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El amor al fracaso, la eterna doctrina del futbol mexicano

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'Tuca' Ferretti expone los verdaderos problemas del fútbol mexicano (3:55)

La mesa de Generación F analiza los problemas del fútbol mexicano a lo largo de los años. (3:55)

Después del aluvión, del tsunami desesperado de voces, de promesas, de proyectos, de manoseos desde la cúpula plural de Televisa, después de todo eso, el futbol mexicano ratifica sus votos por el amor al fracaso.


LOS ÁNGELES -- ¿Y ahora qué? ¿Y ahora quién? ¿Y ahora cómo? ¿Y ahora por dónde? Dos años y dos semanas después, los dueños del futbol mexicano deciden, eligen, perpetran, comenzar desde cero, desde el fracaso y la infamia de la eliminación de su selección nacional en la fase de grupos en Qatar 2022. Es decir, caer a los infiernos los incita y excita para revolcarse en ellos.

Después del aluvión, del tsunami desesperado de voces, de gente, de promesas, de proyectos, de contriciones, de letanías, de métodos, de nombres, de manoseos desde la cúpula plural de Televisa, después de todo eso, el futbol mexicano ratifica sus votos por el amor al fracaso.

Tras la hecatombe en Qatar 2022, las voces del perjurio:

1.- “Acabaremos la multipropiedad”.

2.- “Regresaremos al ascenso y descenso”.

3.- “Reduciremos el número de extranjeros”.

4.- “Pondremos fin a la mafia de promotores que regentean clubes”.

5.- “Haremos un mejor espectáculo y más seguro para la afición”.

6.- Y el etcétera de todos los etcéteras. Juramentos en las voces del “oficialismo” de Denise Maerker, Ricardo Peláez, Juan Carlos Rodríguez, y otros comunicadores de Televisa.

Sólo hay algo peor que la ruina y la ruindad de estercolar y pulverizar un Plan A, y es no tener un Plan B. Ensayar una solución es un acto de redención, de arrepentimiento, pero renunciar a él es una profesión cínica por pervivir en el fracaso.

Sin duda La Bomba Rodríguez cometió errores graves. Creyó que organizar al futbol mexicano era como organizar un estanquillo y que podía llamar a sus amigos ineptos al mostrador (Ivar Sisniega, Duilio Davino, José Manuel Herrero, Víctor Manuel Aguado), desde mandos medios hasta mandos menores.

Y creyó que podía negociar con iguales, con sus pares. Se olvidó, puntualmente, que los dueños de clubes son más poderosos financiera, política y mediáticamente que él. Sí, nadie recibe órdenes de un lacayo.

El plan del Fondo de Inversión tenía riesgos, sin duda. No es perfecto. Proyectos similares en el mundo de los deportes tienen éxito a veces y otras tantas fracasan.

Pero ¿fue rechazado, el Fondo de Inversión, por inviable, por inoperable, por peligroso, por sedicioso? La realidad es que lo echaron abajo los propietarios, #LaYuntaDeDueños (dixit Sven-Goran Eriksson), porque no podían permitir el control ni las intromisiones en el sarcófago de sus grandes pecados y en algunos casos, de sus grandes delitos.

Pero ¿y ahora qué? ¿Y ahora quién? ¿Y ahora cómo? ¿Y ahora por dónde? A lo mismo. A la pendiente inevitable, irremontable, del continuismo en la ruta estercolada del fracaso.

1.- Los cárteles

Quedó fortalecida la Multipropiedad. Inusitadamente, hasta los enemigos se unieron contra su enemigo común. Impensablemente los grupos Orlegi, Caliente y Azteca se solidarizaron tácitamente con la vendetta de Grupo Pachuca, contra La Bomba.

2.- Leones y hienas

Seguirán los mismos esquemas competitivos. Habrá cinco o seis clubes con aspiraciones reales de campeonar, y el resto, desechos tóxicos, lacras financieras, sanguijuelas del torneo. Recuérdese dónde terminaron los equipos de la multipropiedad en el torneo anterior: cinco de ellos en los últimos cinco lugares de la tabla: Santos, Querétaro, Pachuca, Puebla y Mazatlán. León quedó fuera hasta del Play-In, Atlas entró como rescoldo, y sólo Tijuana sobrevivió en términos de dignidad.

