"No se lo dices a la gente con la que trabajas porque podría influir de forma negativa en sus elecciones, en sus decisiones". Louis van Gaal decidió esconderle a sus dirigidos de la Selección de Países Bajos el tratamiento por un agresivo cáncer de próstata al que se sometió en plena competencia (Eliminatorias y Euro 2020) y que tuvo como resultado su recuperación en abril de este año.
El gesto no sorprende al conocer la dureza y el profesionalismo a ultranza que definió la exitosa carrera de van Gaal en sus más de treinta años como entrenador. Pero sí merece la pena valorarlo como un modo de ubicar los objetivos grupales por sobre cualquier otro aspecto, incluso uno tan significativo. Es que el DT neerlandés sabe lo que es recuperarse de duros escollos y desde esa capacidad de salir adelante de las tragedias edifició su vida.
El último obstáculo que superó fue el de la enfermedad, pero poco tiempo antes había decidido salir del retiro tras sufrir una pérdida familiar que se contará más adelante. La última oportunidad de conseguir la gloria para su país en la Copa del Mundo de Qatar 2022 es otra de las constantes para quien será el técnico más veterano del próximo Mundial.
Un hombre arisco y cerrado para los desconocidos y ajenos. Incluso antipático. Sin embargo, también muestra un costado afable y agradable con los suyos y los más cercanos. Sobre todo quienes cumplen con sus estándares profesionales dentro y fuera del campo. En los últimos años ese costado se hizo más grande y cada vez queda menos del parco DT que pasó por Barcelona allá por finales del siglo XX.
UNA PERSONALIDAD MARCADA POR LAS TRAGEDIAS
Hace unos meses, el propio van Gaal reveló en una entrevista que padecía un cáncer de próstata, por lo que tuvo que someterse a numerosas sesiones de radioterapia, tratamiento que realizó a espaldas de sus dirigidos de Países Bajos.
"En la mayoría de los casos, uno no se muere de cáncer de próstata. Lo más común es que sean las enfermedades que se derivan de este tipo de cáncer las que acaban siendo mortales", afirmó. Por fortuna, tiempo después confirmó que el tratamiento fue efectivo y estaba curado. "He pasado por todo. Tuve 25 tratamientos de radiación. Luego tuve que esperar cinco o seis meses para ver si había hecho su trabajo. Y lo hizo".
La construcción de un equipo sólido y confiable que cumple sus parámetros profesionales y de juego fue realizada en pleno tratamiento. Un tratamiento que fue en secreto. El jefe agrio y huraño hizo un esfuerzo encomiable para que sus futbolistas, algunos con edad para ser sus nietos, pudieran enfocarse en el juego por sobre cualquier otra cosa. Hoy, la Naranja llegará al Mundial con argumentos para dar pelea.
Lamentablemente, la de 2020 y 2021 no fue la primera experiencia que Louis tuvo con el cáncer, ya que en enero de 1994 perdió a su primera esposa, Fernanda Abbes, a causa de un tumor de páncreas e hígado. Se habían conocido cuando él tenía 18 años y ella 16 y decidieron casarse en 1974.
La pérdida de su esposa meses previos a una de sus grandes proezas en el deporte, ganar la UEFA Champions League con Ajax, comenzó a cimentar su fama de entrenador frío, distante y por momentos desagradable con sus dirigidos y rivales.
En 2005 reconoció durante una entrevista que la última vez que había llorado había sido por la muerte de su esposa.
Durante varios años coqueteó con el retiro. La primera vez fue en 2014, tras el Mundial de Brasil en el que consiguió el tercer puesto con la Selección de Países Bajos. Sin embargo, la seductora oferta de un Manchester United que buscaba reemplazar a Sir Alex Ferguson lo convenció de seguir.
La segunda fue en enero de 2017, cuando decidió anunciar su retiro de la dirección técnica por otra tragedia que azotó su vida. "He pasado por tantas dificultades en mi vida, de enfermedad y de muerte, que probablemente me he enriquecido como persona como consecuencia de todas estas experiencias", explicó.
En muy poco tiempo había perdido a su hermana menor y a su yerno: "Han pasado cosas en mi familia que me han convertido en un nuevo ser humano, con la nariz pegada a los hechos", declaró.
Incluso ha llegado a rechazar ofertas enormes desde mercados como el chino o árabe, que llegaron hasta a los 50 millones de euros, pero su necesidad por estar cerca de su entorno y familia fueron más fuertes.
"NUNCA POSITIVA"
Su personalidad arisca y áspera lo ha llevado a tener numerosos y memorables cruces con futbolistas, árbitros y periodistas. Incluso, ha sido acusado de racismo contra futbolistas latinos, como lo hizo Luca Toni, delantero italiano en 2015: “Odia a los latinos; planeaba llevar a sus hombres y realmente fue capaz de hacer que abandonara el club", recordando su paso por el Bayern Munich entre 2007 y 2009 y su salida del club bávaro por los pocos minutos que tuvo bajo el mando de van Gaal.
Muchos en el pasado han tenido palabras negativas con su forma de manejarse en un vestuario o al dirigir su equipo. Entre ellos se puede destacar a Hristo Stoichkov, quien afirmó que en su paso por Barcelona, mientras estaba lesionado y visitó un entrenamiento con su esposa, van Gaal le dijo: “cómo era posible que se hubiera casado con alguien como yo”.
Bajo su mando, varios sudamericanos de gran trascendencia, como Juan Román Riquelme, Radamel Falcao, Ángel Di María, entre otros, sufrieron al neerlandés y su preferencia por futbolistas de su país y europeos.
Más allá de sus detractores, Louis van Gaal es increíblemente respetado por sus pares, sobre todo por su gran aporte al fútbol por haber perpetuado y llevado al éxito el estilo del fútbol neerlandés, iniciado por Rinus Michels y la ‘Naranja Mecánica’.
Su filosofía de trabajo es inflexible y no soporta nada menos que una total entrega y profesionalismo de sus dirigidos dentro y fuera de la cancha y no teme confrontar a jugadores, dirigentes o periodistas que no compartan sus opiniones o lo critiquen.
A los futbolistas que cumplen con sus exigencias les muestra una faceta muy distinta, siendo amistoso y querible, a su manera tosca, hablando muy fuerte y cerca de sus interlocutores.
Los últimos años no han ablandado al van Gaal público, pero lo acercaron mucho más a los suyos. Solo la oferta de su amada Selección y el desafío de un último Mundial a los 71 años lo llevaron a desempolvar el traje de técnico e intentar llevar a la gloria a Países Bajos en Qatar 2022, a pesar de todas las dificultades que le tocaron vivir.