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Cien historias rumbo a Qatar 2022: Neymar, ante la última oportunidad de ser el ídolo popular que alguna vez soñó

Entre las luces y sombras de su carrera, Neymar apuesta por un final feliz en Qatar 2022 EFE

La vida de Neymar no ha sido fácil. Su figura, inmensa desde la adolescencia, siempre se movió en los extremos. Debutó en Santos a los 17 años con la presión de ser "el próximo Pelé" y la obligación de disputar el trono de mejor del mundo con un ya pletórico Lionel Messi. En su largo camino en el fútbol, tuvo actuaciones mágicas y también momentos decepcionantes. El pueblo brasileño, ansioso por encontrar un nuevo líder que sea capaz de hacer aquello que hicieron sus antecesores e incluso mejorarlo, le cargó un peso que no siempre pudo sostener. Hoy, a las puertas de la Copa del Mundo de Qatar 2022, un experimentado Ney está ante la última oportunidad de cumplir ese deseo colectivo.

Con él como emblema y figura, la Selección de Brasil apenas ganó títulos, la Copa Confederaciones en 2003 y el oro olímpico en 2014. La gloria nacional supo gambetearlo. Pasó por dos Mundiales y tres Copas Américas sin alcanzar el éxito pero su país pudo festejar el torneo sudamericano en 2019, cuando estaba lesionado. Ney siempre estuvo lejos de las expectativas que despertó su aparición fulgurante a finales de la década de 2000. Los elogios de los primeros momentos no tardaron en convertirse en críticas despiadadas de la prensa, la torcida y otras leyendas de la Verdeamarela. Otra vez, los extremos.

La carrera de Neymar tuvo la sorpresa feliz de la gambeta y la sorpresa triste de la incoducta. Goles, asistencias y calidad indiscutible pero también controversia. Dani Alves lo describió alguna vez como un "caos perfecto", y en ese mote encerró la contradicción. Reconocido de forma unánime como uno de los mejores futbolistas de su generación, es al mismo tiempo, odiadio por gran parte del mundo del fútbol, incluidos los fanáticos de su país.

UNA CUESTIÓN DE ACTITUD
Su comienzo deslumbrante en 2009 en el Brasileirao, donde a los 17 años brilló con la luz de los elegidos, vino acompañado muy pronto de los primeros golpes hacia su persona. El problema estaba en su estilo físico, en su estética. En su pelo por ejemplo, pero también en el tipo de juego que pregonaba. "Se preocupa más por su peinado que por jugar", "siempre busca la falta", "simula en todas las jugadas", eran algunas de las frases más habituales que circulaban por la opinión pública y fanáticos del fútbol cuando todavía era un adolescente prometedor.

El por ese entonces entrenador de Corinthians y actual seleccionador brasileño, Tité, criticó con dureza a Neymar tras un clásico entre su equipo y Santos: "Ganar o perder es parte del juego, pero pretender y tratar de sacar ventaja, eso no es parte del juego. Ese es un mal ejemplo para un niño, para mi hijo, para aquellos que ven esto y piensan que es bueno sacar ventaja de los otros". El destino hizo lo que casi siempre hace: juntar a los opuestos, y años después Neymar y Tité tienen una relación de padre-hijo en el conjunto nacional.

Su nivel y aura de crack llevó a tomar responsabilidades de forma apresurada, cuando quizás no estaba preparado para asumirlas. La cinta de capitán de la Selección le llegó a la temprana edad de 25 años y se esperaba que ese gesto lo convirtiera en un líder capaz de guiar a la Canarinha hacia un nuevo campeonato. Sin embargo, aquel deseo popular se transformó en la maldición de Neymar.

UN GOLPE DETRÁS DE OTRO
El año 2014 marcó para siempre al seleccionado de Brasil.
Con Ney como símbolo y figura, en casa, con un técnico campeón del mundo como Luiz Felipe Scolari y con un buen grupo de jugadores, el Scratch hizo poco por enterrar el pésimo recuerdo de 1950. Incluso, aquella actuación le dio más vitalidad al triste pasado.

Neymar, lesionado de gravedad en el partido de cuartos de final contra Colombia producto de un rodillazo de Camilo Zúñiga, no pudo estar en la ignominiosa derrota 1-7 frente a Alemania en semifinales, pero esa ausencia no le evitó quedar alcanzado por la vergüenza. Todo lo contrario.

En 2015 Neymar disputó la Copa América de Chile portando el brazalete de capitán, aunque lejos estuvo de dignificar el honor. Su comportamiento dentro del campo durante lo poco que duró el certamen para él llamó la atención de los medios y del público, que catalogó de "irritable" e "irresponsable" su accionar. El astro perdió la cabeza en el partido de fase de grupos ante Colombia y vio la roja directa. Fue sancionado con cuatro fechas y presenció desde la tribuna la eliminación de su equipo a manos de Paraguay.

