Los jóvenes Adrian Gill, Diego Kochen y Pedro Soma profundizan sobre sus trayectorias hasta la fecha, sus estilos de juego y su vínculo fuera del campo de juego viviendo en el extranjero.
Diego Kochen y Pedro Soma jugaban en equipos rivales en Miami cuando eran niños. Ahora ambos juegan en Barcelona. Tampoco son los únicos futbolistas a punto de llegar al primer equipo del gigante español que nacieron en Estados Unidos en 2006; también está Adrian Gill, nacido en Colorado.
Sólo seis meses de edad separan al trío, que espera que su formación con el Barça contribuya con la selección masculina de Estados Unidos en los próximos años, a medida que más jóvenes estadounidenses se abran paso en Europa. Sin embargo, que tres jugadores de la misma edad lleguen al primer nivel del Barça sería algo realmente especial.
El arquero, Kochen, y el mediocampista, Soma, ya son habituales del Barça Atlétic, el equipo de reserva del conjunto catalán que compite en la tercera división del fútbol español. Gill también podría haber jugado junto a ellos, de no ser por la grave lesión que sufrió en 2023 pocos días después de entrenar por primera vez con el primer equipo. Recientemente regresó tras más de 14 meses de trabajo de rehabilitación, y ahora está volviendo a encontrar su ritmo en el equipo sub-19.
Los tres se sentaron junto al analista de ESPN, Luis García -- que también pasó por el Barça antes de jugar en Liverpool y Atlético de Madrid, entre otros -- para hablar de sus diferentes trayectorias hasta la fecha, sus estilos de juego, sus esperanzas con y para USMNT y su vínculo fuera del campo de juego siendo estadounidenses viviendo en el extranjero.
Gill, de Denver, es el mayor de los tres. También fue el primero en fichar con el Barça, uniéndose desde el equipo juvenil local Cornellà en 2018 después de que su familia se trasladara a España. "La habitación empezó a girar a mi alrededor", cuenta sobre el momento en que un entrenador de Cornellà le habló del interés del Barça.
Un año después, Kochen (Miramar, Miami) se unió a él en el club. Jugaba en la Academia de Fútbol Marcet y pensó que su padre le estaba tomando el pelo cuando le reveló que el club, de cuya famosa academia La Masía salieron jugadores de la talla de Lionel Messi, Andrés Iniesta y Xavi Hernández, quería ficharlo.
"Al principio, no lo puedes creer", cuenta a ESPN. Pensé, 'Vamos, qué broma más pesada me está haciendo mi padre'. Es increíble. Es una gran sensación. No hay otra igual. Es pura emoción, pura alegría. Esas son las únicas palabras para describir ese momento".
La percepción exterior suele ser que es más fácil para los chicos de las academias de los grandes clubes. La realidad: esa presión es enorme, sobre todo con el Barça. Cada año, no sólo compites contra el rival, sino con tus compañeros para que te retengan la temporada siguiente. Para Gill y Kochen, era un entorno diferente al que estaban acostumbrados.
"Una de las partes más difíciles fue darme cuenta de que tengo que estar en mi posición y que la pelota me va a llegar jugando de esa manera", dice el mediocampista, Gill. "En Cornellà, juegas en el número 6 o pasas al 8 o al 10 o juegas donde quieras y te llega el balón. En el Barça, era, y sigue siendo, simplemente aprender la táctica que hay detrás y ser capaz de estar tranquilo y esperar la pelota. No precipitarse. Eso fue lo más difícil. También está la expectativa de que tienes que ganarlo todo, pero creo que es la expectativa correcta. Eleva el nivel de todos los jugadores".
Kochen agrega: "En el campo de juego fue bastante duro, sobre todo para mí, porque es otra intensidad, es otro mundo -- es otra filosofía. Es muy duro. La intensidad es mucho mayor. Es mucho más alta y las expectativas también, que es lo que me costó al principio, pero al final te acostumbras. Es algo con lo que creces".
Ambos se han adaptado a las exigencias del club y han ido progresando por las categorías de edad hasta conseguir contratos profesionales cuando cumplieron los 16 años. Por el camino, han jugado junto a algunos de los mejores futbolistas jóvenes del mundo. En la categoría sub-15, un chico del año inferior fue ascendido a su equipo. Lamine Yamal, con sólo 17 años, es ahora una fija en el primer equipo del Barça y campeón de Europa con España.
