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Vucetich y Almeyda marcaron a Jair Pereira, quien tiene dudas sobre ser técnico

Jair Pereira con Gallos de Querétaro. Imago7

A sus 33 años Jair Pereira aún no piensa en el retiro, sin embargo comienza a hacer conciencia que el tiempo como futbolista empieza a agotarse “Siempre pensé en retirarme a los 36, tengo 33 y me siento bien, mientras me sienta así y vea que no doy ventajas seguiré” afirma el defensa central quien llegó a Querétaro para el Apertura 2019.

Sobre el retiro profundiza “Cuando pasas los 31 o 32 años ves qué va a pasar y estás consciente que el futbol es celoso con la edad, hay jóvenes que vienen muy bien pero siempre se necesita gente de experiencia, cuando hay juventud necesitas que el de experiencia saque el carácter”.

Aún no ha decidido una vez que retirado del futbol “me llama lo empresarial, tengo un negocio familiar, unas barberías que han ido creciendo y ahora tenemos cinco” no obstante, iniciar una carrera como entrenador también está en el panorama “en julio iba a entrar al curso de entrenador pero todavía no sé si quiera serlo, es mejor tenerlo por si se llega a ocupar, hay gente que me ha dicho incluso entrenadores que creen que tengo la vocación y me gusta, pero ya veremos cuando esté en esas”.

Son los tiempos del futbol los que hacen dudar a Pereira en convertirse en director técnico “Sería hasta más desgastante porque debes estar todo el día en oficina y ver qué quieres para tu equipo y estudiar, Y lo veo en los entrenadores como Victor o Matías que se la pasan encerrados, tienes que estudiar mucho más, si llego a hacerlo quisiera prepararme bien, estudiar en Europa si es posible”.

Son precisamente Vucetich y Almeyda los entrenadores con los que el defensor tiene mayor afinidad “Creo que a todos les aprendí muchos, todos grandes cosas, con algunos más empatía pero los que marcaron mi carrera fueron Matías, con él logramos cinco títulos en Chivas y cambiamos la historia de lo que se venía arrastrando” y sobre Vucetich afirma “llevo poco en el plantel pero siento que he jugado con él tres o cuatro años, es una persona y un entrenador íntegro, ecuánime, es el mismo en buenas y malas, persona equilibrada, está tocado por Dios”.