“Luis Suárez, y la superación de situaciones adversas: capítulo 1.000”. Ese podría ser el título del 2023 del Pistolero, donde se ganó el cariño de los hinchas de Gremio, los tuvo peleando por el Brasileirao tras volver de la Serie B, y hasta se dio el lujo de regresar a la Selección Uruguaya luego de no ser tenido en cuenta en las primeras convocatorias de Marcelo Bielsa.
Luego de su exitosa vuelta a Nacional y de la frustrante experiencia del Mundial de Qatar, Suárez estaba listo para un nuevo desafío. Gremio se quedó con los servicios del delantero y, de inmediato, surgieron las preguntas. ¿Aguantaría el ritmo del fútbol brasileño? ¿Cómo iba a hacer para jugar tantos partidos al año? ¿Este Gremio, que viene de la Serie B, está para pelear por algo? Pero, como supo hacer a lo largo de su brillante carrera, el Pistolero sentenció a cada una de las dudas a fuerza de goles.
En su debut, ya dejó claro que no llegaba a Brasil a jugar con “un cambio menos”: triplete en el estreno contra Sao Luiz para quedarse con la Recopa Gaúcha. ¿El primer partido en el Campeonato Gaúcho? Otro gol de Suárez para la victoria de Gremio. ¿Final de ese torneo? Suárez y un tanto para darle el título estadual a los suyos. El 2023 recién estaba por abril, y el uruguayo ya se había ganado el corazón de la hinchada del Tricolor Gaúcho. Pero ahora venía la prueba mayor: el Brasileirao.
Gremio estaba regresando en este año a la máxima categoría del fútbol brasileño, conocida por el gran nivel técnico de sus futbolistas y por la aparición, en un gran número de equipos, de estrellas de renombre mundial. Además, el detalle no menor de tener que jugar entre liga y Copa de Brasil, dos partidos por semana. El camino no parecía sencillo, pero allí iba el 9, con sus 36 años, a la carga nuevamente. El equipo comenzó con algunas dudas, pero en cuanto Suárez encontró la llave del gol, los resultados comenzaron a acompañar y se mantuvieron siempre cerca de la punta. Botafogo fue líder con comodidad durante buena parte del torneo, aunque se “cayó” en la recta final lo que hizo que sus perseguidores se froten las manos. Gremio fue uno de ellos, y con ocho goles de Suárez en los últimos nueve juegos, terminó en la segunda ubicación, por detrás de Palmeiras, algo que parecía poco esperable a comienzos de temporada.
En el medio de todo esto, el jugador convivió casi toda la temporada con graves dolores en su rodilla derecha, producto de una lesión crónica. Esto hizo que se perdiera algunos partidos, y se rumoreó con que podía llegar a terminar antes su contrato con Gremio o hasta que estaba considerando el retiro. A fines de julio, Suárez dio una conferencia de prensa junto a las autoridades del club, donde reconoció que no continuaría allí en 2024, ya que el desgaste en su rodilla era demasiado y, al sumarse la competición por CONMEBOL Libertadores, no podría darle al equipo lo que se esperaba de él. “Me sentía con la fuerza física para poder estar dos años, que fue lo que le pedí al club. Pero uno debe ser sincero con uno mismo, con su cuerpo y con el club más que nada, ser honesto y decirles que el próximo año no le iba a poder rendir a Gremio lo que ellos esperan por mí por la carga e intensidad del fútbol brasileño”, expresó el jugador en esa ocasión.
Pero aún con dolores, aún debiendo darse inyecciones antes de cada partido para soportar, el uruguayo terminó la temporada y lo hizo por lo alto. Su última función en Brasil fue con doblete contra Fluminense, equipo que este año levantó la CONMEBOL Libertadores. El día que dejó Brasil, fue despedido a lo grande en el aeropuerto por los hinchas de Gremio, que ya se sumaron a los de Nacional, Groningen, Ajax, Liverpool, Barcelona y Atlético Madrid como parte de la comunidad de clubes que idolatra al salteño por lo que hizo para esas camisetas. “Llegó como un sueño y, ahora, se va como un ídolo del Tricolor. Luis Suárez se despide definitivamente de Porto Alegre”, publicó Gremio en sus redes sociales ese día.
Como si todo esto no fuera suficiente para sellar un año increíble para Suárez, el capítulo de la Selección Uruguaya merece una mención especial. El comienzo de la era de Marcelo Bielsa al frente de la Celeste prometía un sacudón a las estructuras de la Selección, y dentro de eso, cambios en la lista de jugadores convocados. Los referentes de Uruguay en Qatar 2022 habían anunciado que ese Mundial sería su “último baile” con el combinado nacional, pero Suárez contó que al ver que podía seguir rindiendo en Brasil, le dieron ganas de terminar su aventura celeste con un tono más alegre que el vivido en la Copa del Mundo.
Bielsa no convocó a Suárez ni a Edinson Cavani para comenzar su trabajo al frente de Uruguay, y tampoco en el comienzo de la actividad oficial por las Eliminatorias Sudamericanas. Al mismo tiempo, los goles de “Lucho” se apilaban en el Brasileirao, y la presión mediática comenzó a ser cada vez más fuerte. ¿Se daría el lujo Bielsa de no contar con el Pistolero ni siquiera como opción desde el banco? Finalmente, en la última doble fecha de Eliminatorias del año, el nombre de Suárez apareció entre los convocados para enfrentar a Argentina y Bolivia. En La Bombonera, el delantero no tuvo minutos, pero sí ingresó ante la Verde: ante un Estadio Centenario lleno, en un partido con la victoria ya asegurada, Suárez recibió una enorme ovación y se dio el lujo de volver a su escenario favorito. La función hubiera sido perfecta si un remate suyo no hubiera dado en el travesaño y se hubiera metido al fondo de la red pero, de cualquier manera, tanto el público como él dejaron la cancha con una sonrisa.
El año del Pistolero fue otro más de grandes páginas para el libro de su carrera. Si en Inter Miami logra repetir algo similar a los 29 goles y 17 asistencias que firmó con Gremio, podremos decir que hay Luis Suárez para rato.