"Creo que siempre se notó, incluso desde pequeño, que era diferente", dice Kochen, antes de que intervenga Gill: "Recuerdo el primer entrenamiento con él. Llegó y la gente conocía su nombre, pero no era como el Lamine Yamal de ahora. Tomaba el balón y regateaba a cinco jugadores. Era simplemente impresionante. Yo pensaba: '¿Qué acaba de suceder?'.
Añade Kochen: "Hay un partido que jugamos antes del receso de invierno. Era una de sus primeras participaciones en nuestro grupo de la clase 2006, que en aquel momento era sub-15. Fue un 50-50, desde la línea de medio campo, de volea, directo al arco. No lo podía creer".
La progresión de Kochen no ha estado a la altura de la de Yamal -- nadie lo ha estado -- pero ha sido impresionante. Los porteros suelen tener su oportunidad más tarde en el proceso de desarrollo, pero él ya ha debutado con el primer equipo en un partido no competitivo y fue un habitual de la banca la temporada pasada en LaLiga y la Champions League. Este año juega con el Barça Atlétic para adquirir experiencia en partidos, pero sigue participando con el primer equipo. También ha formado parte de las convocatorias del USMNT bajo las órdenes de Mauricio Pochettino.
"Todo es un paso más rápido", dice Kochen sobre el entrenamiento con el equipo de Hansi Flick. "También es más exigente. Compiten en los mejores torneos de todo el mundo. Todo es mucho más exigente y todo el mundo es mucho más rápido. Todos ven más el terreno de juego. Son jugadores muy completos. Todos son muy confiables. Son lo mejor de lo mejor. Lo notas cuando entras en la cancha con ellos".
“El arquero titular Marc-André ter Stegen ha sido muy amable. Al principio me intimidaba un poco, porque es mi modelo a seguir. De niño, lo veía por la tele. Entrar en el vestuario por primera vez y verlo fue una experiencia surrealista. Pero me ha ayudado mucho. Siempre me da consejos para mejorar".
El pasado agosto, a Kochen y Gill se les sumó Soma (Boca Ratón, Miami), de padre estadounidense y madre brasileña. Ya había estado a prueba en el Barça, pero no pudo fichar hasta los 18 años. Eso ocurrió el año pasado, y dio el salto de Cornellà al 27 veces campeón de España.
"Esto no es sólo un club profesional, es el mejor club del mundo", dice, reflexionando sobre sus primeros meses en el Barça. "No sólo importa lo que haces el fin de semana. Importa lo que haces día a día, todos los días. Es una lucha constante por jugar, por tener minutos. Es una lucha constante, incluso cuando tienes minutos, para hacerlo bien en el campo de juego. Es una cuestión de día a día".
Soma es un mediocampista versátil que ha sido capitán de Estados Unidos en las categorías inferiores. Suele desempeñar un papel más profundo, pero también puede adelantarse. Cuando sale a colación el nombre de Weston McKennie, coincide en que el mediocampista de Juventus es "una buena referencia" para hacer una comparación.
"Los dos últimos partidos he jugado como número 8 y como número 10, así que llego [al área] un poco más", dice sobre sus cambios de rol. "Pero si juego como número 6, entonces es más un rol posicional".
Quizá lo mejor sea conocer la opinión de Kochen sobre Soma, el futbolista. Ambos se conocen desde que eran rivales en Miami, aunque fue pura coincidencia que sus respectivas familias se trasladaran a España. Kochen también es actualmente el chofer de Soma, ya que es el único de los tres que aún no ha sacado la licencia de conducir -- aunque Soma acaba de aprobar el examen teórico.
"Es un jugador muy completo", dice Kochen. "Creo que esa es la palabra para describirlo. Defensivamente y también ofensivamente, es un jugador muy completo. Es muy fiable saliendo desde atrás. Especialmente siendo portero en Barcelona, donde tienes que jugar desde atrás. Es bueno tener a un jugador como él en el centro del campo para que siempre rebote pases o haga combinaciones de tres hombres".
Soma es igualmente halagador con su conductor. "Diego es, como él usó la palabra para mí, fiable. Hay situaciones de uno contra uno y sé que Diego las va a detener. Para mí, es el mejor taponador de remates con el que he jugado y probablemente también con el que he entrenado. Siempre que estás en el partido y tienes a Diego en el arco, te sientes muy seguro".
