Daniel Solsona, leyenda viva del Espanyol en la década de los 70 del pasado siglo, estuvo a un paso de fichar por el Barcelona en una operación que rechazó "hasta por todo el oro del mundo" el entonces presidente periquito Manuel Meler. Y poco después hizo las maletas con destino al Valencia, donde en cinco temporadas conquistó tres títulos y disfrutó al lado de un tal Mario Kempes de quien mantiene "es uno de los más grandes delanteros que he visto. La historia del fútbol no le ha hecho justicia porque Kempes fue mucho más que el Mundial de Argentina".
El menudo mediocampista periquito aterrizó en Mestalla en el verano de 1978 y se encontró jugando al lado del héroe del Mundial y en un equipo en el que compartía el orden del juego con el alemán Bonhoff, campeón del Mundo cuatro años antes, "y que era un jugador también descomunal". Pero todos sus recuerdos como valencianista tienen en Kempes a la figura indiscutible.
"Yo he jugado contra Pelé, contra Cruyff y contra Maradona. He jugado con el Gerente Caszely y con Bonhoff... Y he visto a Messi y también a Romario, a Ronaldo, a Cristiano... Pero, amigo, lo de Kempes en aquel Valencia era de locos. Para mi los mejores son Pelé, Maradona y Messi, que le hemos visto una carrera fuera de lo normal y un rendimiento y espectacularidad extraordinaria pero, de verdad, Kempes era un jugador impresionante".
Sin ser muy amigo de hacer una lista ordenada de los mejores, Solsona recuerda a Pelé como "un futbolista total. Y ojo, que yo jugué contra él ya en su última época, en un torneo Carranza, que en aquellos tiempos tenía una gran consideración. Ganamos nosotros, pero él era una cosa inimaginable: conducía la pelota con una velocidad extraordinaria, remataba con las dos piernas, repartía juego en corto y en largo, tenía un remate de cabeza imponente. Marcaba unas diferencias que no volví a ver hasta Maradona... Y después hasta Messi".
Ese papel de jugador especial lo disfrutó en el Valencia con Kempes "porque también era el que marcaba las diferencias. Cuando tomaba el balón su potencia y velocidad era de vértigo y siempre tenías que estar atento a lo que pudiera hacer porque siendo un gran goleador no era nada egoista pero tenía una capacidad de remate y una dureza en el disparo sensacional".
Con el crack argentino disfrutó de una Copa del Rey en 1979 y de una Recopa y Supercopa de Europa al año siguiente. En ambas temporadas eliminó al Barcelona, con un recuerdo especial de la eliminatoria de Copa en que tras perder 4-1 en el Camp Nou el Valencia remontó en Mestalla. "Entonces no existía la regla del doble valor de los goles fuera y ganando por 3-0 nos fuimos a la prórroga. Y ahí es donde está el ejemplo de lo que te decía de Kempes, solo comenzar la prórroga hizo una jugada descomunal, con una potencia a la que nadie ya alcanzaba en ese momento, y cuando se pensaba que iría a por el gol vio a Felman y le cedió el balón por sorpresa para que marcase. Fue apoteósico".
Y después la final contra el Real Madrid, que venía de ganar una Liga muy ajustada y polémica al Sporting de Gijón y anhelaba conquistar el doblete. "Y que ganamos 2-0... con dos goles de Marito. Los dos entrando por la banda, ajustando el disparo el primero y rematando él mismo el rechace del portero después. Antes de empezar el partido todo el mundo daba por campeón al Madrid pero nosotros teníamos a Mario".
"Al año siguiente, en la Recopa, eliminamos al Barça con dos goles suyos en la vuelta en Mestalla y en semifinales, después de perder 2-1 en Nantes ganamos por 4-0 en la vuelta... Marcando Kempes los dos goles decisivos en la segunda parte" rememora Solsona, quien argumenta con estos datos la trascendencia del crack argentino.
"Puede no estar entre el Top 5 de la historia del fútbol, pero soy de los que piensa que más allá del Mundial de 1978 la figura de Kempes no se ha valorado como merece por su carrera y lo que significó en Valencia", sentencia.