El técnico originario de Michoacán indica que el salario que obtiene en Guatemala es similar a los técnico en Liga de Expansión y que en México no hay confianza en los técnicos mexicanos
MÉXICO.- El entrenador mexicano Roberto Hernández disfruta las mieles del éxito en Guatemala, tras hacer campeón de liga al equipo Malacateco, como hace algunos años lo consiguiera Juan Antonio Torres Servín con Antigua; sin embargo, no deja de pensar que al entrenador mexicano no se le valora como al extranjero en la Liga MX, algo que le duele.
“Es bien difícil que el mexicano crea en el mexicano. Siempre creemos mucho más en una persona que habla diferente; creemos mucho más en una persona que tiene un tono de voz diferente y ya con eso creemos que van a enseñarnos lo que no sabemos en México”, agrega Roberto Hernández, quien considera que ese trato se ha dado históricamente.
“Cuesta muchísimo trabajo creernos entre nosotros mismos. Y cuando alguien se cree también es mal visto. Cuando un mexicano levanta la voz y dice: ‘oigan, espérenme, yo sé, yo puedo y yo quiero’, dicen: ‘éste ya va a empezar’. Es bien difícil también poderte manifestar”, dijo el entrenador que en México salvó del descenso a Monarcas Morelia.
Con apenas cuatro meses en Guatemala, Roberto Hernández pudo darle una forma al Malacateco, no obstante “lo difícil que es acoplarse, aun hoy, a las situaciones que tiene el futbol guatemalteco, como lo son las circunstancias económicas y a las posibilidades del equipo. En México se tiene todo y llegas acá y crees que es lo mismo; dices, ‘donde está esto, el gimnasio’; hay muchas carencias de esa naturaleza y uno tiene que adaptarte a todo eso, aunque la directiva intenta contar con lo mejor ”.
Cuenta que un entrenador en Guatemala gana como en la Liga de Expansión de México y a ello también tiene que acoplarse; pese a todo, afirma que dirigir en donde ahora él está es un reto y por lo mismo se tiene la posibilidad de crecer. “Estoy es un club humilde, sencillo, pero los directivos están dispuestos a escucharte con las limitantes que tienen. Quieren profesionalizar las cosas lo más posible y con sus posibilidades, de a poco, uno tiene que ir agregándole cosas. Es optimizar el recurso y sacarle el mayor de los provechos a todo, inclusive a los jugadores”.
A sus colegas mexicanos les dice que si deciden buscar una oportunidad en Centroamérica, con la posibilidad de dejar huella como él ahora, “o quedarse a seguir picando piedra en México, esperando, está bien y también es válido”.
Por otro lado, señaló que en Guatemala se dice que “hay una invasión de mexicanos”, pues hay cinco entrenadores de aquí, además del técnico nacional Luis Fernando Tena, y hasta José Cardozo, prácticamente hecho en México; además, casi todo los clubes tienen jugadores mexicanos, aunque casualmente el que dirige, no.
“Afortunadamente, nos fue bien. A Roberto Montoya lo dejamos fuera en semifinales; Irving Rubirosa se metió a liguilla. Daniel Guzmán no entró a la liguilla, pero fue finalista en la Copa de la Concacaf. A Raúl Arias no pudo llegar a la liguilla, pero lo trajeron seguramente para librar la parte del descenso y en este aspecto avanzó de las últimas posiciones”.
Comentó que “Toño Torres Servín de alguna maneta nos abrió las puertas a los mexicanos en Guatemala, al ser uno de los han venido a ser campeones y antes vino Alberto Aguilar e hizo campeón al Comunicaciones”.