Gill se encuentra en un lugar ligeramente diferente tras el contratiempo de la lesión. Principalmente un mediocampista que cita a Frenkie de Jong como su referencia sobre cómo jugar en la posición, ha sido probado en el lateral derecho recientemente. Eso lo ha llevado a observar a Joshua Kimmich, de Bayern Munich, que ha experimentado una reconversión similar. Pero, por encima de todo, está contento de volver a hacer lo que le gusta después de un año difícil.
"Más adelante en el proceso de recuperación fue realmente más duro para mí el hecho de venir constantemente y saber que no iba a jugar", dice. "Esforzarme sabiendo que faltaban siete meses para jugar [fue duro], pero volver por fin y poder estar con mi equipo y entrenar es una de las mejores cosas del mundo. Ha revitalizado todo lo que siento por el fútbol".
"Es duro. Es un proceso largo, pero vale la pena para poder volver. Fueron 415 días sin jugar un partido. Todavía me queda camino por recorrer para llegar a la intensidad que tenía antes de la lesión, pero físicamente me siento básicamente como antes".
Lo ayuda contar con una buena red familiar a su alrededor, pero también con las caras conocidas de Kochen y Soma. Los tres bromean sobre los deportes estadounidenses. Gill es un apasionado de la NFL y de los Denver Broncos. Kochen sigue a los Miami Dolphins en la NFL y al Miami Heat en la NBA, y le ofende enormemente que Soma, también nacido en Miami, prefiera a los San Francisco 49ers y a Los Angeles Lakers. "Una parte de mi familia está repartida por California", protesta Soma.
"El hecho de que todos seamos estadounidenses, sin dudas nos une más", afirma Kochen. "Culturalmente somos parecidos. Pasamos tiempo fuera del fútbol. Somos muy amigos. Conozco a Pedro desde hace tiempo, desde mis tiempos en Miami. Y con Adrián llevo seis años en el club. Definitivamente somos conocidos como los gringos del equipo".
Gill ofrece un término coloquial más local para los gringos: "Los guiris. Mi apodo es guiri".
A pesar de ser estadounidenses, los tres podrían recorrer diversos caminos en el fútbol internacional. Gill también tiene pasaporte polaco, Soma tiene el brasileño, y Kochen tiene raíces peruanas y venezolanas, este último también fue sondeado por la Federación Española [RFEF]. Sin embargo, los tres están concentrados en USMNT.
"Ahora mismo, en este momento de mi vida, me veo con los Estados Unidos", afirma Soma, que probablemente participará de la Copa Mundial Sub-20 a finales de este año. "Llevo más de tres años con la selección nacional. Me siento muy, muy estadounidense. Me encanta cuando me pongo la camiseta. Estoy deseando formar parte del USMNT".
Gill, anteriormente internacional sub-17, añade: "Nuestro objetivo es traer una próxima gran generación para USMNT. Tenemos tantos jóvenes que juegan en Europa al máximo nivel, alrededor del primer equipo de Borussia [Dortmund] o del primer equipo del Barça, que es algo inaudito. Va a ser una gran generación".
Kochen es el que más lejos ha llegado en su carrera internacional, y ve como una posibilidad factible ser convocado por Pochettino de cara al Mundial de 2026 en Canadá, México y Estados Unidos.
"Sería surrealista, pero estoy ahí para lo que necesite el país", afirma. "En cualquier posición en la que me necesite, allí estaré al 100%. Si es el primer arquero en la Copa del Mundo de 2026, si es el segundo, si es el tercero, lo que sea que necesiten, allí estaré al 100%".
Por suerte para los aficionados estadounidenses, el pasado de Pochettino como jugador y entrenador del Espanyol, rival local del Barça, no ha afectado a la participación de Kochen en la selección mayor.
"Lo primero que dijo fue: 'Tenemos aquí a un jugador del Barça'", se ríe Kochen. "Es lo primero que me dijo [que jugó en el Espanyol]. Pero tanto él como su staff son un gran equipo. Creo que aportan mucho a Estados Unidos. Creo que harán mucho. Estoy muy contento de tener un entrenador como él, admirado por mucha gente en el mundo del fútbol".
Al margen del Espanyol, el nombramiento de Pochettino ha caído muy bien al trío de estadounidenses del Barça, que esperan que su éxito sea también el suyo.
"Me parece estupendo", afirma Soma. "Un poco de sangre latina para Estados Unidos nunca viene mal. Estoy entusiasmado. Estados Unidos está construyendo, creciendo, desarrollándose y cada vez se ven más jóvenes que se hacen profesionales, sobre todo en Europa. Creo que, para el Mundial de 2026, Estados Unidos va a tener un gran, gran equipo con un gran entrenador".