Con la clasificación de Uruguay a la Copa del Mundo de Qatar 2022 el país estalló. Por los barrios sonaron bombas. Los jóvenes ganaron la calle a pesar de la lluvia. Los afortunados que estaban en el Centenario inmortalizaron el momento con sus celulares. Y en medio de toda la locura un hombre de rodillas y llorando por la camiseta de su país: Diego Godín, el símbolo de una era.
Recién cuando el árbitro brasileño Daronco terminó con el sufrimiento, Godín se bajó del carro de la montaña rusa. Y se descargó. Mientras el resto de sus compañeros corrió a abrazarse con el primero que se cruzara por su camino, el capitán se derrumbó en el pasto del Centenario.
Solo él sabe lo que padeció. El dolor de la salida del técnico que lo hizo debutar en la selección y que le entregó el brazalete como Oscar Tabárez. La elección de un club como Cagliari con el objetivo de poder jugar para llegar con rodaje a la selección, una historia que terminó mal, con una salida que le dejó un sabor amargo de boca. Los malos momentos padecidos en las Eliminatorias. Las cuatro derrotas consecutivas incrementaron las críticas. Las dudas y los temores. Todo lo llevó a ser blanco, objetivo de duras críticas. Muchos pretendieron jubilarlo.
Por eso el alivio del final. Por eso la descarga, el hincarse en la cancha. Diego Godín es el símbolo de una generación. Un jugador que arrancó su historia con la celeste en 2006 y no paró hasta transformarse en el futbolista con más partidos con la celeste en el pecho.
A Godín no le tocó un momento sencillo para ser capitán. Le tocó ser referente cuando los jugadores decidieron plantarse y pelear por sus derechos. Y no es un detalle menor, porque además de fútbol tuvo que atender temas políticos. En ese período, plena clasificatoria para Rusia 2018, se sucedieron movimientos de los jugadores. Debió tolerar ataques, lo sabía y lo expresó públicamente, y volvió a clasificar.
Este jueves, el final del partido contra Perú lo encontró en medio de una locura generalizada. Las imágenes fueron conmovedoras. El llanto de Josema Giménez, como el día que Uruguay quedó eliminado de Rusia. El abrazo emocionado de Luis Suárez con su señora y sus hijos. La tranquilidad de Valverde recorriendo la cancha con su bebé y su esposa. El técnico Diego Alonso compartiendo su sentimiento con su asistente Darío Rodríguez. Cuántas cosas… Y en medio de todo ese descontrol un hombre solo, de rodillas y llorando por la camiseta de su país: Diego Godín.