BARCELONA -- El FC Barcelona cerró el mercado de verano sin fichar a Neymar, con Griezmann y De Jong como incorporaciones estelares, y la sensación creciente en el entorno de seguir sin un sustituto claro para Luis Suárez.
Cambiando piezas en el equipo, incluyendo jugadores de futuro y sumando a un Junior Firpo que, se supone, alcanzará la consideración de competencia a Jordi Alba, el club azulgrana entiende haber dado un paso en la renovación, necesaria, de la plantilla. Pero mostrando haberse quedado a medias.
Y, lo que es peor, dejando en el ambiente una duda y temor que se arrastra desde el verano de 2015, cuando a la sombra del éxito de la Champions se revolucionó con una política de fichajes que en gran medida han resultado ser un auténtico fiasco deportivo.
El Barça ha invertido 239 millones de euros en el fichaje de cuatro futbolistas suspirando por olvidar el pasado reciente, cuatro años de sinsabores en Europa y traducidos en una inversión entre julio de 2015 y enero de 2019 que se disparó hasta los 675 millones. Y que en su gran mayoría acabaron ya fuera del club.
Si de los siete jugadores fichados en 2014, cuando Luis Enrique se hizo cargo del banquillo azulgrana, todavía permanecen, y con un supuesto peso específico, tres en la plantilla (Suárez, Rakitic y Ter Stegen) y por un cuarto (Claudio Bravo) se sacó buen rendimiento deportivo primero y económico después con su venta al Manchester City, lo sucedido a partir de un año después demuestra poco tino en la dirección deportiva o, lo que es tan o más preocupante, entre dudosa y nula relación entre directiva, área deportiva y cuerpo técnico.
Desde el verano de 2015 y hasta enero de 2019 el Barcelona incorporó a un total de 22 futbolistas a la plantilla, de los que solamente permanecen siete. Empezando por Arda Turan (quien, ojo, todavía es propiedad del club) y acabando por Malcom, la inversión en el mercado ha sido un auténtico festival del desastre.
2015-16
Campeón de Europa y sancionado por la FIFA sin poder inscribir jugadores, el Barça fichó a Arda Turan al Atlético de Madrid y Aleix Vidal al Sevilla por un total de 51 millones de euros. Ni uno ni otro pudieron debutar hasta enero de 2016 y si uno pasó de puntillas, Aleix, el otro fue una rémora que en nada se pareció al jugador que tanto había brillado en el Atlético de Madrid.
El turco, cuyo contrato acaba en 2020, juega cedido en el Istanbul Basaksehir, compartiendo los dos clubs su alto salario (por encima de los 12 millones de euros brutos) y Aleix Vidal fue traspasado de vuelta al Sevilla en julio de 2018 por 9,3 millones, poco más de la mitad de su coste.
2016-17
La última temporada de Luis Enrique provocó la conocida como ‘operación futuro’, con el fichaje de jugadores de primer nivel pero jóvenes y llamados a ir ganando protagonismo a la sombra de las vacas sagradas. ¿Resultado? Fracaso. Se invirtieron 120 millones de euros en seis jugadores, contando a Denis Suárez, y de todos ellos solamente Umtiti (quien está en el punto de mira desde hace meses) permanece en el Camp Nou.
André Gomes ya se marchó, en silencio y deprimido, al Everton junto a Digne, Cillessen fue vendido al Valencia en una operación de difícil explicación con Neto, Denis se fue al Celta y Alcácer, cedido primero y traspasado después al Borussia Dortmund, donde demostró que eso de los goles no tiene secretos para él y que buscando a un sustituto para Luis Suárez acaso él era el indicado, aunque no tuviera el pedegree que algunos deben demandar.
2017-18
La huída de Neymar provocó un terremoto en el club. Dembélé primero y Coutinho después estuvieron llamados a hacer olvidar al díscolo delantero con una inversión conjunta (ya contando los variables pagados) de 270 millones de euros a los que sumar otros 104 entre Paulinho, Semedo, Deulofeu, Yerry Mina y Marlon.
Siete jugadores en total de los que solamente Dembélé (contra el deseo general) y Semedo permanecen en el Barça. Deulofeu duró un suspiro antes de ser vendido al Watford, Marlon fue visto y no visto antes de marchar al Sassuolo, Yerry Mina personalizó un gran negocio económico y Paulinho protagonizó un viaje de ida y vuelta a China muy explicado y poco entendido.
2018-19
Otras siete incorporaciones con diversa incidencia en el campo que costaron 129 millones de euros y se reparten entre el acierto, el desvarío y la extrañeza. Arturo Vidal fichó desde el Bayern para suceder a Paulinho, convirtiéndose en una pieza muy utilizada por Valverde; Lenglet le quitó la titularidad a Umtiti y Arthur demostró tener ese fútbol de toque que tanto se demanda en el Camp Nou.
Mientras, se confía (o no) en el futuro de Todibo pero ya se acabó la aventura nunca comprendida de Malcom y menos aún de Murillo y Boateng, llegados en el mercado de invierno y marchados en primavera dejando una imagen inexplicable.