BARCELONA -- El Barcelona quiere acelerar los plazos para cerrar, antes de acabar el mes de marzo, en caso de ser posible, un acuerdo firme con el patrocinador principal del club para los próximos cuatro años.
El asunto, que no es nuevo y se arrastra desde hace meses, ha alcanzado la consideración de urgente y prioritario en la entidad, cuyos estudios de mercado no le ofrecen alternativas viables a Qatar y prácticamente le condenan a prolongar su relación con el emirato... Bajo las condiciones que quiera el actual patrocinador.
Con el precio del petróleo en caída libre, la rivalidad con el PSG alumbrando en el plano y el Mundial de 2022 a la vuelta de la esquina, el Barça entiende que cuanto más se demore el acuerdo con Qatar, más difícil será mantener un nivel adecuado de exigencia.
En pocas palabras, que los 60-65 millones de euros que acordó Javier Faus en la primavera de 2015 no se sostienen hoy y que de los 70 que, como mínimo, puso sobre la mesa la directiva de Bartomeu tras las elecciones a la presidencia ni se puede soñar.
Manel Arroyo, vicepresidente de marketing del Barcelona, viajará la próxima semana a Doha para reunirse con Qatar Investment Authority con el objetivo de desatascar unas relaciones especialmente tirantes y que llevan ya un mes esperando.
Los ejecutivos árabes, de acuerdo con una fuente próxima al Barça, están dispuestos a reconducir la situación , pero ahora Qatar Airways no solo está por la labor de congelar, sino más aún disminuir, su aportación económica y poniendo sobre la mesa otros condicionantes, como es obtener del club más facilidades para utilizar libremente su imagen y la de sus deportistas.
El Barcelona pretende, todavía, mantener al margen de toda negociación la camiseta de entrenamiento y ni se plantea poner sobre la mesa el nombre del Camp Nou, cuyo nombre a partir del próximo año estará acompañado por una marca comercial que ya ha interesado a Qatar, entre otras multinacionales, pero que el club azulgrana no quiere incluir en la negociación actual.
Desde que comenzó el año aparecieron diversas marcas relacionadas con el Barça, entre ellas y de manera especial Pepsi, que se especuló podría convertirse en patrocinador principal del club .
A este respecto, el mismo vicepresidente Manel Arroyo viajó a Estados Unidos para asistir al Super Bowl y estudiar el mercado norteamericano, aunque la posibilidad de que Pepsi pudiera casar con el Barcelona quedó descartada tanto porque la esposa de otro vicepresidente, Carles Vilarrubi, es presidenta de Coca-Cola Iberian Partners como por entender que, de ninguna manera, la multinacional norteamericana estuviera dispuesta a mejorar las condiciones de Qatar Airways.