BARCELONA -- El Real Madrid de Zidane no va de farol y cerró la primera vuelta de la Liga como líder, con un partido pendiente, y la necesidad de demostrar en las jornadas inmediatas que no sufrirá del vértigo y cansancio que le condenó en los primeros meses de 2015.
Hace dos años, campeón mundial, el Madrid perdió dos partidos y empató uno en enero, para acabar de derrumbarse entre febrero y marzo… Y a este recuerdo se agarra el Barcelona de Luis Enrique, fuera de las dos primeras posiciones ligueras en el ecuador liguero desde la temporada 2003-04 y que contempla como de manera ya indisimulada el Sevilla ha tomado el papel del Atlético… El peor Atlético de la era Simeone.
Habrá que ver ese partido pendiente en Mestalla, a disputar a finales de febrero, para comprobar cual es la certeza del Madrid en la Liga porque parece evidente que no se encontrará un Valencia hundido… Aunque, de momento y con ese duelo por disputarse, es evidente que lleva números que le invitan a ser optimista.
Si por abajo la condena de Osasuna y Granada comienza a verse indiscutible y la del Sporting más que probable, por arriba todos los ojos se mantienen fijos en conocer si el líder será capaz de mantener la velocidad de crucero que le catapultó en la primera mitad del campeonato, en una cabalgada que se cerró de sopetón en el Sánchez Pizjuán, con una remontada impensable del Sevilla y que convierte en humano al grupo de Zidane.
Ocho victorias y un empate enlazó entre las jornadas 8 y 17 antes de perder frente al aguerrido y valiente equipo de Sampaoli el Madrid, mezclando dosis de grandiosidad con otras de fortuna… Porque la suerte acompaña, dicen, a los campeones y esa es la realidad que deberá demostrarse a partir de ahora, en el momento de la verdad, con el regreso de la Champions al escenario y la dureza de un calendario que empezará a no disculpar errores.
SONRISAS Y LÁGRIMAS
El que parece descartado de la pelea por el título es el Atlético de Madrid, que alcanzó el final de la primera vuelta con 35 puntos que son el peor guarismo colchonero bajo el mando de Diego Simeone y muestra síntomas de caducidad en el banquillo rojiblanco, igualado en la tabla por una relanzada Real Sociedad, tan bien dirigida por Eusebio Sacristán.
La depresión que atenaza al Atlético, sin embargo, no tiene comparación con el tsunami que vive el Valencia, que ha llegado a bordear el descenso en una primera mitad de curso horrible y contempla imposible llegar a soñar con plazas europeas.
Y mientras Espanyol transita en la tierra de nadie en que le acompañan Alavés, Las Palmas o incluso Eibar y Celta, Leganes, Deportivo y Málaga luchan por resurgir lejos del descenso, como el Valencia también muy lejos los dos últimos de las expectativas que tenían al comenzar la temporada.
LA PELEA
Arriba, en la lucha por el campeonato, falta por concretar el papel que tendrá el Sevilla, el mejor en puntuación al alcanzarse la mitad de Liga y que es segundo por vez primera desde la temporada 2008-09… Aunque entonces lo hizo con 38 puntos, a 12 de los 50 que sumaba el Barça de Guardiola y hoy lo hace rozándole el pescuezo al líder.
Siete victorias y dos empates completó el Sevilla en las diez últimas jornadas, con cinco victorias consecutivas después de su sorprendente KO en Granada el tres de diciembre (2-1). Aguerrido, animoso, peleón y descarado, el grupo de Sampaoli completó una primera mitad de Liga sorprendente y excepcional, atreviéndose a romper la racha de invicto del Madrid y a señalar hacia el Camp Nou.
El Barça, campeón los dos últimos cursos y absoluto dominador de la Liga en la última década, no cerraba la primera vuelta fuera de las dos primeras plazas desde la campaña 2003-04 y los 41 puntos que suma significan su peor guarismo desde el ecuador de la temporada 2007-08, cuando sumó 40 para cerrar esa primera mitad de Liga siete puntos por debajo del Madrid de Capello… Que acabó conquistando el trofeo.
“Falta media temporada y aún pasarán muchas cosas”, suele repetir Luis Enrique para enfrentar cualquier discurso negativo alrededor del Barça.
Pero lo que falta, ciertamente y siendo verdad lo que dice el entrenados asturiano, es comprobar si el Madrid mantiene el tono de la primera mitad de campeonato, si el Barça reluce en la segunda como en los últimos dos años (salvando la crisis del pasado curso) y, también, si el Sevilla mantiene el ritmo que le ha convertido en sorpresa para trasladarle a aspirante.