LOS ÁNGELES -- Jorge Villafaña ha convertido en realidad un sueño al lograr acariciar la Copa MLS, que este domingo se adjudicara junto a su equipo, el Timbers de Portland, una institución con 40 años dentro del profesionalismo, desde la época de la NASL y miembro de la Major League Soccer (MLS) a partir de la temporada 2011.
El marcador de punta izquierdo, de 26 años de edad, no es uno de los futbolistas que se roban los reflectores en el plantel de Caleb Porter que lograra un triunfo de 1-2 sobre el local Columbus Crew, con anotaciones del argentino Diego Valeri y el tico Rodney Wallace, quienes son los que se llevan los titulares.
Porque el futbol es así: los que hacen los goles son los que se quedan con los premios al mejor jugador, los elogios de la prensa, los aplausos del aficionado y son quienes aparecen en los noticieros de la televisión.
Y en la mayoría de los casos, los cronistas, los analistas, se olvidan --nos olvidamos, me incluyo-- de quienes evitan las anotaciones.
A esta última especie, pertenece Jorge Villafaña.
Al menos, en lo que se refiere a la última etapa de su carrera profesional, misma que iniciara en el año de 2007, luego de ganar un concurso para futbolistas aficionados, denominado “Sueño MLS”.
Jorge tiene tanto mérito para sentirse campeón como los autores de los goles de una oncena que se une a las del Fire de Chicago (1998) y del Real Salt Lake (2009), como los únicos equipos de expansión que logran coronarse como campeones de la MLS.
Porque el oriundo de Anaheim, en el Condado de Orange, California, que diera sus primeros pasos como futbolista en Pénjamo, Guanajuato, donde pasó su infancia y su adolescencia, fue uno de los elementos más destacados en cuanto a la función defensiva que los de Oregon utilizaron para congelar las aspiraciones del equipo de casa, a partir del minuto 7, cuando los Taladores, tomaron ventaja de 0-2 en el marcador.
Porque la radiografía estadística del duelo final de la Copa MLS 2015 revela que el cuarteto defensivo integrado por Alvas Powell, Nat Borchers, Liam Ridgewell y Jorge Villafaña, limitaban a una ofensiva rival encabezada por el peligrosísimo atacante africano Kei Kamara, a solo un remate a portería a lo largo del encuentro, justamente, el que resultara en el único tanto para los de Columbus.
En el mismo capítulo, el de las acciones defensivas, los dos marcadores de punta de los nuevos monarcas de la MLS, Powell y Villafaña, se combinaron para destruir o interceptar un total de 25 ataques del Crew.
Porque esa ha sido otra de las características de Jorge: es un luchador incansable. Lo ha sido durante toda su vida.
Creció bajo los cuidados de su madre, luego de que el padre solo se ocupara de engendrarlo. Fue por ello que, al cumplir la mayoría de edad, borró de su certificado de nacimiento el apellido paterno de Flores, para adoptar el de Villafaña, de su madre, y de esa forma, rendir un tributo a la abnegación de la autora de sus días.
Su ascenso en la filas del futbol profesional, luego de llegar a la plantilla de Chivas USA, un equipo que terminó por desaparecer sin poder encontrar una identidad propia, no fue fácil.
Jorge luchó contra el estigma de su origen futbolero, como producto del primer concurso de “Sueño MLS” y no aceptó que, como apodo, los compañeros lo identificaran como Jorge ‘Sueño’ Flores.
Desde esa época, se resistía a ser una simple quimera y buscaba transformarse en toda una realidad.
Integró selecciones con límite de edad de Estados Unidos, logrando la clasificación y participando en el Mundial Sub-20 de la FIFA en 2009, además de ser parte también de la Sub-23.
Su debut profesional fue el 25 de julio de 2007 y aunque en la temporada siguiente, en el 2008, lograra una racha importante, anotando 3 goles en juegos consecutivos, desempeñándose como mediocampista y como atacante por el sector izquierdo, los técnicos de esa época con el equipo que fundaran Jorge Vergara y Antonio Cué, no le concedieron la titularidad.
Terminó su paso por el ‘Chiverío Angelino’ con actuaciones en 84 juegos, 63 como titular y 7 anotaciones, en 7 temporadas como rojiblanco.
Con Portland Timbers, ha cumplido apenas su segunda campaña completa y en la temporada regular de 2015, fue un jugador inamovible como lateral izquierdo, con una importante proyección ofensiva, incluida la labor de lanzar saques de esquina desde el vértice opuesto.
Disputó 33 encuentros, todos como titular, para sumar 2,929 minutos de servicio para los Timbers, mientras que en la postemporada hizo parte del equipo titular de Caleb Porter en 6 encuentros, con 547 minutos en la cancha de juego.
Todo un mundo de diferencia con aquellos dos duelos de postemporada que Jorge experimentara como jugador de Chivas USA, en 2009, cuando acumuló 17 minutos, en dos duelos en los que llegó desde la banca.
Hoy, Jorge Villafaña, es campeón. Un digno campeón.
Y aún le quedan algunos sueños para convertirlos en realidad, incluyendo, la participación con Portland Timbers en la Liga de Campeones de la Concacaf de 2016-2017, con la posibilidad abierta de llegar a disputar el Mundial de Clubes de la FIFA.
Mientras tanto, Jorge ya es un ejemplo de perseverancia. Una prueba de que, cuando se quiere, y si se trabaja bien, se puede.