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Saki Kumagai busca reconducir a Japón a la gloria

La última campeona del 2011 con la Selección de Japón lidera a una nueva generación que busca levantar una segunda Copa del Mundo.


TOKIO (EFE).- Saki Kumagai es la única campeona mundial con Japón en 2011 que sigue formando parte de la selección, donde ejerce de referente para una nueva generación de futbolistas que busca repetir su éxito y reavivar el interés por el fútbol femenino a nivel nacional.

Kumagai lanzó y anotó el penalti decisivo que dio la victoria a las "Nadeshiko" en julio de 2011 en la final frente a Estados Unidos, con todo Japón en vilo y deseoso de celebrar un título pocos meses después del terremoto y el tsunami que arrasaron el noreste del país.

La jugadora, entonces con 20 años, mostró nervios de acero y golpeó el balón con el alma para dar a la selección asiática el primer Mundial de su historia, lo que además marcaría el inicio de una larga y exitosa trayectoria personal en distintos clubes europeos.

Una líder natural de la Selección de Japón

La defensa y centrocampista originaria de Sapporo (norte de Japón) suma más de 130 encuentros, una plata olímpica, una Copa de Asia y otro subcampeonato mundial con la selección nacional, y a nivel de clubes ha ganado las ligas de Francia (en siete ocasiones) y Alemania, y cinco Ligas de Campeones la UEFA, entre otros títulos.

Con semejante palmarés y siendo también la jugadora de más edad en la selección actual, no es de extrañar que el técnico Futoshi Ikeda le haya dado los galones de capitana por segundo Mundial consecutivo, y en la que será su tercera participación en una competición de este tipo.

"Tiene liderazgo y capacidad de comunicarse con todo el mundo. Cuento con ella para mantener al equipo unido", dijo el seleccionador en una comparecencia ante los medios previa al Mundial 2023.

"Cuando (el seleccionador) me dijo que iba a ser la capitana, yo le respondí que estaba lista para asumir esa responsabilidad", señaló por su parte Saki Kumagai.

"Me gustaría que mis compañeras me recordaran en el futuro como una capitana a la que merecía la pena seguir", añadió.

Jugadora versátil de medio campo hacia atrás por su capacidad de anticipación y excelente sentido táctico, Kumagai dirige desde el centro una defensa de tres flanqueada por dos carrileras con la que está jugando Japón este Mundial.

Un nuevo impulso para el futbol femenino

Por si no bastara con las grandes esperanzas deportivas depositadas sobre los hombros de Saki Kumagai, el Mundial de Australia y Nueva Zelanda es visto también por muchos como una oportunidad para que el fútbol femenino vuelva a generar interés a nivel doméstico.

Los espectadores nipones parecen haberse desenganchado de las "Nadeshiko" después de las decepciones que supusieron la eliminación en octavos del Mundial de Francia de 2019 o caer en cuartos de final en los Juegos de Tokio, y a pesar de los logros previos del equipo.

La liga de fútbol femenino semiprofesional de Japón, la Nadeshiko League, modificó su formato en 2021 y pasó a llamarse WE League, en un intento de la Asociación de Fútbol de Japón por profesionalizar la competición e incluir elementos de las ligas europeas o estadounidense.

Pero estos esfuerzos y la incorporación de patrocinadores de peso no han bastado para potenciar el tirón entre el público de la competición, que en la temporada pasada atrajo a un promedio de 1.400 espectadores en cada estadio.

A esto se sumaron las dificultades para colocar los derechos de retransmisión televisiva del actual Mundial, que terminó adquiriendo a última hora la cadena estatal NHK cuando parecía que los partidos iban a poder seguirse únicamente en Japón por el canal oficial de la FIFA.

"La expansión del fútbol femenino dependerá en gran parte de cómo les vaya a las 'Nadeshiko'", señaló recientemente el director técnico de la Asociación de Fútbol de Japón, Norio Sasaki, quien dirigía a la selección en 2011.

"El impacto del Mundial y de los Juegos es enorme en ese sentido", afirmó Sasaki, quien dijo que Japón "tiene una oportunidad por delante" para darle un nuevo empujón al fútbol femenino no sólo a nivel nacional, sino también en toda Asia.