BERLÍN -- Ha sido un viaje accidentado el de Gareth Southgate, quien pasó del ridículo al estatus de tesoro nacional - un camino que incluye pizza, vasos de cerveza de plástico y un breve periodo como ícono de la moda. Y ahora, el entrenador de la selección nacional de Inglaterra está a 90 minutos de poner fin a 28 años de espera por la redención en la Eurocopa 2024.
Muy pocas personas tienen la suerte de tener un momento decisivo en su carrera, y aún menos tienen la oportunidad de compensar uno negativo. Pero Southgate tuvo tanto éxito desde que tomó las riendas de Inglaterra en 2016 -superando a todos sus predecesores menos a uno- que el momento que lo atormentaba ya no lo define.
Todavía está ahí, por supuesto: el penal errado contra Alemania en la semifinal de la Eurocopa de 1996 que acabó con las esperanzas de Inglaterra de lograr su primer título importante desde la Copa Mundial de 1966. Casi tres décadas después, a pesar de haber llegado a dos finales y una semifinal en sus cuatro grandes torneos como seleccionador, esa sombra sigue pesando sobre Southgate.
"Todavía se habla de eso todo el tiempo, sobre todo en los medios de comunicación fuera de Inglaterra", le dijo a ESPN una fuente cercana a Southgate. "Nunca se lo quitará de encima del todo".
Si Inglaterra le gana a España en la final de la Eurocopa 2024 el domingo en Berlín, Southgate casi con seguridad irá al Palacio de Buckingham para ser nombrado caballero por el rey Carlos III y convertirse en "Sir Gareth". Hace menos de tres semanas, los descontentos seguidores de Inglaterra le lanzaban vasos de cerveza de plástico tras un empate sin goles contra Eslovenia en la fase de grupos, pero Southgate conoce a la perfección los extremos altibajos de la vida futbolística.
Poco después de su penal errado en 1996, Southgate aceptó participar en un anuncio de televisión de la cadena de restaurantes Pizza Hut en el Reino Unido que reproducía su penal errado. En el comercial se reúne con los exjugadores ingleses Stuart Pearce y Chris Waddle -ambos erraron en la tanda de penales contra Alemania en el Mundial de 1990- para comer pizza, y Pearce y Waddle se burlan de él durante toda la comida. Durante la mayor parte de la escena, Southgate lleva una bolsa de papel marrón sobre la cabeza para resaltar su desesperación por el anonimato.
Verlo puede resultar doloroso, pero también es un ejemplo del sentido del humor y la sensatez de Southgate. Sin embargo, cuando le preguntaron por el penal errado casi dos décadas más tarde, las cicatrices aún estaban en carne viva.
"Me afectó mucho después y todavía me afecta", le dijo Southgate a FourFourTwo en 2012. "Todos los días, cuando voy por la calle, siempre me lo mencionan. Por supuesto, es molesto. Cuando jugaste durante 20 años y eso es lo primero que la gente piensa de ti, es un poco deprimente".
Hoy en día, las fuentes afirman que Southgate se siente "relajado y filosófico" con respecto a su penal errado. Probablemente ayude que Inglaterra haya tenido éxito en las tandas de penales desde que asumió el cargo de seleccionador en 2016, venciendo a Colombia en Rusia 2018 y a Suiza en la Eurocopa 2024. La única mancha es la derrota por penales contra Italia en la final de la Eurocopa 2020 en Wembley.
Pero ¿por qué iba a importar 28 años después un penal errado en 1996? Para Southgate, ganar el domingo sería el momento culminante de su carrera, pero también tendría en sus manos el trofeo que se le escapó a él y a Inglaterra hace tantos años. Tendría la sensación de que su trayectoria futbolística cierra un círculo, en Alemania en lugar de contra Alemania (ésta también es la primera aparición de Inglaterra en una final de un torneo importante en el que no es anfitrión), pero no se andará con remilgos si la selección inglesa se proclama campeona de Europa.
Más allá de poder enterrar el recuerdo de la Eurocopa '96, Southgate también se aseguraría el cariño y el afecto que siente que le han negado. La excepción a esa supuesta frialdad de los aficionados fueron unas semanas embriagadoras en 2018, cuando llevó a Inglaterra a las semifinales del Mundial, un mes en el que los hinchas de toda Inglaterra compraron chalecos azul marino en homenaje a su atuendo elegido durante el torneo.
