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¡La fiesta acabó! El drama y el olor a fracaso son reales en Barcelona

El Barça, campeón de Liga en ocho de las últimas 11 temporadas, no conquistará su tercer título consecutivo, a no ser que el Real Madrid, de entrada el jueves, ante el Getafe, sufra un derrumbe que se adivina muy improbable.

En el Camp Nou se confirma el final abrupto de una era al convertir el fin de curso en un viacrucis y la palabra crisis ya no es una sospecha, es una plena realidad.

Desde que allá por 2004, Lionel Messi debutó en el primer equipo, el Barcelona sólo ha cerrado una temporada (2007-08) en blanco, siempre se ganó algún título, pero en 2020 se corre ya el riesgo evidente de acabar la temporada, por segunda vez con el argentino, sin conquista alguna.

Casi imposible pensar en la Liga, la Champions alumbra ya no como una ilusión ni tan sólo como una obsesión, es, simplemente, el torneo con el que se salvaría un curso deprimente.

Al cabo de seis meses se demuestra que el despido de Ernesto Valverde no trajo ninguna clase de mejoría ni felicidad al Camp Nou.

El crédito de Quique Setién se apagó poco a poco. Su relación con el vestuario se enfrió y llegados al mes de julio, el optimismo dejó paso a un conformismo pesimista sin remisión. Al Barça se le acabó la fiesta y empieza el drama.

Triste consuelo para el Barcelona señalar al arbitraje al observar su rendimiento en el terreno de juego desde que regresó la competición. Más allá de su holgada y cómoda goleada en Mallorca, a partir de allí, todo ha sido un viacrucis. Se ganó con sufrimiento al Leganés y se entró en una vorágine, un hundimiento que parece no tener final.

"Hasta que, matemáticamente, no se diga lo contrario, lo seguiremos intentando”, aseguró Sergio Busquets, cariacontecido al acabar el empate ante el Atlético de Madrid, sin entrar en polémicas y al admitir que dejarse esos seis puntos es una losa imposible de argumentar.

"Estábamos líderes antes del parón y en una situación propicia, pero hemos perdido demasiados puntos", agregó el mediocampista azulgrana.

El discurso pesimista de Busquets no hace más que mostrar la realidad que vive el Barcelona.

"Desmentimos absolutamente que se le haya trasladado ninguna clase de ultimátum al entrenador", aseguró una fuente autorizada del club catalán a ESPN Deportes horas antes del duelo frente al Atlético.

Acabado el partido ante los rojiblancos, no se sabe el mensaje cierto que circula de puertas adentro en el Camp Nou.

Este es el presente, triste y preocupante, que atenaza al Barça.