3.- Impunidad

Tráfico de futbolistas. En una de sus escasas decisiones lúcidas, Yon de Luisa quiso erradicar a los promotores clandestinos del futbol mexicano (Bragarnik, Pavón, Uriel Përez, Merino). Eso le costó al América el veto sudamericano. Queda de nuevo abierto el tráfico de jugadores de medio pelo. Siempre hay tontos o corruptos que los contraten

4.- Abandono de la afición

Violencia en los estadios. Desde la masacre en Querétaro, de la que todos los culpables salieron impunes e inmunes, no ha cambiado nada. Como ribete escarlata, la Comisión Disciplinaria condona el partido de veto de estadio a Chivas luego de que un aficionado fue apuñalado reiteradamente y de que el personal médico del estadio, se declaró incompetente para atenderlo. Entre Querétaro y Chivas sólo se hace evidente cómo se fomenta, se prohíja, la barbarie en los estadios.

5.- Los hacen Tri-zas

Y la Selección Mexicana pende de un hilo. Javier Aguirre y Rafa Márquez saben que al irse La Bomba, ellos quedan en manos de la turba de #LaYuntaDeDueños. Han sido desheredados. ¿Huir o resistir? Ya nadie los protege. Ni la Cúpula de Televisa. Deberán aceptar imposiciones de jugadores, partidos moleros, intromisiones de patrocinadores. De la libertad a la esclavitud. Un fracaso en la Copa Oro 2025 –si es que llegan El Vasco y el Káiser—implicaría el chaleco de salvavidas para André Jardine.

“No, yo no meto las manos al fuego, por ninguno de los dueños de equipos, por ninguno”. En momentos diferentes, pero en circunstancias idénticas, lo mismo declararon a ESPNDeportes, Decio de María y Justiino Compeán, ex presidentes de la FMF.

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1:29
¿Corre riesgo el puesto de Javier Aguirre tras renuncia de 'La Bomba'?

Juan Carlos Rodríguez dejó su cargo como Comisionado de la Federación Mexicana de Futbol y fue él quien llevó al 'Vasco' al banquillo de la Selección Mexicana.

Antes de entrar a la asamblea del viernes, lo mismo les advirtió La Bomba a sus allegados. Todos le habían prometido el respaldo absoluto. El lobo entre los lobos olisquea rápidamente el tufo pestilente de la traición.

¿Y quién puede meter las manos al fuego por alguno de los dueños de equipos, si entre ellos mismos sólo comulga la malicia, la revancha, el abuso, la desconfianza, la acechanza, la traición, la trampa? Judas es su dios y Brutus su profeta.

En la asamblea, deciden dejar el futuro del Fondo de Inversión en manos de Mikel Arriola, quien nunca estuvo en las negociaciones más críticas del proyecto. En tiempos en que hay que operar con una calculadora algebraica, él, sufre con la sofisticada sabiduría de un ábaco. Han dejado los cepos de la limosna en manos de Dimas y Gestas.

Sin quererlo y sin saberlo, Juan Carlos Rodríguez, el Máster del Gatopardismo, terminó imponiendo su doctrina: “cambiar todo para que nada cambie”. Sí, ese es el escenario inmediato en el futbol mexicano, han decidido cambiar todo, pero –estrictamente--, para que nada cambie.

Ciertamente, los dueños de clubes tuvieron la oportunidad magnífica de montar una revuelta, una sublevación y arrebatar el poder al hombre del yugo. Al final eligieron seguir servilmente a disposición de las decisiones emocionales de la Cúpula de Televisa.

Irónico pues, los multipropietarios y el resto de dueños desaforaron al que quiso controlarlos, para seguir –estrictamente--, bajo el control del mismo de siempre. ¿Habrá una estulticia mayúscula?

Así pues, el futbol mexicano regresa a los brazos donde elige morirse de todos sus delitos, para morirse de nada. Sí, el amor al fracaso es la eterna doctrina de un balompié que agoniza a plena conciencia.