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Jonathan 'Cabecita' Rodríguez se jugará en el América su última carta para el Mundial de Qatar

El fichaje del delantero uruguayo Jonathan Rodríguez por el América de México representará para el jugador originario de Florida su última carta para tratar de jugar con su país el Mundial de Qatar.

El Cabecita se despidió del Al-Nassr de Arabia, que confirmó este lunes el traspaso del atacante a los azulcremas, máximos ganadores de Liga MX, donde el jugador saldrá a demostrar que a los 28 años puede recuperar el nivel que lo apartó del equipo nacional.

Rodríguez le dio a Cruz Azul el gol con el que ganó su primer título de liga en 23 años, en el Clausura 2021; antes había sido clave en la victoria del Santos en el Clausura 2018, pero en el último año su rendimiento se fue al piso con tres goles en el Apertura 2021 y uno en ocho partidos con el Al-Nassr.

Si bien mejoró su economía con un salario millonario, en Arabia el jugador no logró mucho más y su principal derrota ha sido ser excluido de la lista del seleccionador Diego Alonso.

Colocado en el 2021 como tercer delantero de Uruguay, detrás de Luis Suárez y Edison Cavani, el Cabecita fue un fijo en las convocatorias, pero las buenas actuaciones de Darwin Núñez, del Liverpool, han dejado a Jonathan lejos de Qatar.

Con un buen golpe de cabeza, veloz, hábil con ambas piernas, Rodríguez marcó una época en México, con 74 goles, entre ellos el histórico que le dio a Cruz Azul su primer campeonato de liga en este siglo.

Convencer a Alonso de que mantiene el olfato depredador en el área es su apuesta en el América, un equipo mediático, en el que le exigirán resultados desde el primer día.

Según los medios, el delantero intentó regresar al club celeste, que no tuvo dinero para comprar su carta y propició que el sudamericano se vendiera al mejor postor, que fue el rival más enconado de los azules.

Que Rodríguez se vista los colores contrarios a los que defendió con honorabilidad es algo cotidiano en el fútbol de hoy en el que los fieles a las camisetas son los hinchas. El goleador jugará sin remordimientos, pero sí obligado a meter muchos goles, única forma de reducir la distancia sideral que lo separa de Qatar.