BARCELONA -- El Barcelona cerrará este sábado en Eibar su segunda temporada consecutiva sin conquistar el título de Liga, circunstancia que no ocurría desde el curso 2007-08 y que sirve como argumento indiscutible de la renovación que pretende llevar a cabo la directiva de Joan Laporta en el vestuario.
Puede ser el último partido de Ronald Koeman en el banquillo y será, muy probablemente, la despedida de varios futbolistas (jueguen o no) de un club alterado y ya más centrado en el futuro que en el presente.
Con la ausencia del lesionado Lenglet, de los lesionados Ter Stegen y Sergi Roberto (además de los ya conocidos Ansu Fati y Coutinho) y de Messi y Pedri, a quienes ya se concedieron vacaciones, el equipo azulgrana se jugará tres puntos con la única misión de asegurar la tercera plaza que le amenaza el Sevilla.
Y es que si en 2008 fue la última vez que el Barça quedó en tercera posición final del campeonao habría que trasladarse a la temporada 2002-03, cuando fue sexto, para verle fuera de las tres primeras plazas del torneo.
Deprimido por un sprint final desolador en el que apenas fue capaz de sumar cinco de los últimos 15 puntos en juego, encajando nueve goles en cinco jornadas y tirando por la borda un título que, en palabras del propio presidente, se perdió de forma "incomprensible" el Barça vuelve a la casilla de salida, no tan desesperado como en agosto de 2020 pero sí abocado a dar forma a ese cambio de ciclo reclamado tanto desde el entorno como desde el propio seno del club, donde la figura de los futbolistas ha dejado de ser intocable por más que las estrecheces económicas que sufre la entidad pongan un interrogante a todas las decisiones que deban, o puedan, tomarse a partir de la próxima semana.
El Eibar, que en 2014 jugaba en la Segunda División B del futbol español, se despide como colista pero con orgullo de Primera al cabo de seis temporadas enfrentado a un Barça al que apenas fue capaz de arrancar dos empates en trece enfrentamientos, el último en diciembre de 2020 en el Camp Nou y cuando el equipo de Koeman sufría una evidente crisis de la que resurgiría al cabo de un mes.
La teoría apunta a una victoria barcelonista. Más aún cuando el Eibar, que certificó su descenso la pasada jornada, solo ha sido capaz de ganar dos de sus últimos diez partidos de Liga, pero la realidad, contemplando la situación en el Camp Nou, no es capaz, en esta triste despedida, de dar un resultado por supuesto de antemano