BARCELONA -- El Barcelona que recibirá este martes al Atlético de Madrid en el Camp Nou vuelve a ser un club volcánico. Ocupado en cuadrar las cuentas desde los despachos, con un traspaso/intercambio exprés de Arthur a la Juventus, en el vestuario el ambiente no es mejor.
Dos empates consecutivos a domicilio en Sevilla y Vigo le supusieron perder cuatro puntos, quedar más que nunca a expensas del Real Madrid y derrumbar el crédito de un Quique Setién que ha perdido su ascendente entre la plantilla y del que ya se duda en el club. Tal es así que empieza a tomar cuerpo la posibilidad de que Javier García Pimienta, entrenador del filial, fuera reclutado de urgencia para dirigir al primer equipo, se admitió desde el club a ESPN Deportes.
Preparando los detalles del contrato de renovación que ya acordó con el Barça para las dos próximas temporadas y que debe hacerse oficial en las próximas horas, el reto inmediato de García Pimienta es preparar y disputar el play-off de ascenso a 2ª División con el filial... A partir de ahí, ya se verá.
"Está centrado al cien por cien en el play-off, ya sabe que tendrá a su disposición a todos los jóvenes que trabajan con el primer equipo y no se plantea nada más", explicó una fuente cercana al técnico, advirtiendo que, a partir de ahí no se puede cerrar la puerta a ninguna posibilidad. "Si las cosas no mejoran en el primer equipo no sería descartable".
SIN APOYO
Esa decisión de urgencia, y desesperada, empezaría a tomar cuerpo a la vista de una relación que se intuye rota entre el cuerpo técnico de Setién y la plantilla. Lo sucedido durante la pausa de la segunda parte en el partido de Balaídos dejó patente ese alejamiento.
Las cámaras de televisión captaron a la perfección como Leo Messi, al ser reclamado por Eder Sarabia, se daba la vuelta y abandonaba el corro de los jugadores cuando el ayudante de Setién se dirigía a él, regresando poco después con el semblante absolutamente ausente ante la mirada incrédula del entrenador.
Desde el club se observa un distanciamiento entre Setién y los jugadores que "no se había visto nunca con Valverde" y las declaraciones de Luis Suárez no hicieron más que aumentar la sospecha del divorcio entre los técnicos y los jugadores, que en el vestuario, tras el empate frente al Celta, mostraron abiertamente su desconcierto por las decisiones del banquillo.
Afrontar el fichaje de un entrenador con visión de futuro se considera imposible en el Camp Nou, atendiendo al fin de trayecto de la directiva de Bartomeu hasta las elecciones a celebrar en el verano de 2021 pero quienes vieron a Quique Setién como el mejor gestor posible ya dudan de su elección.
"Ha sido una decepción" se solventa en un momento dramático, tanto de la temporada como del mandato.
Y apostar, en una decisión desesperada, por un entrenador como García Pimienta, de quien ya se habló (aunque sin demasiada convicción) en el momento de despedir a Valverde en enero, se contempla ahora más pausible.
"Tiene muy buena mano en el vestuario del B y con él se vería más opción para los jóvenes" se resume, presentándolo como un soplo de aire fresco en un club alterado otra vez en todos los frentes.