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El lavado de cara de Diego Alonso a la Selección Uruguaya

En dos partidos el equipo uruguayo cambió el semblante y quedó a un juego de clasificar directo al Mundial. @Uruguay (TW)

¡Cómo cambió la cara de los uruguayos! Aquello que parecía imposible a fin de año cambió radicalmente un mes después. La Selección Uruguaya de fútbol tiene la clasificación al Mundial de Qatar al alcance de la mano.

Las cuatro derrotas consecutivas, con un cambio de fixture que perjudicó notoriamente ya que la celeste debió enfrentar dos veces a Argentina y a Brasil o Bolivia de visitante, habían golpeado duro a los ciudadanos del país.

El cambio de entrenador y el movimiento de algunas piezas permitió a Uruguay ganarle a Paraguay en Asunción y hacer lo propio ante Venezuela en el Centenario. Y el equipo quedó en zona de clasificación directa y un triunfo (frente a Perú de local) de clasificar al Mundial.

¿Qué cambió de Diego Alonso a Oscar Tabárez? Fue una especie de lavado de cara. ¿Por qué? Porque Alonso no borró todo de un plumazo como pedía mucha gente, sino que se respaldo en los referentes de cientos de batallas.

Mantuvo a Diego Godín de capitán, le otorgó el mismo protagonismo a Luis Suárez en la ofensiva y volvió a confiar en la dupla que conforma con Edinson Cavani.

Los retoques fueron mínimos pero efectivos. Desde el punto de vista futbolístico, que era un déficit que padecía la selección, el técnico liberó a Federico Valverde. El volante de Real Madrid jugó más suelto, por delante de Rodrigo Bentancur, y eso le permitió mostrar su calidad.

Asimismo, le otorgó un protagonista que no tenía. Lo hizo dueño absoluto de todas las acciones de balón parado. El otro punto que es netamente a favor suyo es la citación primero y la inclusión en el equipo titular después de Facundo Pellistri. Mérito puramente exclusivo de Diego Alonso.

En el sector defensivo se ganó solidez. Es cierto que se enfrentó a dos de las peores selecciones del continente, de acuerdo a lo que dice la tabla de posiciones, pero el equipo no falló.

Sin tomar en cuenta el cambio de golero, ya que Muslera no estuvo por lesión, atrás movió dos piezas: los laterales. Y con ambos sorprendió. Primero por jugarse a Mathías Olivera que jamás había jugado en la selección mayor y demostró su solvencia. Y luego jugándose una patriada grande al poner como lateral derecho a Ronald Araújo.

Y arriba se puede hablar de lo que generó Pellistri jugando por banda derecha, la forma en que rindió De Arrascaeta y el confiar nuevamente en que Suárez y Cavani podían jugar juntos.

Ahora viene Perú. Un rival directo. Otro equipo, con otros López en cancha. Es un partido de cara o cruz. Un juego en el que Diego Alonso tendrá que dejar en claro si el lavado de cara que le dio a la selección es efectivo.