A lo largo de su mandato, Southgate ha tenido que lidiar con los abucheos de los aficionados tras las derrotas, y con las críticas desde todos los ámbitos por sus selecciones y sus tácticas. Durante los últimos meses, algunas fuentes afirmaron que se ha cansado de las críticas y de la negatividad, y ambas cosas podrían hacer que deje su puesto tras la Eurocopa, tanto si Inglaterra levanta el trofeo como si no. Después de casi ocho años en el cargo, un ciclo en el que se esperó que Southgate construyera un equipo ganador y al mismo tiempo actuara como portavoz de la Asociación Inglesa de Fútbol y de todo tipo de asuntos ajenos al fútbol, la tensión empieza a notarse.
"Todos queremos que nos quieran, ¿verdad?", dijo Southgate después del triunfo por 2-1 en la semifinal del miércoles contra Países Bajos. "Cuando estás haciendo algo por tu país y eres un inglés orgulloso, cuando no sientes ese respaldo y todo lo que lees son críticas, es duro".
Cuatro días antes, tras la victoria en la tanda de penales contra Suiza en los cuartos de final, Southgate volvió a hablar de las frustraciones del trabajo y el desgaste que supone. "De vez en cuando tiene que haber algo de disfrute en este trabajo", comentó. "Amo a los jugadores y compartir ese momento con ellos, pero no puedo negar que cuando las cosas se ponen tan personales como ha sucedido, duele.
"No creo que sea normal que te tiren cerveza. Ha sido un ambiente inusual para operar".
Un amigo de Southgate le comentó a ESPN que la cualidad del seleccionador inglés que los aficionados subestiman es su "auténtica preocupación por sus jugadores y su cuerpo técnico". Hacer de la selección inglesa algo de lo que los jugadores quisieran formar parte fue la prioridad de Southgate cuando asumió el cargo en 2016, poco después de una pésima campaña en la Eurocopa. Inglaterra fue eliminada por Islandia en los octavos de final de aquel torneo celebrado en Francia, durante el cual el ambiente dentro de la concentración era tan receloso y defensivo que un jugador incluso se negó a responder en una rueda de prensa una pregunta sobre quién estaba ganando la competición de dardos del plantel.
Southgate cambió el estado de ánimo y pensó en el futuro tomando importantes decisiones en la selección de jugadores. Puso fin a la carrera internacional de Wayne Rooney y omitió a un jugador veterano de su selección para Rusia 2018 por temor a que fuera, según una fuente, "un dolor de cabeza" si no era seleccionado para jugar. Su mano dura, en la que le atribuye a Steve Holland el mérito de haberle hecho comprender que la planificación para el futuro también debe conducir al éxito en el presente, lo llevó a prescindir de Joe Hart, Raheem Sterling, Marcus Rashford y Jack Grealish en las convocatorias.
Southgate también desmintió su reputación de entrenador cauto y reacio al riesgo al hacer debutar con la selección a adolescentes como Jude Bellingham, Jadon Sancho y Kobbie Mainoo. Cuando lo criticaron por tardar demasiado en hacer cambios tácticos en los partidos de la Eurocopa 2024, calló a los escépticos con aciertos cuando finalmente intervenía. El gol de la victoria de Inglaterra en la semifinal contra Países Bajos fue convertido por Ollie Watkins y creado por Cole Palmer, dos suplentes que habían sido introducidos por Southgate con menos de 10 minutos de juego por delante. Ivan Toney también hizo una contribución decisiva en la victoria de octavos de final contra Eslovaquia tras entrar de suplente.
Puede que Southgate y sus jugadores hayan tenido suerte en Alemania, pero Southgate podría argumentar que la suerte se basa en ocho años de trabajo y preparación. Southgate incluso podría afirmar que le toca un poco de buena suerte después de haber sido lo suficientemente audaz como para patear ese penal, y errarlo, en 1996. Pero, aunque ese doloroso recuerdo nunca lo abandonará, ni siquiera si el domingo sale del Estadio Olímpico de Berlín con la medalla de campeón, Southgate no ha permitido que marcara el resto de su carrera.
"Un psicólogo deportivo dijo una vez que sólo un idiota reproduciría sus fallos en su cabeza", dijo Southgate cuando le preguntaron por el penal errado. "Y yo no soy un idiota".
Desde luego que Southgate no lo es. Puede que algunos no lo quieran y lo subestimen, pero su enfoque tranquilo y mesurado al frente de Inglaterra ha transformado a los Tres Leones de eternos fracasados en auténticos aspirantes. Y al hacerlo, ya no es el tipo que erró aquel penal. Es el hombre que ha hecho que la selección inglesa vuelva a ser competitiva.