Emiliano "Dibu" Martínez, figura de la Selección Argentina y el Aston Villa, se refirió a la importancia de la "fortaleza mental" en su carrera, de rápidos y abruptos crecimientos.
En una entrevista con Santiago Bilinkis, el marplatense recordó sus inicios: “Yo siempre fui un enfermo por el fútbol y por la familia. A los 12 años llegué a la pensión de Independiente y hoy en día tengo a mi mejor amigo que vivió conmigo en la pensión del Rojo. Me hice un hombre muy rápido, pasé de niño a hombre en un año".
“Para mí, la fortaleza mental es lidiar y decir que no a las cosas. A la joda, al alcohol, a fumar. He tenido amigos que no pudieron decir que no y hoy no están en el fútbol profesional. Ya fui ganando desde que soy muy chico en esas cosas. No tomo alcohol, no salgo de joda, estoy 24/7 pensando en el fútbol. Eso me lleva a hacer el arquero que soy hoy en día”, añadió el Dibu.
Además, Martínez contó que todas las noches usa una aplicación de meditación y valoró el rol de su psicólogo, con el que trabaja hace años, desde que tocó fondo y pidió ayuda. "Siempre busco una excusa para superarme", indicó, en la línea de su filosofía.
Sobre el Mundial de Rusia 2018, en el que alentó a la Albiceleste desde la tribuna, recordó: "Yo siempre fui cumpliendo objetivos. Cuando fui a ese Mundial y vi ese equipo, dije que tenía que estar. No dije voy a estar en el próximo Mundial, dije voy a atajar en el próximo Mundial".
Y se refirió a la final de Qatar 2022, ante Francia: "Mi papá me dijo antes de la final que tratara de no cometer errores, que la pasara rápido, y yo le dije que iba a jugar normal, que era el partido más importante para cualquier jugador, y entré pensando que iba a jugar una final del mundo, como si estuviera en mi barrio de Mar del Plata. Después del partido lloraba y pensaba que había logrado todo lo que quería".
"El momento más difícil fue el minuto 81, cuando en un instante se nos fue todo, con el empate de Mbappé. Me sentí muy inseguro 2 o 3 minutos, y después me dije que era mi momento, si mis centrales están mal, yo tenía que salvarlos. No era momento de ganarlo, sino de ir al alargue", completó.
Asimismo, el formado en el Rojo contó que "no se ve como un líder del equipo", ya que para él lo son "los que meten goles, los que levantan a la gente". Y agregó: "Me siento parte, ayudando en los momentos claves, para que ellos estén tranquilos. Sé que si ganábamos la tanda en la Copa América, íbamos a jugar la final con otra mentalidad, cuando ganamos con Holanda, sabía que con Croacia íbamos a estar más fuertes mentalmente. Y ese es mi rol: sé que me van a necesitar en cualquier momento".
Finalmente, el Dibu habló de su presente: "Es el momento más tranquilo de mi carrera, ahora juego libre mentalmente, antes sabía que si no atajaba bien no jugaba el siguiente fin de semana. Estoy disfrutando del fútbol, soy otro arquero. Completé lo que quería como futbolista y está lo mejor de mí por venir. Ahora el mejor Emi va a venir. Disfruto la entrada en calor, me siento como un niño en un parque, viendo a la gente, se me pone la piel de gallina".