<
>

Super Bowl 2025: Más que revancha, Jalen Hurts cierra el círculo

Los Eagles desmantelaron a Kansas City, y el silencioso pero letal quarterback de los Eagles fue el mejor jugador en el campo


El Super Bowl LIX fue algo más que una revancha. Fue una completa aniquilación de los Philadelphia Eagles a los Kansas City Chiefs, a su línea ofensiva, a Patrick Mahomes, al coordinador defensivo Steve Spagnuolo, y en general, a todo el Chiefs Kingdom.

Dos años después de caer ante los Chiefs en el Super Bowl LVII permitiendo una remontada de doble dígito después de estar arriba 24-14 al medio tiempo, Philadelphia no iba a permitir nada de eso. En cambio, el partido resultó muy reminiscente del Super Bowl LV, cuando los Tampa Bay Buccaneers desmantelaron a Kansas City con un asedio total sobre Mahomes, por marcador de 31-9.

Pero, perdido en toda la charla --más que justificada-- por la primera instancia en que un quarterback de Super Bowl gana un segundo enfrentamiento ante el pasador ante quien cayó previamente en el mayor de los escenarios, está el momento de círculo completo de Jalen Hurts, el silente conductor de la aplastante máquina de Philadelphia.

Esta historia comenzó a redactarse en el Mercedes-Benz Stadium de Atlanta, cuando Hurts era el quarterback titular para Alabama, frente a Georgia, en The 2018 College Football Playoff National Championship.

Al medio tiempo, abajo por 13-0 ante los Bulldogs, Hurts fue enviado a la banca por el freshman sensación, Tua Tagovailoa, quien procedió a realizar la clase de proezas por las que escriben páginas innumerables en los libros de la historia del deporte, culminando con un pase de anotación de 41 yardas en la prórroga para otro título nacional en las vitrinas de Tuscaloosa.

¿Quién fue el primer jugador en felicitar a Tagovailoa, levantándolo después de su latigazo del triunfo? Naturalmente, fue Hurts.

"No hubo conversación", recordó Hurts sobre la decisión del head coach Nick Saban. "Fue una decisión que tomó. Es el jefe y tomó una gran decisión".

La humildad que mostró Hurts, con todos los ojos de la nación sobre él en un momento que para la mayoría podría haber sido humillante, ya nos sugería que había que tenerle el ojo puesto a Hurts.

Hurts pasó el siguiente año como suplente de Tagovailoa, pero con una cuota significativa de acción, incluyendo un relevo para el triunfo, sobre Georgia, en el Juego de Campeonato de la SEC de esa campaña.

Para el año siguiente, transfirió a Oklahoma, donde lo primero que hizo, con toda la humildad del mundo, fue ponerse a trabajar incansablemente en el gimnasio junto a sus nuevos compañeros, para crear camaradería, para mostrar que no llegaba con "estrellitis". Para demostrar que era un Sooner más, dispuesto a invertir la clase de trabajo de cualquiera de sus linieros.

Cuando llegó el momento de conocer su destino de NFL, Hurts debió esperar hasta la segunda ronda para ser elegido por Philadelphia, luego de que cuatro pasadores fueran seleccionados en la primera vuelta, incluyendo su ex compañero de equipo, Tagovailoa.

Joe Burrow se fue primero global a los Cincinnati Bengals después de una de las mejores campañas para un quarterback en la historia de la NCAA y el Heisman en la mano, y Tagovailoa se fue quinto global a los Dolphins.

Pero, también se fue Justin Herbert sexto global a Los Angeles Chargers y Jordan Love en el puesto N° 26 global a los Green Bay Packers desde Utah State. En la plantilla de los Eagles, Hurts inmediatamente quedó relegado a la suplencia del recluta N° 2 global del Draft 2016, Carson Wentz, en una franquicia que recientemente se había coronado en el Super Bowl LII para cerrar la campaña del 2017.

