Liverpool sufrió una inesperada derrota en Anfield 1-0 contra Crystal Palace y desperdició una oportunidad de volver a lo más alto de la Premier League.
El equipo de Jurgen Klopp tuvo el control de la pelota y del juego, especialmente en el segundo tiempo, pero entre la ineficacia, la enorme actuación del arquero visitante Dean Henderson y la mala suerte, no pudo sumar como local y quedó tercero en la tabla de posiciones en una apasionante lucha por el título con Manchester City y Arsenal.
Crystal Palace sorprendió en el amanecer del partido: a los 14 minutos del primer tiempo construyó un golazo con una secuencia de 19 pases, los últimos 5 a un toque, y la definición suave de Eberechi Eze. El punzante delantero del conjunto londinense elevó sus brazos al cielo para festejar la concreción de una obra de arte.
Y esa tempranera ventaja del equipo visitante pudo ampliarse cuatro minutos más tarde cuando Jean-Philippe Mateta definió de manera exquisita un contraataque y Andrew Robertson salvó su arco sobre la línea.
A partir de los 25 minutos Liverpool dominó, pero no tuvo fortuna. A Wataru Endo le impidió el gol el travesaño y a Luis Díaz el arquero Dean Henderson le tapó un remate acrobático.
Los Reds, expuestos a las réplicas de su rival, continuaron con el ataque directo como camino principal para su intento de llegar a la igualdad. Mohamed Salah tuvo otra opción clarísima y nuevamente Henderson se hizo gigante bajo los tres postes con una atajada magistral.
Un fiel reflejo del errático primer tiempo de Liverpool fue que Alexis Mac Allister, uno de los mejores jugadores del campeonato, falló en un pase y la pelota se fue al lateral. El gesto de decepción de Klopp lo dijo todo. Los Reds, como su entrenador, no encontraban la solución para el partido.
El segundo tiempo fue todo rojo. Crystal Palace se replegó y ya no tuvo opciones de construir contraataques. Liverpool generó 14 situaciones de gol, pero no pudo romper el cero en el arco de Henderson, la gran figura del encuentro.
Una de las opciones más claras la tuvo Darwin Núñez, pero el guardametas le negó la igualdad con una atajada estupenda.
Con menos precisión que en fechas pasadas, pero con la intensidad que lo caracteriza, el equipo de Klopp insistió hasta el hartazgo. Con centros al área, con ataques por el medio, con remates desde larga distancia y con posibilidades casi abajo del arco como la última en la que Tyrick Mitchell desvió un remate de Salah que tenía destino de gol. No hubo manera para los Reds.
A Liverpool le aparecieron piedras en un camino que parecía de rosas al hilvanar tres partidos seguidos sin ganar por primera vez en la temporada: perdió dos partidos consecutivos en Anfield (3-0 frente a Atalanta por la ida de cuartos de final de la UEFA Europa League), sumó apenas 1 punto de los últimos 6 en la Premier (empató 2-2 en el clásico contra Manchester United en la fecha anterior) y cortó una racha de 29 encuentros invicto como local en el campeonato (había sido derrotado por última vez en esa condición el 29 de octubre de 2022 contra Leeds). Los Reds no perdían dos partidos consecutivos en Anfield desde marzo de 2021.
Klopp, que se irá cuando termine la temporada, vio con desazón cómo su equipo dejó pasar una oportunidad que puede costarle muy cara.