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El crack de México

El 'Tata' significa esa luz en la perenne penumbra que al futbol mexicano le ha impedido ver más allá de sus propias limitaciones

Por fin, México tiene un crack.

No anota goles, pero tiene definición.

No esquiva rivales, pero los confunde.

No da grandes pases, pero hace mejores a lo suyos.

No ataja, pero serena.

Durante décadas, la Selección Mexicana de Futbol ha buscado al elegido: ese hombre que sea capaz de tirar del grupo y transformar la mediana historia del equipo mayor. Un diferente, ajeno a los complejos naturales de este balompié, para quien el quinto partido es una estación y no el destino.

Ha buscado en muchos tipos y en muchas partes. Ha fracasado en encontrarlo y por lo tanto ha fracasado en la búsqueda de sus objetivos. Pero hoy, parece haberlo encontrado: Gerardo Martino.

Yo soy el primero en resentir la premura de mi atrevimiento, pero prefiero obviarla y confiar, porque el 'Tata' significa esa luz en la perenne penumbra que al futbol mexicano le ha impedido ver más allá de sus propias limitaciones.

Martino tiene jerarquía y sus convocados la respetan.

A diferencia de la letanía de estrategas que han pasado por el equipo nacional, Don Gerardo ha visto, vivido, sufrido y disfrutado del futbol en un nivel al que sus antecesores solamente han aspirado.

Que le haya podido ir bien o mal es otra cosa, pero la experiencia la ganó y ahora la pone al servicio de su nuevo empleador.

Pero tal vez la más importante cualidad que hasta ahora ha mostrado el DT del Tri es su aplastante dominio del escenario, sobretodo comparado con sus pares que previamente ocuparon su puesto.

La victoria no lo excita y la derrota no lo deprime. Sabe encontrar el punto ecualizado al desmedido ruido que envuelve al llamado 'equipo de todos'.

Sí, en la cancha los futbolistas son los que deciden, pero por fin hay alguien que sabe mandar, que no se marea con el éxito y no teme a ver al fracaso a los ojos. El Tata ha pasado por muchas en su carrera y por fortuna dirigir a la Selección Mexicana de Futbol no se ha convertido en un lastre, como fue para otros que pasaron por ahí.

En pocas palabras, México por fin encontró a su crack.