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          El día que Diego Lugano conquistó el mundo con São Paulo

          • ESPN.com
          18 de dic, 2025, 13:40 ET

          El 18 de diciembre de 2005, Diego Lugano ganó el Mundial de Clubes con São Paulo, equipo brasileño que venció en la final a Liverpool, partido donde la Tota enfrentó a un delantero ‘al que era imposible ganar de cabeza’.

          El Tricolor se había clasificado al certamen intercontinental tras haber ganado la CONMEBOL Libertadores 2005, mientras que los Reds habían ganado la UEFA Champions League 2004/2005 tras vencer en la histórica final contra Milan.

          En el Mundial de Clubes, São Paulo superó 3 a 2 a Al-Ittihad en Tokio el 14 de diciembre (con dos goles de Amoroso y uno de penal de Rogério Ceni), y al día siguiente Liverpool venció 3 a 0 a Deportivo Saprissa en Yokohama (doblete de Peter Crouch y un gol de Steven Gerrard).

          La final se jugó el domingo 18 de diciembre en Yokohama, y el elenco brasileño dirigido por Paulo Autuori alineó como titulares a Rogério Ceni (capitán), Cicinho, Fabão, Lugano, Edcarlos, y Júnior, Mineiro, Josué, Danilo, Márcio Amoroso y Aloísio.

          Por su parte, los once elegidos para jugar desde el inicio por Rafa Benítez fueron José Reina, Steve Finnan, Jamie Carragher, Sami Hyypiä y Stephen Warnock, Luis García, Steven Gerrard, Xabi Alonso, Mohamed Sissoko y Harry Kewell, y Fernando Morientes.

          Al minuto 27, Aloísio habilitó de gran manera el rompimiento de Mineiro, quien definió de zurda para el 1 a 0.

          A los 10’57” del segundo tiempo se produjo otra jugada clave en el partido. El ex capitán de la Selección Uruguaya recordó en diálogo con las redes sociales del club paulista: “Hubo un penal no sancionado sobre Júnior a favor de São Paulo. El equipo protestó y demoró medio segundo en salir a presionar, entonces Liverpool salió muy bien jugando para Gerrard, y por única vez quedamos en desventaja numérica a nivel defensivo”.

          La Tota continuó: “Fue una milésima de segundo donde yo sabía que tenía una bala de plata para hacer una falta fuerte. No quise arriesgar en dejar correr la pelota o apostar a la disputa en la carrera, entonces fui directo a matar la jugada porque pensé que era lo más seguro para el equipo. Si fuera hoy, era tarjeta roja”.

          Sobre el final del encuentro, los europeos cargaron con todo lo que tenían, y entre sus armas estaba la gran altura de Peter Crouch, quien ingresó al minuto 85.

          “Liverpool se caracterizó como un equipo muy directo, por lo que con dos, tres toques ya ponían la pelota en el área. Morientes era un gran cabeceador, pero cuando entró Peter Crouch era imposible ganarle de cabeza. Creo que fue el jugador más alto en la historia del fútbol, yo llegaba a su codo”, recordó Lugano en ESPN sobre el delantero inglés cuya estatura superaba por un centímetro los 2 metros.

          El uruguayo dijo cuál fue la mejor estrategia que pensó para neutralizar a Crouch: “La mejor chance era intentar interceptarlo, obviamente lejos de Rogério Ceni. Cuanto más lejos del área, mejor, porque esa primera pelota seguramente la íbamos a perder”.

          “Yo era el último hombre y, más que jugar, tuve que observar dónde estaban posicionados mis compañeros de equipo y anticipar el movimiento. Con mucha concentración, un poco de suerte y una buena comunicación, logramos que a menudo Crouch quedara en fuera de juego, algunos fueron offsides muy finos y arriesgados, pero era la única forma de sacar a los delanteros del Liverpool de nuestra área”, reconoció quien vestía la camiseta número 5 de São Paulo.

          El plan funcionó y el equipo sudamericano ganó 1 a 0, convirtiéndose la Tota en uno de los pocos uruguayos que se han consagrado campeones del mundo a nivel de clubes en este siglo XXI.

          En 2025, a 20 años de esta gesta deportiva, São Paulo homenajeó a los ídolos que conquistaron su tricampeonato mundial en Japón pintando las paredes de su estadio Morumbí con varias imágenes de aquel partido.