BARCELONA -- Dani Alves se puso en manos de Cristóbal Martell, considerado como uno de los mejores abogados penalistas de España y que en su día representó a Lionel Messi en su conflicto con Hacienda, para llevar su defensa en el caso de agresión sexual que se sigue en su contra y que le tiene en prisión provisional desde el 20 de enero en Brians a la espera del juicio.
El objetivo principal de Martell, "difícil" según explicó a ESPN una fuente jurídica, será lograr la excarcelación del futbolista brasileño y darle la vuelta a un proceso que después de los primeros días lo deja en una situación muy complicada tras haber incurrido en varias contradicciones en su declaración ante la jueza Anna Marín.
Conocido en círculos jurídicos con el sobrenombre de ‘Harry Potter’, del nuevo abogado de Dani Alves (que también representó en su momento al Barcelona en el caso Neymar, a la familia del ex presidente de la Generalitat Jordi Pujol o a la de la familia Núñez) se destaca su "capacidad para negociar pactos extrajudiciales o antes de llegar a juicio", su carácter reservado ante la opinión pública y, por encima de todo, su capacidad de trabajo. "No tiene horarios, pero es cercano y cortés. Siempre está dispuesto a ayudar a un colega”, refiere de él la misma fuente.
El equipo del nuevo responsable de la defensa de Alves, con quien seguirá colaborando Miraida Puente Wilson, presentará próximamente a la Audiencia de Barcelona un recurso solicitando su libertad provisional, entendiendo la dificultad de que los tres jueces de la Audiencia atiendan esta petición después de la contundencia del escrito que redactó la jueza Marín para argumentar la prisión sin fianza.
Igualmente se espera una nueva declaración que ya solicitó el brasileño. En este aspecto también se sospecha la dificultad de cambiar el rumbo del caso de forma inmediata, después de tres declaraciones distintas y sus contradicciones, además de las pruebas, testimonios y grabaciones, que juegan en su contra.
La nueva táctica, atendiendo a la realidad actual del caso, podría pasar por un cambio en el relato, aceptando la existencia de las relaciones sexuales pero disminuyendo su gravedad, reconociendo cierto abuso por la posición de superioridad de Alves pero rechazando que hubiera una violación.
Con todo, el objetivo inmediato es cambiar esta medida de prisión provisional por otra menos grave, como la retirada del pasaporte, la prohibición de salir de España o, incluso, un arresto domiciliario. Para ello una de las primeras actuaciones podría ser empadronar a Alves en Barcelona como respuesta al riesgo de fuga que expuso la jueza. Además de ello se estaría en disposición de depositar una cantidad "importante" en el juzgado para mostrar su total disposición a colaborar con la justicia.