NUEVA JERSEY -- En julio, en Nueva Jersey hace calor. Mucho calor. Y a las tres de la tarde se siente más que nunca la inclemencia del sol y de la humedad. Las condiciones climáticas no serán un ingrediente menor en las semifinales y en la final del Mundial de Clubes 2025.
Todo lo contrario. Representarán un obstáculo que deberán sortear los cuatro equipos para llegar a la gloria el domingo 13 de julio.
No se pueden preparar estos partidos sin tener en cuenta el clima. Enzo Maresca, Renato Portaluppi, Luis Enrique y Xabi Alonso planificarán sus partidos con la conciencia de que será imposible sostener el ritmo y la dinámica sobre el abrasador césped del estadio MetLife. Organizar las cargas y el esfuerzo en función de esto puede marcar la diferencia definitiva en semis y final.
"El calor es una locura, insano. Es muy difícil jugar así, pero es igual para todos los equipos". Jude Bellingham, de Real Madrid, fue muy claro sobre lo que significa esto para los futbolistas, pero desde luego no fue el único en declarar algo similar en la previa al cruce con PSG. Todos los protagonistas de todos los continentes han coincidido en la agregada dificultad que presume la temperatura.
La forma de evitarlo es jugar más tarde o en estadios cerrados como el de Atlanta, pero ya no será posible a esta altura del certamen. Al cansancio general de la temporada y al particular de este campeonato, con sus viajes y sus partidos cada cuatro días, en esta etapa final se suma la cuestión del horario y la sede. Los tres encuentros restantes se disputarán por la tarde neoyorquina, la hora más caliente del día.
Además, el escenario no ayuda. El estadio MetLife está ubicado en East Rutherford, un pueblo ubicado en el condado de Bergen, en el estado de Nueva Jersey. El imponente escenario se levanta en una zona descampada, sin árboles y rodeado de cemento. No existe reparo del sol y da la impresión que el calor es todavía mayor.
Para el martes, el día del partido entre Fluminense y Chelsea, podría haber lluvia, lo que evitaría que el sol pleno complique todavía más, aunque la humedad también genera fatiga. La temperatura de ambos días superaría lo 33 grados a la hora de los encuentros.
Según FIFPro, es recomendable hacer pausas de refresco cada media hora. Esto ocurre en el Mundial desde el comienzo y ha sido objeto de algunas críticas, porque también se realizó en estadios donde no hacía el calor que tendremos en los últimos encuentros. Ahora sí es fundamental pero según los protagonistas no mejora demasiado el panorama.
Lo lógico es pensar que Fluminense es el equipo más acostumbrado a jugar con condiciones como esta. En Brasil hace más calor que en Francia, España e Inglaterra. Sin embargo, Renato también se puso en estado de alerta: "Hará demasiado calor en el partido contra Chelsea. Debemos tratar de tener la pelota y no correr detrás de ella. Eso hará que haya pocas ocasiones de gol y quien mejor las aproveche ganará".
Allí puede estar la clave en el desenlace del Mundial. Ahorrar energías con la pelota, ser contundente y tratar de no gastar esfuerzos en vano. En definitiva, la inteligencia de los jugadores será aún más relevante que en situaciones naturales.
