Croacia se colgó el bronce. En ese partido tan maldito y despreciado por muchos en el Mundial de futbol, cuando en otros deportes es una fiesta, el equipo balcánico celebró como merece el éxito ante una selección de Marruecos que lloró, y protestó, su derrota, demostrando su deseo íntimo, también, de cerrar el torneo con la grandeza que lo disputó. Un récord impensable hace un mes.
También, probablemente, un objetivo de máximos para los croatas. Modric descendió un peldaño respecto al Mundial de Rusia y se despedirá de los Mundiales sin título pero con leyenda. Ausente Croacia del torneo de 2010, el soberbio centrocampista dice adiós con 19 partidos a sus espaldas entre los campeonatos de 2006, 2014, 2018 y 2022, luciendo el brazalete de capitán y mostrando el orgullo necesario para merecer ese tercer puesto que tuvo que pelear hasta el último suspiro, cuando En-Nesyri abrazó el empate para el animoso, valiente y decidido equipo marroquí.
Qatar echará el cierre el domingo con una final enorme, disputada por dos de las grandes favoritas cuando comenzó el campeonato pero, al margen, dejando para el recuerdo el carácter resistente de las dos selecciones que se jugaron el bronce. La ganadora llegó hasta aquí, derrotada sin paliativos por Argentina en semifinales pero después de saber sufrir lo indecible ante Japón y Brasil, a las que eliminó en los penalties con especial énfasis de su resistencia ante la canarinha, provocando una de las grandes sorpresas del torneo.
La sorpresa de Marruecos se cerró con desilusión pero tanta o más grandeza. Primera selección africana en superar los cuartos de final que en el pasado fue el muro insalvable de Camerún (1990), Senegal (2002) y Ghana (2010), el conjunto árabe solo había alcanzado los octavos en 1986 (eliminada por Alemania Federal) y se presentó en Qatar en un grupo que debía ser dominado por Bélgica y Croacia. Y después de pasar como primera se dio el lujo de derrotar a España y Portugal, a cual más difícil, para presentarse en esas semifinales en que cayó con todos los honores (y alguna que otra decisión arbitral discutible) contra la campeona Francia.
Croacia y Marruecos dignificaron ese partido para muchos maldito que otorga una medalla de bronce que merece todo el valor y que seguro había gustado jugar a Bélgica, España, Uruguay, Alemania, Polonia Inglaterra, Portugal o Países Bajos. Todas ellas se quedaron por el camino que fueron cumpliendo las protagonistas de este sábado. Honor para ambas.