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El Barcelona dice adiós a Qatar Airways tras seis años y medio de patrocinio

BARCELONA -- El FC Barcelona vistió este viernes por última vez una camiseta con la publicidad de Qatar en el pecho. Casi 50 mil espectadores fueron testigos del último partido con Qatar Airways en el pecho de la camiseta, con el nombre del patrocinador dibujado en la grada o en el inmenso mural en el exterior de la tribuna.

Se acabó con un amistoso en que las viejas glorias del Manchester United derrumbaron la presentación del Barcelona Legends en el estadio venciendo por un incontestable 1-3 que no motivó ninguna tormenta deportiva, por cuanto la fiesta de ver a Ronaldinho, Rivaldo y compañía valía por todo lo demás.

Rakuten sustituye a Qatar Airways después de seis años y casi siete meses de un matrimonio con más sombras que luces y que solo se mantuvo por la frialdad del dinero. La que presentó en su día Sandro Rosell, entonces presidente y hoy encarcelado.

Desde el 1 de julio Qatar ya no tendrá nada que ver con el Barça, que acabó su relación con el Emirato con el cambio por Rakuten y que, se supone, comenzará de inmediato a desmantelar todas las imágenes que le han acompañado en tantos rincones del Camp Nou, o de su página web, desde que el 11 de noviembre de 2010 el entonces presidente Sandro Rosell anunciara el acuerdo.

Desde entonces y hasta hoy, de acuerdo a lo informado por el club a requerimientos varios tras el encarcelamiento de Rosell, el Barcelona ingresó procedente de Qatar Sports Investments un total de 233.5 millones de dólares en un matrimonio que provocó el traslado de Unicef del pecho a la parte baja de la espalda de la camiseta y un divorcio evidente entre el barcelonismo.

“Es el mejor contrato de patrocinio del fútbol mundial y será muy beneficioso para el club”, lo defendió en su presentación el entonces presidente, quien avaló el contrato afirmando, contra quienes acusaban a la junta de relacionar al Barça con una dictadura, que “Qatar está apoyado por Unicef y la Unesco, nos pide una mano para abrirse al mundo y debemos ofrecérsela”. Desde Unicef, aquel mismo mes de noviembre, se desmarcaron de esas palabras, rechazando haber sido ni tan solo informados del cambio...

La Asamblea del Barça, los compromisarios, aprobó por amplia mayoría la firma con Qatar ante argumentos tan ¿sólidos? como que sin ese dinero se deberían aumentar las cuotas de los socios y abonados un 50 por ciento o que el club no podría mantener la excelencia deportiva con futbolistas de primer nivel. Y recordando, en una frase que sonó a chiste, que en las oficinas las fotocopias se hacían en blanco y negro para ahorrar...

Seis años y casi siete meses después, el Barcelona que preside Josep María Bartomeu negocia con máxima discreción un nuevo contrato con Qatar Airways para que se mantenga como aerolínea oficial, aunque el presente del país, enfrentado a todos sus vecinos, pone en duda ese acuerdo.

Más allá de eso, el matrimonio del Barça con Qatar deja por el camino críticas de toda índole... Y el encarcelamiento de Sandro Rosell por un presunto blanqueo de 15 millones de euros en comisiones ilegales. El ex mandatario del club, de quien ahora prefieren mantenerse alejados los directivos, asesoró a la candidatura catarí para hacerse con la organización del Mundial de 2022 con unas comisiones que se cifran en 2,280 dólares diarios y de forma evidente el nombre del Barcelona quedó salpicado en cuanto empezó a salir a la luz el ‘Informe García’ que deja al descubierto la posible compra de votos por parte de la candidatura catarí.

El Barcelona se despidió de Qatar con un partido en el Camp Nou ante 49 mil 825 espectadores que hicieron la ola, ovacionaron a las viejas glorias del club con Ronaldinho como protagonista estelar y se conformaron con la victoria del Manchester United, que se impuso por 1-3 con goles de Blomqvist, Poborsky y Yorke a los que respondió, en el último suspiro, Déhu.

Adiós Qatar. ¿O hasta pronto?