La experiencia del portero de Tigres fue factor para contener el ataque de los Pumas, mientras que Julio González pudo hacer más en el gol de Angulo
El duelo de ida de la semifinal entre Pumas y Tigres tuvo a dos protagonistas. Julio González y Nahuel Guzmán fueron los artífices de que el juego fuera trabado y fueron las figuras de sus respectivos equipos.
El show de los porteros fue constante y clave. Por un lado, Julio, con un estilo muy sobrio, tuvo atajadas que fueron importantes para los Pumas en el primer tiempo. El acapulqueño no titubeó en lo que es su segunda liguilla con los auriazules.
Con mucha seguridad le ahogó el grito de gol a Nico Ibáñez en un par de ocasiones y sus intervenciones ayudaron a que saliera con el arco en cero los primeros 45 minutos. González dio indicaciones importantes a Nathan y Lisandro, quienes obedecieron de inmediato.
Sin embargo, el mexicano no pudo evitar el gol de Jesús Angulo en el segundo tiempo, luego que su equipo se quedó con 10 elementos por la expulsión de Santiago Trigos. Incluso, pese a que llevaba un paso perfecto, quedó la sensación que pudo haber hecho algo más en el disparo del ‘Stitch’ que abrió el marcador en CU.
En tanto, en el otro lado de la cancha, Nahuel fue un show. Fiel a su estilo, el ‘Patón’ brincaba en la línea de gol, se esperaba al último momento para tomar el balón y desesperaba a la afición de casa, la cual le cantaba en contra y lo insultaba cada que podían.
Nahuel no decepcionó en la meta de los regiomontanos. El argentino, con toda su experiencia en esta fase, no soltó balones y el único error que tuvo en una salida, tuvo la suerte que Eduardo Salvio no pudo rematar a portería.
Los primeros 90 minutos se definieron en la portería gracias a Julio González y a Nahuel Guzmán, quienes fueron las estrellas en un juego ríspido y trabado en medio campo, pero ambos fueron clave para que las porterías quedaran en ceros y ahora buscarán que su equipo clasifique a la gran final.