Josep Maria Bartomeu, expresidente del Barcelona, y su asesor personal, adjunto a la presidencia, Jaume Masferrer, pasarán la noche en los calabozos de la Comisaría del barrio de Les Corts de Barcelona (muy próxima al Camp Nou). El martes, pasarán a disposición judicial, confirmaron a ESPN Deportes fuentes de la investigación de los Mossos de Escuadra, la policía catalana.
Ambos fueron detenidos a lo largo del día junto al director general del club Òscar Grau, y al máximo responsable de los servicios jurídicos Román Gómez Ponti, quienes los pusieron en libertad a última hora de la noche y, de acuerdo al abogado de este último, no fueron citados a declarar por el juzgado.
El expresidente azulgrana se enfrentaría a las acusaciones de administración desleal y corrupción entre particulares por monitorizar las redes sociales para desprestigiar a diversas personas del entorno culé. Igualmente, ocultar su existencia en facturas inferiores a los 200 mil euros (el montante total superó el millón de euros) para que no tuvieran que pasar por los órganos de control del club.
Dos dotaciones de agentes del Área Central de Delitos Económicos y de Blanqueo de Capitales de los Mossos de Escuadra registraron durante la jornada diversos despachos de las oficinas del Barcelona, así como las sedes de las empresas I3 Ventures y Telampartner. También los domicilios particulares de Bartomeu y Masferrer en busca de nuevas pruebas de una investigación que comenzó hace ya un año, a partir de conocerse el escándalo de las redes sociales, que sacó a la luz que los entonces responsables del club azulgrana contrataron a empresas para desacreditar a jugadores, exdeportistas y opositores.
El escándalo mutó en delito al demostrarse que las facturas, infladas en su precio, habían sido manipuladas por valores inferiores a los 200 mil euros con el objeto de evitar el conocimiento de los órganos de control de la directiva, lo que de entrada motivó la dimisión de seis directivos (Emili Roussaud, Enrique Tombas, Silvio Elías, Josep Pont, Maria Teixidor y Jordi Calsamiglia). Posteriormente, el despido de la 'compliance' officer Noelia Romero, quien exigió una investigación interna para esclarecer los hechos.