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Flores y fresas, los cultivos a los que se dedica Nervin Jiatz

Nervin Jiatz. Cortesía Nervin Jiatz

El nombre de Nervin Jiatz ha estado ligado al ciclismo nacional de ruta desde hace 11 años cuando inició los entrenamientos en el departamento de Chimaltenango. Esfuerzo que lo ha llevado a ser protagonista en la Vuelta Ciclística a Guatemala, así como ha representar al país internacionalmente con la selección de ciclismo.

Un ciclista que creció en el campo acompañando a su papá en el trabajo, sin imaginar que encontraría la pasión por el deporte de dos ruedas. “Mi inicio no fue nada fácil. Mi papá no pudo comprarme una bicicleta de niño y fue hasta los 10 años cuando aprendí a montar bicicleta, a pesar que no era para mi tamaño”, recordó en entrevista con ESPN, el ciclista oriundo de la aldea Panimacoc, que recién 1 de junio cumplió 28 años.

“Trabajábamos en el campo y poníamos atención a las transmisiones de la Vuelta Ciclística y fue así como me nacieron las ganas de ser ciclista. Cuando mi mamá me mandaba a comprar a la tienda, me iba en bicicleta narrando que ganaba etapas”, expresó Jiatz, quién a los 16 años asistía a los entrenamientos por la tarde a escondidas de su papá.

Finalmente, a los 17 años se integró a la categoría juvenil de la Asociación Departamental de Ciclismo de Chimaltenango para comenzar la participación oficial en eventos bajo la supervisión del entrenador Lázaro Martín. Al destacar en carretera, pasó al equipo Sub-23 del desaparecido Café Quetzal con el entrenador Óscar Martín. Luego integró las filas del NinoSports con Reginaldo Choch, posteriormente se sumó al equipo Decorabaños de Alejo Mazariegos y recientemente se confirmó como nuevo integrante de la Asociación de Quetzaltenango.

“El ciclismo ha sido la base fundamental de dónde he salido para llegar hasta donde estoy ahorita. El ciclismo me dio la oportunidad de superarme y salir adelante. Dificultades siempre se van a tener en la vida, pero eso nos enseña que debemos aprovechar cada momento y oportunidad que se nos presente en la vida”, manifestó Jiatz.

Trabajo en el campo

Debido a que desde niño estuvo involucrado en el trabajo de campo, Nervin aprendió a tratar la tierra, sembrar y tener cosechas. Es así como apoya su papá en la siembra de fresas y personalmente se encarga de su negocio con la producción y venta de flores.

“Las flores se cultivan dos veces por semana. Por la mañana otra persona me ayuda a cortar las flores, empacarlas y entregarlas para la venta, mientras realizó mi entreno. Por la tarde coordino las entregas y voy al terreno para repartir el abono o cualquier cosa que se necesite”, dijo Jiatz, quién calcula producir 300 docenas de flores a la semana para la venta.

“Con la crisis del COVID-19, la venta bajó y tuve que perder parte de la cosecha con el cierre de locales y mercados. Ahora se me han abierto nuevas puertas para vender las flores en Chimaltenango, Quetzaltenango y la Ciudad de Guatemala”, expresó Jiatz sobre su propio negocio.

Por ahora Nervin Jiatz deberá esperar que se supere por completo la crisis sanitaria del coronavirus para retomar sus actividades deportivas con la Asociación de Ciclismo de Quetzaltenango, con el objetivo de integrar la caravana de pedalistas en la Vuelta Ciclística a Guatemala prevista para octubre del presente año.