A cuatro días de perder la final de la UEFA Europa League, Paulo Dybala anotó el gol con el que Roma derrotó por 2-1 a Spezia, en la última fecha de la Serie A, y aseguró su clasificación a la próxima edición del segundo certamen de importancia en Europa.
La Joya aprovechó el penal que le cometieron a Stephan El Shaarawy y, en el minuto 90, marcó el tanto de la victoria con un zurdazo al palo derecho del arquero Jeroen Zoet, que se estiró y no logró llegar.
El delantero argentino, de 29 años, saltó los carteles y celebró junto a los hinchas de su equipo en el Olímpico.
El encuentro no pudo comenzar peor para los de José Mourinho, que no estuvo en el banco al estar cumpliendo sanción por la roja que vio en la jornada pasada ante Fiorentina. Y es que tan solo seis minutos después de todos los aplausos y recibimientos a los jugadores por su final, Spezia se adelantó en el marcador.
El griego Dimitrios Nikolau se aprovechó de una segunda jugada muy mal defendida por Roma y, libre de marca, remató a quemarropa con la cabeza lo que fue un disparo desviado de su compañero marroquí Mehdi Bourabia.
Fue Zalewski el que empató con un centro al arco que ni Belotti ni Bove llegaron a tocar en el corazón del área y que acabó entrando al ocaso de la primera mitad.
Cuando se acercaba el final del partido, con Roma desesperado por marcar viendo que la victoria de Juventus lo dejaba fuera de la próxima UEFA Europa League, Dybala fue derribado dentro del área pero el árbitro no lo señaló, algo que provocó que el partido se calentara en los minutos finales con entradas a destiempo y enojos entre jugadores.
Cuando todo se dirigía al empate final, Wijnaldum encontró a El Shaarawy en profundidad y fue derribado. Esta vez el juez sí señaló la pena máxima y Dybala, de nuevo, volvió a aparecer para salvar a Roma.
El dolor por la caída en la definición por penales contra Sevilla sigue latente. El cordobés abrió el marcador a los 35 minutos de juego en Budapest y José Mourinho lo reemplazó a los 67 minutos.
"Orgullosos de nosotros y orgullosos de USTEDES, de todos los aficionados que nos siguieron a Budapest y de los que nos apoyaron desde casa y desde el Olímpico, independientemente del resultado, ¡dimos lo mejor de nosotros! Jugar para este equipo no es solo un deporte o un trabajo, sino un HONOR. Nos alegramos juntos durante este viaje y también lloramos, lágrimas de sufrimiento que muestran el valor que le hemos dado a nuestra gente. Vamos Roma, siempre!", escribió el campeón del mundo con la Selección Argentina en sus redes tras la derrota.