Hurts esperó su turno, y tras un colapso inesperado de Wentz como quarterback profesional --uno que lo ha convertido en un nómada de la NFL con cuatro equipos en cuatro años, incluyendo los Chiefs para esta temporada del 2024-2025 como suplente de Mahomes-- Hurts se ensilló al frente del ataque de los Eagles y nunca más volvió a mirar atrás.

Para su segundo año, ya era el titular en Philadelphia, y para el tercero, ya tenía a los Eagles en el Super Bowl LVII con una campaña de calibre JMV --quedó segundo en la votación por el galardón-- que le redituó en su primer viaje al Pro Bowl y un lugar en el segundo equipo All-Pro.

Aún allí, bajo los brillantes reflectores y sobre la enorme tarima, Hurts siguió siendo el chico humilde de siempre, controlando las palabras basura que su head coach, Nick Sirianni, lanzaba en contra de Mahomes antes de que se consumara la remontada en contra.

El año pasado, los Eagles tuvieron uno de los mejores arranques de campaña, pero se fueron extinguiendo en la recta final y no trascendieron en postemporada.

Todo eso ha ayudado a que Hurts no sea un nombre muy reconocido cuando se habla de los mejores quarterbacks de la NFL, y eso es una injusticia. Seguro, Burrow también ya apareció en un Super Bowl, por ejemplo, pero no tiene anillo. Y es costumbre ver cómo siguen considerando a Herbert --quien nunca ha ganado un partido de postemporada-- como un mejor quarterback que Hurts. ¿Con respecto a Love? Parece que un triunfo en los playoffs del año pasado fue suficiente, también, para colocarlo por delante de Hurts, y convertirlo en el pasador mejor pagado del juego.

A Hurts, eso le podría importar menos. Incluso, mostró una humildad súper humana cuando su propio compañero, A.J. Brown, criticó el desempeño de Philadelphia este año por aire, a pesar de que los Eagles se mantuvieron ganando. Hoy, con una recepción de touchdown a pase de Hurts de 12 yardas, no hubo quejas de Brown.

Esta noche, en el Superdome de New Orleans, llegó finalmente el momento de Hurts. En un Super Bowl de revancha para sus Eagles contra los Chiefs, hay alguna medida de revancha personal para Hurts contra todos los críticos que lo desdeñan, obviándolo en las conversaciones por el mejor de la liga. Porque no fue Hurts, sino Mahomes --unánimemente considerado el mejor quarterback de su generación-- el que lanzó dos intercepciones, incluyendo una devuelta para touchdown, fue capturado seis veces, y perdió un balón suelto.

Fue Mahomes el que no supe descifrar a la defensiva rival, ni hacer llegar el balón a sus receptores con consistencia.

Hurts, en silencio, ofreció una actuación magistral, reparando un error temprano --un envío que se le quedó corto en busca de las diagonales-- para que Philadelphia aplastara sin misericordia a unos Chiefs que entraron al partido favorecidos en las líneas de apuesta.

"Dios es bueno. No lo hubiese logrado sin mis compañeros", dijo Hurts inmediatamente al término del partido, como siempre, repartiendo el crédito.

Diecisiete pases completos de 22 intentos para dos touchdowns con una intercepción, y 11 acarreos para 72 yardas --récord para un quarterback en un Super Bowl-- con otro touchdown vía la imparable "tush push", no son números que lo elevarán al panteón de las mejores actuaciones estadísticas en la historia del Super Bowl.

No importa.

Lo que importa es que tiene su anillo, y fue el jugador más importante para su equipo a la hora de conseguirlo. Hurts fue designado el Jugador Más Valioso del Super Bowl LIX, dos años después de ser el mejor jugador en el campo durante la derrota de Philly, pero hoy importa poco. Lo que importa, es el anillo.

Ya para finalizar, como dato de trivia, ¿saben quién atrapó ese pase de 41 yardas en la prórroga de Tagovailoa para el título de Alabama? Sí, el mismo DeVonta Smith que hoy atrapó un pase de 46 yardas de Hurts para touchdown en el tercer periodo, básicamente acabando con la última bocanda de aliento de los Chiefs.