UNA OPORTUNIDAD OLÍMPICA
Un año después llegaría un punto de inflexión para el vínculo entre Neymar y el pueblo brasileño. Con Juegos Olímpicos y Copa América a la vista, Neymar debía decidir qué competencia jugar, ya que Barcelona no le permitió participar en ambas. Su elección fueron los Juegos Olímpicos por una razón: Brasil nunca había ganado el oro en fútbol masculino. La Canarinha había quedado subcampeona el torneo anterior en Londres y, ahora siendo local, Neymar quería hacer parte de este equipo para quedarse con el galardón.

El comienzo no fue el esperado: tras empatar en cero ante Sudáfrica e Irak, las críticas llovieron velozmente sobre el equipo y, por obvias razones, principalmente sobre Neymar, quien era el hombre llamado a hacer la diferencia. El público abucheó a los jugadores y se hizo presente una comparación dolorosa e inevitable: "Marta es mejor que Neymar". Las realidades de ambas selecciones eran distintas. La femenina goleaba con una Marta deslumbrante mientras que la masculina terminaba sus dos primeros encuentros con empates en cero.

"Marta es una gran futbolista, la mejor del mundo. Ella tiene el orgullo de ser brasileña y representarnos, en Brasil y el extranjero", comentaba Ney. Mientras que Marta también escapaba a la polémica: "Marta es Marta y Neymar es Neymar". Las camisetas con el dorsal '10' en las calles mutaron su apellido. Se tachó el de Neymar y, con fibrón, se escribía el nombre de Marta, aquel con el que el fanático se sentía representado.

Mientras tanto, los comentarios negativos hacia la figura de Neymar no eran solamente por parte de prensa y público, sino que leyendas de la Selección se sumaron a las críticas. Zico fue uno de los que apuntó a su rol de líder en el equipo sub 23 que buscaba el oro y comentó: "Neymar no está preparado para ser el capitán de Brasil, debería concentrarse solamente en jugar al fútbol".

A pesar de jugar con esa presión, Ney sacó a relucir su categoría en los duelos finales y, en el compromiso decisivo ante Alemania fue figura. Anotó de tiro libre en el empate 1-1 con el que finalizaron los 90 minutos y luego marcó el penal definitorio que le dio a Brasil la primera medalla de oro de su historia. El crack pateó, anotó y se desarmó en el verde césped mientras lloraba por lo conseguido.

Tras la coronación, apuntó a los críticos y tomó una inesperada decisión: abandonar la capitanía de la Selección. "Hablaron de nosotros y respondimos con fútbol. Es una de las cosas más felices que sucedieron en mi vida. ¿Qué se le va a hacer? Ahora me van a tener que tragar", desafió. "Entrego la cinta de capitán. Fue una cosa que recibí con cariño y a la que he honrado. Ha sido un honor ser capitán, pero a partir de ahora dejo de serlo. No lo llevo con peso, son ustedes los que me lo pusieron", agregó.

LA TRANQUILIDAD DURÓ POCO
Cuando el oro parecía tener el poder para cambiar de forma virtuosa la relación Neymar-público, otro mito del fútbol de Brasil criticó el accionar del '10'. Rivelino no se guardó nada y catalogó a Neymar de "el mayor idiota de la historia". ¿La razón? El futbolista de Barcelona contestó en redes sociales las críticas a la Selección de Brasil que quedó eliminada en primera fase de la Copa América Centenario. "Hay que construir una historia dentro de un equipo brasileño para poder hablar. No ha ganado nada, no ha dado a la gente alegría, entonces puede hablar menos. En primer lugar tiene que construir su historia, trata de dar un título a la población brasileña y entonces ya podrá quejarse un poco", sentenció Rivelino.

El camino rumbo a Rusia 2018 tuvo a una Brasil en gran nivel durante todas las Eliminatorias y a un Neymar que se preparaba para su segunda cita mundialista. Sin el ambargo, el clima no fue lo calmo que debió ser. El '10' no pudo salvarse del ojo crítico en el comienzo del torneo y otra vez fue uno de los apuntados por su "teatralidad". Tras la victoria contra Costa Rica en fase de grupos, en la que fue una vez más señalado por simular faltas, rompió en llantos, una actitud que fue tomada hasta de manera cómica por los propios brasileños.

