<
>

El día que Luis Suárez resurgió de sus cenizas para transformarse en leyenda de Barcelona

El momento del ingreso de Luis Suárez en su debut en Barcelona. AP

No fue sencillo. El “encierro” al que lo obligó la FIFA fue un sufrimiento… “Me pasé llorando”, admitió.

En su casa, cuando su hijita le preguntaba por qué no estaba jugando, le mentía. “Le decía que era por la rodilla…”, reveló.

Pero un día recuperó la sonrisa. El 18 de agosto de 2014, Luis Suárez volvió al fútbol. Aquella tarde debutó con Barcelona en el torneo Joan Gamper.

Atrás quedaban 55 días de calvario y el ingrato recuerdo de la mordida al italiano Giorgio Chiellini que le costó la máxima pena jamás impuesta por la FIFA a un jugador de fútbol y que lo llevó a declarar: “Se me trató peor que un barrabrava, porque prohibirte ir a un partido de fútbol, prohibirte ir a un campo de entrenamiento, es algo que no se entiende. Sí asumí mi error, asumí que me equivoqué como se equivocan muchísimas personas, como es normal en la vida de un ser humano y aceptar que se equivocó, aceptar una suspensión, pero fue demasiado estar cuatro meses primero sin jugar un partido oficial, después de prohibirme entrar a una cancha de fútbol, no ir a ningún lado, estar casi dos años sin ir a la selección, creo que no tiene lógica”, reconoció en una entrevista que brindó a los medios escritos de Uruguay.

Aquel 18 de agosto enterró definitivamente los temores que lo llevaron a pensar que se caía su pase a Barcelona. “Cuando se confirmó la suspensión estaba en una casa en el medio del campo y me largué a llorar porque se me caía todo. Si el pase no se hacía, era volver a Inglaterra. Bancarme todo de nuevo, volver a dar vuelta todo de nuevo después de lo que pasó en el Mundial”, reconoció.

Fue entonces que, a los 75 minutos de juego del partido amistoso que Barcelona jugaba ante el León de México en el Camp Nou, el técnico Luis Enrique lo mandó al campo de juego en sustitución de Rafinha.

Cuando pisó el campo de juego, la gente estalló en un aplauso y lo ovacionó, algo que ya había ocurrido en la presentación del plantel ya que el nombre de Luis Suárez fue de los más ovacionados por los espectadores, que también lo aplaudieron cuando saltó a calentar por la banda.

En esos 15 minutos que estuvo en cancha, Suárez participó en algunas acciones ofensivas, pero no dispuso de ocasiones claras de gol.

“Nunca es fácil cuando vienes de otro sitio adaptarte, pero creo que se encuentra un vestuario muy sano y creo que esta adaptación va bien, sobre todo por el nivel futbolístico que tiene, que está por encima de todo”, expresó su compañero Andrés Iniesta en declaraciones a BarçaTV.

El director deportivo del club, Andoni Zubizarreta, que fue uno de los principales artífices de su fichaje, también pidió paciencia con Luis: “Vamos a darle la tranquilidad para que se vea entrando en el equipo, entrando en el grupo, y en los entrenamientos”.

El paso del tiempo les dio la razón. Suárez se insertó en el grupo y conformó un ataque estelar con Lionel Messi y Neymar. Y como a lo largo de su carrera, Luis resurgió de sus cenizas y se transformó en leyenda del club catalán.