DOHA -- El fracaso es la nueva doctrina del éxito para el futbol mexicano. Así es y así será bajo el ejercicio de Yon de Luisa como presidente de la Federación Mexicana de Futbol.
Conferencia ante los medios el jueves en las instalaciones de Al-Khor. Una sala de prensa virgen. La única sin usar en toda la Copa del Mundo Qatar 2022. Los otros 31 países sí hicieron uso de la respectiva aula que tenían a su disposición. El mismo De Luisa dio la orden de no convivir con los reporteros innecesariamente. “Estresa al jugador”.
Llegar ahí desde Doha requiere un traslado de 90 minutos. La sesión con medios duró mucho menos que eso: 15 minutos. Antes de comenzar se había prometido al menos una pregunta por medio.
Había que reconocer que al menos darían la cara De Luisa y Jaime Ordiales; pero, después se sabría que no había sido iniciativa del presidente de la FMF, sino de su jefe, tutor, mentor y padre putativo desde hace años, Emilio Azcárraga Jean.
La orden habría sido, con menos etiqueta y diplomacia, “ahora limpia tu cochinero”. Y había que hacerlo, porque la Selección de México había perpetrado en Qatar 2022 su peor fracaso desde Argentina ’78.
Curiosamente, es Ordiales quien abre plaza puntualizando que llegaban él y Yon a dar la cara: “Nos lleva a mostrar la vergüenza profesional que tenemos. Le hemos fallado al gremio del futbol mexicano”.
De Luisa le sigue a Ordiales, en todos sentidos, en el discurso, en el apenamiento y en el apareamiento culposo. Y recurrió a su escondrijo favorito: “En los próximos 60 días se hará un análisis a profundidad”. El mismo discurso evasivo que en los casos de la violencia en Querétaro; los fracasos en selecciones menores; la crisis dentro de selecciones femeniles; el exilio de Gerardo Torrado, y ahora lo desempolva sin tapujos tras el fracaso del proceso de Gerardo Martino.
“60 días”. Una cuestión de semántica muy mexicana. En soluciones reales, significa nunca. En parches para tratar de engañar a la opinión pública, seguramente se cumplirán los tiempos.
Se le pregunta a Yon de Luisa y al mismo Ordiales cómo puede creer el mentado gremio futbolístico que esas soluciones que ellos prometen en “60 días”, es decir a principios de febrero, serán no sólo reales, sino realistas y además correctas.
“¿Cómo creer que quienes han sido parte del problema ahora pueden ser parte de la solución?”, se les pregunta.
De Luisa ofrece entonces una perspectiva real sobre lo que debe venir en su mandato. “Hubo cosas positivas, la medalla de bronce de Juegos Olímpicos, se jugó la final de una Copa Oro y una Nations League”, pero sin hacer énfasis en que ambas se perdieron ante Estados Unidos.
Entonces, queda claro que, en la nueva Doctrina De Luisa, perder finales en torneos de la zona es la nueva forma de éxito para el futbol mexicano. Que el fracaso sea el mayor de los éxitos.
En su discurso de apertura, De Luisa pretende tirar anzuelos. Tiene cuatro años al frente de la FMF, y sigue sin poder solucionarlos. Es decir, el presidente de la FMF sigue siendo inoperante, sometido, victimizado, por las decisiones de su gran antagonista: Alejandro Irarragorri.
De Luisa, en tono populista, promete sin comprometerse. “Se revisarán cambios estructurales de los que se han venido platicando desde hace tiempo, como la multipropiedad, el ascenso y descenso, la cantidad de extranjeros”. Sólo le faltó agregar uno de sus mayores fracasos: el grito homofóbico –según FIFA–, que llegó estentóreo a Qatar.
Los tres conflictos que De Luisa señala fueron parte del operativo masivo de Irarragorri. Todos los propuso él, y los impuso, aprovechando las jornadas etílicas con Decio de María, cuyo constante tufo a alcohol se debía, seguramente, a la medicina homeopática, al grado que, recuérdese, hoy es asesor de una firma de farmacias con productos genéricos.
Irarragorri fue quien implementó el aumento de extranjeros, quien creyó solucionar el tema de naturalizados o no, a través de jugadores formados en México, y obviamente es el reflejo latente de la Multipropiedad. Y, ya se sabe, él ideó y creó el formato para abolir el descenso y ascenso, y es quien ha operado para que las plazas aspirantes a llegar a la Liga Mx sean declaradas incapaces de albergar el torneo. Claro, la funesta Liga de Expansión fue su creación también.
Por eso, Yon de Luisa declara la guerra a quienes ya le despojaron del mando y del caballo: el Grupo Orlegi y el Grupo Azteca. ¿El Grupo Pachuca? Sorpréndase, a espaldas de su patrón Azcárraga Jean, busca orientación, respaldo y ayuda de Jesús Martínez, especialmente para rescatar la curul de presidente de la FMF en la próxima Yunta de Dueños, como bautizó certera, acertada y eternamente, Sven-Göran Eriksson.
Ciertamente, Yon de Luisa ha caído de la gracia de Azcárraga Jean. Había sido advertido que de no llegar al cuarto partido le costaría el puesto. La primera arremetida en su contra irrumpe desde dentro de la misma empresa de la que él llegó a tener control casi absoluto.
En un discurso muy bien elaborado, con detallados conocimientos de las metidas de pata de Yon de Luisa, la conductora Denise Maerker arremetió contra los pecados puntuales, añejos, intocables, consistentes del futbol mexicano. La voz de la periodista, quedó claro, fue la voz de Emilio. El ejercicio de la autocrítica, recuérdese, es el recurso de la expiación pública. Emilio e Irarragorri saben de ello.
Hoy, Yon de Luisa, el flamante y sofista filósofo del “fracaso como doctrina de éxito”, se niega a irse derrotado, a pesar de que como a todo líder en decadencia, como reflejo puntual de la vida sociopolítica mexicana, ya le ofrecieron que se refugie en una embajada a la que ya pertenece, la organización de la Copa del Mundo 2026.
Pero, De Luisa fue muy claro, él no renuncia y si alguien pone fina a su proyecto será la Asamblea de Dueños. En ella, en esa nueva versión de la #YuntaDeDueños, se viene pues una nueva batalla encarnizada, entre el Grupo Orlegi y sus aliados para echarlo, y la influencia subrepticia, oculta, oscura, en las penumbras, que aún tiene Jesús Martínez Patiño ante y sobre varios propietarios de equipos.
Y por eso, a pesar del resquemor de Irarragorri y Azcárraga para que Guillermo Almada, técnico del Pachuca, llegue a dirigir al Tri, esa podría ser la patada de ahogado magistral de Yon de Luisa, aunque le cueste la enemistad con Emilio, pero sería la forma de agradecer a su benefactor y rescatista, el Grupo Pachuca.