Expulsado Beraldo cerca del entretiempo, desaparecido y sustituido Kylian Mbappé en 64 minutos, surgió Vitinha para adueñarse del clásico francés, doblegar a Olympique de Marsella y dar la victoria a París Saint Germain en inferioridad numérica, con el gol que él promovió, dirigió y culminó en el inicio de la segunda parte, aumentado en los instantes finales al contragolpe por el 0-2 de Gonçalo Ramos.
En el minuto 53, Vitinha lo hizo casi todo. Él interceptó la posesión en su terreno, conectó dos veces con Dembélé hasta que irrumpió en el área, controló el balón y remató certero con la derecha, imposible para Pau López. Con diez y con una demostración de calidad y pegada del líder de la competición francesa, que luego sufrió hasta que el 0-2 en el 85.
La primera derrota del Marsella en el Velodrome en sus últimos 20 partidos oficiales (13 triunfos y seis empates, hasta la derrota de este domingo); una racha para la historia de la Ligue 1 de París Saint Germain, con su vigésimo primer encuentro de Liga sin perder fuera de casa, a la altura del récord del Lyon entre 2005 y 2006; y otro ejercicio de superioridad de PSG, líder con 12 puntos de ventaja sobre el segundo, el Brest, con 21 sólo ya por jugar.
Tiene aspecto visible ya de campeón de la Ligue 1 el bloque dirigido por Luis Enrique, por más que hubiera empatado en tres de sus cuatro anteriores encuentros ligueros, mientras aparecen las semifinales de la Copa de Francia y los cuartos de final de la UEFA Champions League; los otros retos que se propone PSG. Quiere ganarlo todo.
Ni siquiera lo frenó la confusa expulsión de Beraldo, que lo dejó en inferioridad numérica desde el minuto 40. Ya tenía una amarilla al cuarto de hora. También la acción entonces sobre Aubameyang en la banda pareció merecedora de otra amonestación. El caso es que no le amonestó inicialmente el árbitro Benoit Bastien, sino que fue avisado después por el VAR, revisó la infracción sobre el monitor a pie de campo y mostró la roja directamente.
Antes de ese momento, el plan de Luis Enrique sin '9' de referencia, con Ousmane Dembélé en un híbrido entre media punta y centrocampista con libertad de acción para arriba y con Mbappé y Kolo Muani abiertos completamente a la banda, le salió a ratos.
A veces, sí pareció una apuesta prometedora, cuando conectó entre líneas y provocó alguna ocasión, como el remate de Kolo Muani al que se cruzó rápido Pau López o un eslalon individual. Y, a veces, no, cuando perdió algún balón inoportuno que lanzó al contragolpe al Marsella, que, por lo demás, tampoco asustó en exceso al PSG, si acaso con un tiro de Veretout desde lejos y con un remate hacia su propia portería de Danilo Pereira.
A gritos Luis Campos con el árbitro en el intermedio, dentro del túnel de vestuarios, con el cambio de Kang in Lee en el descanso por Kolo Muani para darle todo el frente de ataque a Mbappé, después de la expulsión de Beraldo tampoco cambió demasiado el panorama del duelo del conjunto parisino, sin apuros, a la espera de su rival... Y de su oportunidad: el 0-1 en el minuto 53 de Vitinha en combinación con Dembélé. Un ejemplo de superioridad.
Ya se había lesionado Mbemba, cojeando por el daño en el tobillo izquierdo, en el Marsella, que sufrió el golpe, lo asumió e incluso marcó el 1-1, anulado porque Luis Enrique estaba en fuera de juego delante de Donnarumma cuando remató a gol Veretout, apenas cinco minutos después del 0-1, aún vigente en el marcador, pero ya advertido el equipo visitante.
Después, Luis Enrique movió ficha. Miraba Mbappé desde lejos el cartel de las sustituciones, atento a qué número saldría para las entradas de Gonçalo Ramos, Marco Asensio y Manuel Ugarte. Uno era el suyo. Lo recibió con un gesto de lamento, sin extrañeza, consciente de que podía ser uno de los reemplazados, como así ocurrió. También Dembélé y Fabián.
El siguiente cambio fue la reaparición de Skriniar, repuesto ya de la lesión que lo había apartado de la competición desde el pasado 3 de enero, para contener a su rival, tampoco sin excesivas ocasiones, solventadas todas ellas por la seguridad de Donnarumma o, en su defecto, por el omnipresente Vitinha, que se cruzó providencial frente a Harit para retener la victoria y sostener la condición invencible del PSG en Francia desde el pasado 15 de septiembre, indudable ya con el 0-2 de Gonçalo Ramos, asistido por Asensio en un vertiginoso contragolpe.