Otra vez, se le criticó la falta de liderazgo y actitud para ayudar al equipo. El nivel bajo en la eliminación ante Bélgica completó el menú de quejas hacia el crack. En una encuesta de Globoesporte, que contó con 300.000 votos, más del 50% de los hinchas no dio como aprobada la actuación de Ney, mientras que otro tanto consideró que fue un pésimo encuentro.

Paradójicamente, Tité, quien había sido crítico de Ney en sus inicios en Santos en 2012, fue quien salió a respaldarlo: "A Neymar habrá que decirle: 'o nos hacés llorar o nos hacés reír', porque cuando lo pisó el mexicano era para llorar pero, al verlo correr es para reírse ¿Cómo es esta historia? O es amarilla y amonestación para el mexicano o es simulación de Neymar. ¿Es pecado driblar en el último tercio? ¿Buscar la jugada individual? El técnico le pide eso. Al mismo tiempo tratan de sacarle la concentración. Sería injusto responsabilizar a un solo jugador de la derrota, sobre todo porque Neymar hizo un gran encuentro, intentándolo de todas las maneras posibles". Sí, los extremos.

UNA IMAGEN VALE MÁS QUE MIL PALABRAS
En la Copa América 2020, disputada en 2021 por la pandemia del covid-19, se escribió un nuevo capítulo en la eterna disputa entre el pueblo brasileño y Neymar. El combinado anfitrión llegó a la final del certamen en Brasil y se encontró con la Argentina de Lionel Messi y compañía. En la previa al duelo crucial, algunos hinchas expresaron su contradictorio deseo de que Argentina se coronara campeón en el Maracaná, algo que por supuesto no cayó bien en Neymar. ¿Los motivos? Algunos lo atribuyen a cuestiones políticas: Jair Bolsonaro, presidente del país, había vaticinado que su equipo ganaría 5-0, lo que llevó a que algunos empezaran a alentar a la Albiceleste. Otros, por su parte, solamente querían ver campeón a Lionel Messi por primera vez con su Selección. Que sea en la cara del crack surgido de Santos no molestaba ese deseo.

Ante este desprecio, el 10 tomó su teléfono y realizó un descargo: "Soy brasileño con mucho orgullo y con mucho amor. Mi sueño siempre fue estar en la Selección y oir a la hinchada cantando. Nunca ataqué ni atacaré si Brasil está jugando por algo, sea cual sea el deporte, un concurso de modelos o el Oscar... Si está Brasil, yo soy de Brasil, ¿y quien es brasileño y lo hace distinto? Está bien, lo respetaré, pero andate a la..." El resultado final dejó felices a aquellos torcedores que se embanderaron de celeste y blanco.

El post partido también incluyó polémica. Neymar posteó una felicitación a Messi por el campeonato y luego se difundieron otras imágenes de ellos riendo post partido en el túnel hacia el campo de juego. La situación provocó aún más odio contra el (ex) ídolo en desgracia. El hecho escaló tanto que el propio Tité tuvo que salir a defenderlo de nuevo: "Hay grandeza en la derrota y en reconocer al rival. Quizás, la imagen que se vio entre Messi y Neymar después del partido sea un mensaje que tengamos que dar. Tiene el lado humano, de educación y de amistad que trasciende. Existen adversarios no enemigos”.

LA ÚLTIMA CHANCE
Este 2022 encuentra a Neymar ante un panorama diferente, en lo que parece ser su última etapa en la Selección. Según reveló el propio jugador en 'Neymar & The Line Of Kings', Qatar 2022 podría ser la última función mundialista del actual jugador de PSG debido a la presión y porque no sabe si "mentalmente podrá seguir soportando el fútbol".

Después de una campaña casi perfecta en las Eliminatorias, Ney y compañía buscarán un final feliz para una generación de grandes futbolistas que han convivido con la crítica a lo largo de los años. Su compañero Rodrygo también adelantó que el jugador de PSG le comentó que dejaría pronto la Selección. "Ney me dijo: 'Me voy de la selección, el número 10 es tuyo'. Ni siquiera sabía qué decirle. Me daba vergüenza, me reía y no podía expresarme correctamente. Tartamudeé de la emoción. Entonces le dije que tendría que jugar con la Selección un poco más, que no es mi intención heredar el 10 ahora. ¿Cómo reaccionó? Sencillo, se echó a reír", detalló el actual futbolista de Real Madrid.

El "caos perfecto" del que habla Dani Alves tendrá su momento cumbre en Medio oriente. Pase lo que pase, la historia de Neymar con la Selección y el pueblo brasileño concluirá de una forma brutal. Terminará en uno de los extremos. O conseguirá la gloria y aquellas críticas se borrarán con el bronce de su efigie para toda la eternidad o caerá derrotado y su figura, alguna vez idealizada, será sepultada por el oprobio de una derrota que muchos esperan.