejó un caracoleo marca de la casa dentro del área que terminó con un disparo que atrapó Oblak. Y, ya después del primer tanto del atacante francés, estrelló un zurdazo contra el larguero previa mano salvadora del portero esloveno. Y, ahí, se acabó el Getafe y empezó el show de Griezmann.
El Atlético, muy insistente por la banda derecha, hizo mucho daño por la zona en la que Greenwood demostró cuál es su debilidad: defensivamente, y con las coberturas, no existe. Es nulo. Por ahí, el conjunto rojiblanco olió la sangre y la primera herida llegó con un brillante pase de Rodrigo De Paul que filtró entre todas las líneas del Getafe. Griezmann pinchó el balón con una facilidad pasmosa y no falló ante Soria. Golazo.
Después, otra vez con De Paul al frente en el inicio de la jugada, Griezmann fabricó el segundo. Correa llegó a la línea de fondo, centró hacia el otro lado del área, Lino no llegó y el jugador francés remató el segundo tanto a la red previa revisión del VAR que certificó el hundimiento del Getafe.
Bordalás, que sacó un once sin un delantero puro, intentó solucionar el desaguisado con tres cambios en el descanso: aparecieron Jaime Mata y Latasa, dos atacantes, y Jordi Martín, un canterano que podía aportar algo más de velocidad. No sirvió para nada, porque Griezmann, enseguida, apagó cualquier reacción del Getafe con el tercero del Atlético. Con un túnel sobre Soria, cerró un contragolpe que aniquiló definitivamente el duelo con casi toda la segunda parte por delante.
Y ya no hubo más, eso fue todo. El Getafe acumuló otro partido más sin ganar al Atlético. Desde que llegó Simeone en 2011, acumula catorce años sin victorias ante el conjunto rojiblanco, que, una vez más, vivió una tarde plácida en un estadio comodín para los hombres de Simeone. El técnico argentino, satisfecho, cumplió con dos lógicas: la primera, conseguir tres puntos en el Coliseum, cuyo césped se ha convertido en el segundo jardín de la casa rojiblanca; y, la segunda, terminar entre los cuatro primeros clasificados, el mínimo exigible para un club que con la reacción de Griezmann aseguró su presencia en la ‘Champions’, la mejor noticia para una temporada en blanco.