Lionel Messi apenas tardó 40 segundos en ser expulsado el día que debutó con la selección argentina. Un codazo al húngaro Vanczák, al intentar escapar del agarrón del jugador magiar provocó su primera roja, el 17 de agosto de 2005 en Budapest. Con el Barça no llegó hasta su partido número 753... Y en una jugada no igual pero sí con cierta similitud a aquella de hace más de 15 años.
Cansado del marcaje, en ocasiones fuera de la legalidad, de los defensores del Athletic y buscando el Barça a la desesperada el empate en la final de la Supercopa, al agarrón de Villalibre, de cualquier manera, respondió Messi soltándole un manotazo evidente. Aunque el árbitro fue a consultar la jugada con el monitor del VAR la agresión del capitán azulgrana parecía clara y desembocó en una tarjeta roja que evitó que acabase el partido... Y que puede tener consecuencias para el jugador.
Solo dos expulsiones había sufrido Leo a lo largo de su carrera. Después de aquella en Hungría, el '10' vio la tarjeta roja por una trifulca con el chileno Gary Medel, en el primer tiempo del partido por el tercer puesto de la Copa América 2019, cuando se revolvió de mala manera con el defensor de la Roja en un partido repleto de nervios...
De tantos nervios como el de este domingo, en el que Messi, que reaparecía tras no jugar la semifinal frente a la Real Sociedad, intentó liderar como buenamente pudo al Barça, no escondiéndose nunca, buscando el protagonismo, rematando el balón que rebotado en un rival desembocó en el 1-0 de Griezmann y que combinó de buena manera con sus compañeros, aunque el físico no le acompañase siempre.
Messi, que ya había perdido la final de Copa ante el Valencia en el Villamarín, volvió a quedarse sin título en Sevilla... Y encima fue expulsado en una jugada que provocará una sanción que puede pasarle factura al equipo azulgrana.