Una vez que los marroquíes invadieron Doha, compraron silbatos comunes para jugar su partido desde la grada y convertirse en el primer combinado africano en semifinales de un Mundial
La afición de Marruecos se convocó desde hace semanas para llevar silbatos a los partidos de su selección en Qatar 2022, con propósito de hacerlos sonar cada vez que el rival tocara la pelota, así fuera por 90 minutos, y de esta manera ensordecieron el Al Thumama Stadium para 'apagar' a Cristiano Ronaldo, que se quedó a un paso de las semifinales con Portugal.
Cada vez que Cristiano Ronaldo o alguno de los jugadores de Portugal tocó el balón, se escuchó la silbatina de la afición marroquí que también ganó en la grada. Presionó y al final festejó.
Marruecos jugó el partido desde antes de que se silbara el inicio. Un acuerdo entre el gobierno de ese país, la Real Federación de Marruecos y una aerolínea local, hicieron posible que siete aviones arribaran a Doha, Qatar, repletos de aficionados de los ‘Leones del Atlas’ el mismo día del partido.
Una vez en territorio mundialista, el siguiente paso fue comprar el silbatito, de esos que venden en las tiendas de conveniencia, a cambio de 10 riales (aproximadamente 50 pesos), para jugar su partido desde la grada.
La idea surgió en el juego contra Bélgica, que el equipo africano dirigido por Walid Regragui ganó 2 a 0, se repitió contra España y de nuevo aparecieron los pitidos en el juego ante Portugal, en el que se apagaron la historia de Cristiano Ronaldo.
La selección de Marruecos creyó en sí misma, como en México '86, cuando vencieron a Portugal en el Estadio Tres de Marzo, y trasladaron ese momento al 2022, en el que derrotaron a los lusitanos, ahora en Doha, Qatar.
Marruecos jugó dos partidos: uno en la cancha, en la que los jugadores pusieron en aprietos a Cristiano Ronaldo, que sólo jugó 39 minutos. El otro en la grada, en la que su afición no dejó de pitar, sin importar que lo tuvieran que hacer por más de 90 minutos.