BARCELONA -- En la puerta de acceso al viejo vestuario del Barça en el Camp Nou, hace ya más de 25 años, destacaba una pequeña pegatina, colocada como por casualidad pero que se mantuvo durante mucho tiempo. Se podía leer, en catalán, 'Las cosas bien hechas no tienen fronteras' en lo que era en realidad un lema de la Generalitat de Catalunya que la plantilla del legendario Dream Team acogió en primera persona.
Aquel adhesivo ya desapareció, como el acceso a la zona de vestuarios del Camp Nou y como tantas otras cosas del pasado de un club, el Barça, que hoy se descose por los cuatro costados. Si Bartomeu aseguró en su primera y única entrevista concedida tras el desastre de Lisboa que la crisis era "solo deportiva", a diez días de que el equipo de Koeman entre en competición se descubre que en realidad azota a todos los estamentos de la entidad.
El lema histórico de Más que un Club asociado al Barça desde hace más de 50 años es apenas una frase sin sentido en este presente convulso, convertido el club en un desastre a todos los niveles y al que incluso, acaso sin pretenderlo, le puso picante el presidente del Olympique de Lyon dando a conocer que Bartomeu personalmente le dijo que no podía presentarle una oferta por el fichaje de Memphis Depay. Hasta ese punto está derruido hoy el Barcelona...
La gestión, desesperada a todas luces, de los ejecutivos por renovar la plantilla, intentando colocar a Vidal, a Suárez y a todo jugador que puedan (no se engañen, los intocables se contarían con los dedos de una mano) no es más que el último capítulo dentro de un Barcelona hundido.
Quedan pocas horas para que a los impulsores de la moción de censura contra la directiva se les acabe el plazo de recogida de firmas y si cuando comenzaron las adhesiones se contemplaba una quimera que llegasen a las 16 mil 521 necesarias, la posibilidad se contempla ahora muy cercana. Su último recuento oficial, el martes por la mañana, cifraba en 12 mil 700 los apoyos y este miércoles los organizadores hablaban ya de 15 mil, un número que supone una preocupación entre la junta de Bartomeu.
El incuestionable éxito de los grupos que han puesto contra las cuerdas al presidente, sin ser definitivo (en caso de alcanzar las firmas necesarias se debería llevar a cabo una votación en la que precisarían el 66 por ciento de los apoyos) sí deja de manifiesto que el Barcelona sobrevive en un volcán al que la crisis del coronavirus ha supuesto el tiro de gracia.
Por más señalados que estén los futbolistas, que lo están, este 2020 ha sido una colección de desastres a todos los niveles: desde la gestión del cese y sustitución de Valverde, con el esperpéntico episodio en Doha con Xavi en el plano, y hasta el "me quedo" de Messi tras la crisis del burofax, se han sucedido polémicas de todo tipo: las declaraciones de Abidal responsabilizando a la plantilla, el Barçagate, las dimisiones/ceses de seis directivos, la crisis del coronavirus, el nuevo retraso (sin fecha) del comienzo de las obras del Espai Barça con sus más 800 inasumibles millones de euros de coste...
Un caldo de cultivo que desembocó en esta moción de censura con sabor a desastre para una junta que se ha bunkerizado a la espera de lo que suceda el jueves. "No nos riamos tanto con el hundimiento de Bartomeu, porque la directiva que venga se va a encontrar el club como un solar y ya veremos cómo se podrá salir adelante”, avisó un ex dirigente azulgrana. Y es que este si las cosas pueden ir a peor... Pocos dudan que irán a peor.