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Alemania no aprendió de los errores de Argentina y comparten el rincón de los castigados

BAARCELONA -- Alemania derrumbada a las primeras de cambio. También. Como Argentina frente a Arabia Saudita, la Mannschaft llegó al descanso con ventaja en el marcador sobre Japón, con suficiencia, dominio, tranquilidad y un punto de soberbia al saberse, suponerse más bien, superior al rival.

Y dejando pasar el tiempo, ahorrando energías, cuando se dio cuenta se abocó a un final de partido desesperado.

Ritsu Doan le empató a los 75 minutos y cuando peleaba contra la incredulidad y buscaba el 2-1, con la entrada de Niclas Fullkrug y Youssoufa Moukoko a la desesperada, Takuma Asano se inventó un golazo para darle una victoria tan inesperada como sorprendente y sensacional.

Japón, que ya en Rusia dio el golpe pasando a los octavos de final tras vencer en su estreno a Colombia y arrancarle un empate a Senegal (allí se acabó su aventura tras ver como Belgium le remontaba en tiempo añadido un 0-2 a favor), convirtió el grupo F en un polvorín a base de fe, entrega y, como en el caso de los árabes, no cesar en el empeño.

Mereció el equipo nipón la victoria y pagó de mala manera el germano su suficiencia. Alemania se creyó tan superior, tan intocable, que jugó a medio gas durante más de media hora con el marcador a favor.

Cuando Shuichi Gonda le regaló de manera impropia el penalti que Gundogan transformó, pensó tener encaminada la victoria.

Y ni la anulación del gol a Havertz en el tiempo añadido del primer tiempo le provocó espasmos de ningún tipo.

Llegó al descanso ganando por la mínima y el convencimiento de dar el toque definitivo en la segunda parte... Pero no contó con la rebelión del Sol naciente.

Japón dio un paso al frente, Alemania uno atrás y más pendiente de dejar correr el reloj que de aumentar su renta para sentenciar la victoria acabó pagando un precio que, ya se verá, le puede dejar contra las cuerdas en la segunda fecha de la liguilla, cuando el domingo se enfrente a España.

Campeona en 2014, la Mannschaft se fue a casa a las primeras de cambio en el Mundial de Rusia. Nunca en la historia había sufrido tal humillación en un Mundial hasta que se estrenó con una terrible derrota frente a México y se despidió destrozada por Corea del Sur, que en el tiempo añadido le eliminó ante la incredulidad de todo el mundo.

La misma incredulidad que se respiró, se vio, en Doha, donde otro equipo asiático provocó el peor de los debuts que podía imaginarse. Si Argentina sufrió de miedo y ansiedad, Alemania pagó su suficiencia.

Y se vio, se ve, ante un escenario impensable. La urgencia, y la alarma, llaman a su puerta en un Mundial que ha comenzado de mala manera ya para dos de las candidatas...