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Contragolpe: Pitbull Cruz dignifica el boxeo mexicano

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¿Cuál debe ser el siguiente paso en la carrera de Pitbull Cruz? (1:09)

German García analiza el futuro del boxeador mexicano Pitbull Cruz y por qué una revancha no es la mejor decisión. (1:09)

En un año lleno de muchas decepciones, el combate entre Pitbull Cruz y Lamont Roach revitalizó el boxeo. Sigue el pulso del boxeo en Contragolpe de ESPN.


Todos de pie

Cuando parecía que el boxeo latinoamericano caminaba sonámbulo hacia la extinción de figuras capaces de revitalizarlo, apareció Pitbull Cruz. Apretando los dientes, sacando la lengua y arriesgando su físico, brindó una espectacular presentación contra Lamont Roach. El resultado es lo de menos (115-111, 113-113 y 113-113), cuando terminó la pelea todos queríamos más. Por un momento ambos pugilistas nos contagiaron con esa adicción del noble arte, el público no abucheó a los boxeadores, sino al réferi y a los jueces. El pugilismo en su más pura esencia había despertado.

¿Merecía deducción de un punto?

Uno de los momentos de mayor polémica de la noche fue cuando el réferi le quitó un punto al peleador mexicano tras un golpe en la cadera por debajo de la zona no permitida en el séptimo asalto. Aunque causó molestias para la base de fanáticos de Texas y terminó definiendo el combate por las dos tarjetas igualadas (113-113), la deducción fue merecida. Pitbull siguió las órdenes de su esquina que lo mandaron a castigar a los bajos como herramienta para restarle movilidad al oponente. El azteca fue cruzando el límite poco a poco, poniendo a prueba al réferi, quien después de varias advertencias no dudó en restarle el punto. Pitbull se lo ganó, sin embargo, Roach también merecía la deducción de un punto por cortar la pelea con amarres constantes. La queja de Pitbull tiene sentido aunque no en su argumento.

¿El réferi protegió a Roach?

El mexicano expulsaba ira volcánica con el réferi, acusándolo de favorecer a Roach. Lo insinuó en la transmisión en vivo, lo reiteró bajándose del ring y lo reafirmó en la conferencia de prensa. La queja surge por los ocurrido en el tercer asalto cuando conecta la mano izquierda que tambalea a Roach. Pitbull olfatea la sangre, se imagina el nocaut y salta sobre el retador. El réferi lo detiene, lo mandó a su esquina e inició el conteo sobre Roach. Para Pitbull y su equipo no hubo caída, por consiguiente, no debió propiciar el respiro a Roach. No obstante, James Green, estuvo atento en todo instante y capturó el preciso momento en el cual Roach evita la caída colocando el puño en la lona. Suficiente razón para iniciar un conteo. Más allá de culpar al réferi Green, el mérito lo tiene Roach, quien demostró una preparación espectacular capaz de sacarlo del infierno, recuperarse y todavía ir en busca de una “remontada”, la cual casi consigue.

Tú pelea o la mía

Pitbull salió como si hubiera escapado de una jaula. ¿Round de estudio? Para qué, él hizo la tarea en casa. El mexicano aprovechó el primer asalto para dejar muy clara sus intenciones. Roach es un pugilista acostumbrado al contragolpeo y evitar el intercambio, eso Cruz lo sabía, por eso decidió desde un principio cerrarle los espacios y obligarlo a quedarse en el centro del ring. Hizo pelear a un rival que usualmente huye. Para eso tuvo que sacrificar su físico, pero la recompensa valió la pena, porque lo hizo tocar la lona. Roach dijo antes del combate que tenía un IQ superior al del mexicano y lo demostró haciendo ajustes sobre la marcha, especialmente, apagando el fuego inicial de Cruz, y aunque mordió el anzuelo y cayó en su terreno, fue capaz de revertir la situación, anular en la segunda parte la mano tenebrosa de Cruz y clavar la mano izquierda a su antojo, haciéndolo retroceder.

Lara desperdicia oportunidad

Erislandy Lara perdió la noche del sábado aunque ganó la pelea ante Johan González. Perdió una oportunidad de enamorar al público con un nocaut, de decirle “aquí estoy a pesar de mis 42 años”, porque lo que se vio fue al viejo Lara, ese que no se preocupa por el espectáculo, quien no le interesa los abucheos de los fanáticos y prefiere ganar a su ritmo. Su verdadero rival Janibek Alimkhanuly fue retirado del combate tras dar positivo en el control antidopaje. Cuatro días antes le confirmaron al venezolano Johan González como nuevo oponente, sin entrenar, llegó a tapar un hueco. Lara lo mandó a la lona en el primer round, pero el cubano lo dejó vivir, tenía la prisa de un caracol, peleando dentro de un reloj detenido. Siguió el combate a su cadencia, lo volvió a mandar a la lona en el último round y ganó por paliza (118-108, 120-106 y 119-107). El resultado: más abucheos que aplausos.